Justicia para Gaza y para el Mundo
Justicia es lo más urgente y necesario que necesita este mundo
| Faustino Vilabrille
Cuenta Jesús en el Evangelio de hoy que una viuda se acercaba con mucha frecuencia a un juez para que le hiciese justicia ante un adversario. Las viudas, eran el sector socialmente más pobre y despreciado en el Israel de entonces, y todavía hoy el 70 % de los pobres del mundo son mujeres, Pero el juez, al que ni le importaban Dios ni los hombres, no le hacía caso, hasta que un día se cansó de ella y la escuchó.
Todavía hoy miles de millones de seres humanos, la mayoría mujeres, gritan a diario, y se cansan de gritar, pidiendo justicia. Justicia es lo más urgente y necesario que necesita el mundo: Sin justicia universal este mundo nunca tendrá arreglo, porque existen injusticias tan escandalosas que son las culpables de los sufrimientos más horribles, más crueles, más grandes, que hay en el mundo. Mientras miles de mujeres del mundo desarrollado van los viernes a arreglar las uñas para el fin de semana, muchos más miles tienen que trabajar la tierra con sus propias manos para poder comer algo, o los adultos y niños africanos de la República Democrática del Congo extraer de las minas con sus propias manos o herramientas rústicas el coltán y el cobalto para nuestro móviles, ordenadores y las baterías de nuestros coches eléctricos, o el oro para ornamentar nuestras iglesias y palacios, o fabricar los anillos de algunos obispos y Papas, aunque Francisco eligió uno de plata…
Desde que el lunes se firmó la “paz” para Gaza, que ya veremos lo que dura, y ojalá dure para siempre, ya llegan múltiples peticiones pidiendo ayuda para Gaza, pero lamentamos que no les vemos pedir cuentas y responsabilidades a los responsables del cruel y sanguinario genocidio de niños, adultos y viejos, de arrasar instituciones, escuelas, hospitales, carreteras, miles y miles de viviendas. Si mal actuó Hamás, mucho peor actuó Israel. Por qué no les pedimos primero cuentas a Trump y a los EE.UU., con cuyas armas hizo Israel tanto daño y tanta muerte y tanta destrucción. Por qué no le piden cuentas a Netanyahu (cuyo nombre significa “Regalo de Dios”, ¡vaya regalo!), a los militares y al pueblo de Israel que lo eligió, a la UE y a otros países que oyeron, vieron y callaron ante tanta barbarie, y tal vez también aportaron armas a Israel para tanta crueldad.
Mientras la guerra sea un negocio y un camino para saciar las ansias de poder y riqueza de los poderosos, no se acabarán las armas ni las guerras.
Dichosos los que odiáis y lucháis contra las guerras, las armas de guerra, la violencia, las torturas, las injusticias, los malos tratos, el odio, la ambición de riquezas y poder, las desigualdades, la discriminación, la contaminación, la corrupción, la hipocresía, el daño a la naturaleza,…
Felices los que deseáis y trabajáis por la justicia, la paz, la fraternidad, el amor, la igualdad, la solidaridad, la compresión, la ternura, el diálogo, la colaboración, la armonía, la acogida, la honradez, la bondad, la inserción, la claridad, la transparencia, el cuidado de la creación. Así haréis un mundo cada vez más feliz para vosotros, para los demás, para toda criatura y para la Plenitud de la Vida.
Dichosos los que anheláis una Iglesia pobre, austera, solidaria, comprometida con la causa de los empobrecidos de este mundo, profética con la denuncia de ricos y opresores, lejos de los de arriba y cada vez más cerca de los de abajo, desprendida de toda clase de lujos y ostentaciones, de ritos y ornamentaciones, que ponga todas las riquezas y los bienes que le sobran al servicio de los más necesitados de este mundo, que no sea racista y discriminadora de la mujer, que sea camino de luz, verdad y vida para todos los seres humanos y toda la creación.
Que seáis cada vez más felices y dichosos los que pasáis por la vida haciendo el bien, como Jesús de Nazaret.
Felices los que sois felices colaborando con los más empobrecidos y necesitados de este mundo, para hacerlos a ellos felices. El valor del bien que hacemos va siempre con nosotros.