¿Qué es un Año Santo?

Remitiéndonos a la Biblia podemos descubrir que el Año Santo o el Año jubilar es un acontecimiento a través del cual el pueblo de Israel revela quién es Dios para ellos. El trasfondo de esta práctica radica en la conciencia que Israel tiene de la igualdad entre todos los hijos de Israel y de la tierra como don. Por eso la propuesta del Año Jubilar tiene como objetivo, por una parte, dejar descansar la tierra pero, sobre todo, que todos los hijos de Israel puedan gozar de sus frutos. Para el caso de los más pobres, las prácticas de no recolectar lo que cae en los caminos, va directamente a cuidar que ellos puedan tener su sustento. Y el perdonar las deudas es la posibilidad de que la igualdad sea realidad en Israel, evitando toda usura la cual está terminantemente prohibida como bien lo expresa Levítico 25, 36-37.
Por eso en Israel se fija que cada 49 años (siete veces siete) todos los esclavos sean liberados y todas las tierras devueltas a sus dueños originales. Es un “año de gracia”, de “jubileo” en donde es posible que se vuelva a comenzar dejando patente la fraternidad que tiene a Dios como garante. Pero esta realidad cada vez se vive menos porque al Israel estar sometido a pueblos extranjeros no puede cumplir con sus leyes. Por eso en el evangelio de Lucas 4, 18-21, Jesús anuncia su misión como un nuevo comienzo para el año jubilar que se inicia con su llegada. En los datos bíblicos, podemos constatar entonces, que hay un fuerte impacto de lo socioeconómico, y un objetivo muy claro de mantener la igualdad entre todos los hijos de Israel.
En el segundo milenio se retoma esta imagen del jubileo bíblico dándole más un sentido litúrgico (que el socioeconómico que vimos antes), tomando como imagen el “romper los muros” y más tarde “abriendo las puertas de las basílicas romanas” para hacer más accesible el ingreso de todos y todas a la salvación. Desde hace 500 años los jubileos se celebran cada 25 años. En este caso el Papa Francisco ha propuesto un “jubileo extraordinario” ya que el último fue en el 2000 y su tema es la misericordia, precisamente porque este es uno de los aspectos que más ha explicitado el Obispo de Roma en la orientación de su Pontificado.
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