La vida es sagrada: La iglesia católica se suma a la marcha contra el asesinato de líderes sociales en Colombia

El próximo 26 de julio se realizarán marchas en diferentes partes de Colombia para exigir el respeto de la vida y la defensa de los líderes sociales. Todo esto se debe a la situación que se vive en el país marcada por el Acuerdo de Paz firmado con la FARC (2016), cuya implementación es lenta y difícil, no sólo por todo el esfuerzo que conlleva salir de un conflicto de más de 50 años, sino porque reconstruir la sociedad será un proceso mucho más largo que supone paciencia, coraje, fortaleza, constancia, esperanza. Pero, aunque parezca increíble, no todo el mundo apoya este proceso y como se dice coloquialmente, algunos sectores no piensan sino en poner “palos en la rueda”, es decir, dificultar las cosas lo más que se pueda para que el acuerdo no prospere y se proclame su fracaso.

¿Con qué intereses pueden actuar aquellos que son obstáculo para la construcción de la paz? Sin duda intereses personales -es más fácil anclarse en el odio y la venganza que trabajar por el perdón y el nuevo comienzo-; intereses grupales -la guerra es un negocio-; intereses mezquinos -solo mirando la propia realidad sin importar lo que suceda alrededor. Y, en fin, por muchas otras razones que solo afirman la complejidad del ser humano y la difícil, pero apasionante tarea de construir un mundo justo y en paz.

En este horizonte, el asesinato de muchos líderes sociales es una situación que clama al cielo por la defensa de la vida. De las noticias más recientes tenemos que el 23 de junio asesinaron en Tierralta (Córdoba) a la lideresa María del Pilar Hurtado, y desde entonces han matado al menos a 10 líderes sociales más en el país. La última asesinada fue el pasado 21 de julio en Floridablanca. Se trata de la abogada y lideresa ambientalista Yamiel Guerra Suárez quien había dedicado una parte importante de su vida a la defensa del páramo del Santurbán en esa región.

Por todo esto se invita a salir a la calle para reclamar el respeto a la vida y defender la vida y la paz en los territorios. En otras palabras, es un grito fuerte a “defender la paz”.

Pero un dato que no debe pasar desapercibido es que el Cardenal Rubén Salazar, convocó a participar de esta marcha por la vida. En el video donde se puede ver al Cardenal, se comienza haciendo alusión a que “las organizaciones civiles y los partidos políticos que defienden el Acuerdo de paz con la guerrilla de la FARC y que buscan la protección de los derechos sociales y de los líderes sociales, convocan a una marcha el 26 de julio”. Pero se añade que la iglesia católica se sumó a esta convocatoria y así lo expresa el Cardenal Salazar: “La violencia se está ensañando últimamente de una manera especial en los líderes sociales, en todas aquellas personas que de alguna manera están luchando en sus territorios, en sus regiones, en sus sitios, para que Colombia sea lo que soñaron nuestros libertadores. Por eso la marcha que va a tener lugar el 26 de julio es un llamado a la conciencia de toda la nación a unir fuerzas, el gobierno, el Estado, los partidos políticos, las personas naturales, todas las confesiones religiosas, todos, que todos los colombianos nos unamos en un solo grito de que la vida es sagrada”.

Estas palabras permiten creer en una iglesia que no se queda encerrada en la comodidad de su autorreferencialidad sino que no teme herirse y mancharse con la realidad que se vive (como dice el Papa Francisco). La postura del Cardenal es muy importante porque recordemos que el referendo por el Acuerdo de paz se perdió, entre otras cosas, por la “falsa afirmación” de que el acuerdo tenía “ideología de género”. El Cardenal en aquella ocasión afirmó que el acuerdo no tenía dicha ideología pero cuando ya se había perdido el referéndum. La iglesia católica no puede llegar tarde a la cita con la defensa de la vida. En esta ocasión parece estar caminando a tiempo. Ojalá así lo siga haciendo más y más explícitamente (no se puede negar el compromiso eclesial tantas veces callado de muchos miembros de la iglesia) pero es urgente que la voz profética que ha de acompañar a los seguidores de Jesús, se oiga más alto e interpele a todos a la coherencia con el querer de Dios: “La vida es sagrada”, “toda vida es sagrada”.  

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