Diario senti-mental 1 (Ser uno mismo y Confidencias)

SER UNO MISMO

No solemos ser nosotros mismos sino adulterados e instrumentalizados, alienados o enajenados por los demás, al servicio de patrias y estados, iglesias y jerarquías, firmas y negocios, grupos y medios. Todos repitiendo las mismas monsergas y consignas, inscritos en un partido u otro, víctimas y fautores de ideologías en conserva. Somos el que no somos pero nos gustaría serlo, nos falta libertad y autonomía, autoafirmación creativa, independencia. No sabemos ser nosotros mismos.

Mas deberíamos ser nosotros mismos, más auténticos y nuestros aunque abiertos. El lema clásico de Píndaro es llegar a ser el que eres, ser uno mismo, tener intimidad y conciencia propia, aunque apropiada al contexto. Ser uno mismo es una virtud y una beatitud o felicidad, una potencia que aporta a uno mismo y al otro interioridad y originalidad, creatividad y audacia, autorealización que fecunda al otro, como ocurre paradigmáticamente en el amor. En el amor ejercemos nuestra identidad diferida, pues la donamos al otro/otra, convirtiendo así el Don o señorío en don o donación recíprocos.

Y es que el sentido oculto o soterrado de nuestra existencia está en hacerse un alma en medio de este mundo desalmado, ahuecando el cuerpo material para que reciba la impronta o huecograbado del espíritu y lo espiritual. Ello se realiza virtualmente a través de la cultura en cuanto enculturación de la mera naturaleza, pero culmina en el amor interhumano. El hombre pasa de homínido a humano por el amor, el cual crea el alma y lo anímico caracterizado por una interioridad consagrada al otro. Aquí radica nuestra intimidad más profunda, en el paso de lo real material o entitativo a la surrealidad cultural, simbólica o espiritual, en el traspaso del mero deseo libidinal o animalesco al afecto o afección mutua.

Ser uno mismo es pues habitar la intimidad de un alma, cohabitada por el propio duende interior y su luz entreverada. En este contexto vender el alma significa opuestamente la pérdida de la propia mismidad y la reconversión del duende abierto al otro en la cerrazón de una figura diablesca que nos encierra o cierra el paso. Vendemos el alma y su mismidad personal (ipseidad) en nombre del cuerpo y sus corporaciones impersonales e instrumentales. El alma queda entonces reducida a cuerpo y el amor a posesión, el duende que trasciende el mero realismo de lo real queda reducido en su libertad a crasa necesidad. La consecuencia es la pérdida de nuestra singularidad única, y la compraventa consecuente del alma desvencijada. Por eso el diablo clásico -Mefisto- exige del alma humana que reniegue del amor como de algo puramente fantasmagórico o celeste, angélico o divino.

Así que la auténtica cultura o cultivo del alma lo es del amor, el cual no es mero deseo sino afecto o afección. Se trata entonces de llegar a ser uno mismo, aunque abierto al otro y su otredad sanadora y salvadora. Ahora bien, la reducción del alma espiritual a cuerpo material es propia de nuestra cultura inculta y reduccionista. Le falta o falla el fuego interior que, como decía La Boétie, quema e ilumina a un tiempo nuestras carnes tumefactas. Pero en nuestra incultura ya no queda la quema sublimadora y trasfiguradora sino el resquemor, cuya luz es de un verdoso vidriado y vidrioso, como en el Bosco. Por todo ello se trataría de llegar a ser el que somos a través de un acrisolamiento del sentido íntimo, simbolizado por la luz violeta o violácea del alma y lo anímico.

En la distancia íntima cada uno somos únicos. Esta especificidad es un tesoro que debe ser preservado y comunicado al otro para el común enriquecimiento interpersonal de nuestra especie, amenazada hoy por su global expansión flotante y abstractoide.

CONFIDENCIAS


---El sentido de la vida tiene su propio contrasentido en la muerte: así que hay que tomar la vida a pelo, mortalmente.

---La vida nos va engañando hasta el final: cuando la verdad luminosa se convierte en mentira piadosa (a veces atravesada de mala fe).

---Como decían nuestras abuelas con otro lenguaje, la existencia acaba dexistiendo.

---He tirado la toalla ante la bruta y abrupta enfermedad: un lastre menos que se lo paso a los optimistas y buenistas.

---El silencio es la última respuesta a lo incomprensible o irrefutable.

---A base de dolor es seguro que pariremos, dice G.Belli: o seremos paridos y reparados.

---Un auténtico hombre no tiene miedo a ser mujer.

---Lo único que nos queda es el amor: lo último que nos queda es la amistad.

---Amarte sin saber el día del adiós o del encuentro (G.Belli).

---El filósofo Vico no pretende tanto la verdad cuanto lo verosímil: lo cierto o bien lo probable.

---La filosofía nace en el contexto de la democracia griega: donde la verdad socrática es dialógica o democrática (y crítica).

---Oigo a un predicador que no estamos en este mundo para quejarnos, sino para dar gracias a Dios: en consecuencia ¿doy gracias a Dios por este mundo malhecho y maltrecho?

---La radical negatividad del mundo encarnada en la muerte no se puede negar ni resolver: solo se puede asumir crítica, filosófica o misticoidemente.

---El fracaso de esta vida y de este mundo es el fracaso de ser, pero también del ser: el fracaso ontológico o radical.

---Buscamos la felicidad, y si no el bienestar, y si no un bien que mal: y si no el descanso eterno.

---Eterno y de cristal el amor llega, / luego cede y el mar la herida anega./ Te habré de amar mejor en el recuerdo, / dile a la muerte, amor, que no me olvide (A.Gala).

---Sé tú mismo: bueno, según como seas.

---Sólo Dios es la coincidencia de los opuestos, las paralelas que se juntan en el infinito: el hombre puede realizar una aproximación entre los opuestos, vida y muerte, bueno y malo, positivo y negativo.

---La potencia del ánima: frente al poder del ánimus.

---Según Hölderlin, los dioses no sufren el destino porque lo proyectan al hombre: pero sufren de insensibilidad, por eso se acercan al hombre sensible.

---En El archipiélago, Hölderlin sitúa al hombre griego como marino, marítimo o acuático: entre los cielos y la tierra, lo aéreo y lo terrestre, los dioses y el inframundo.


---El poder es exterior: el amor es interior.

---Si aún lo serio suele ser inserio, calcular lo inserio.

---El hombre es el animal que se acaba enterando de su animalidad: finalmente.

---Hoy convendría interpretar las ideas de Platón como símbolos.

---La misa Santa Cecilia de Gounod: la delicada misa solemne en sol mayor.

---Según C.Perrault, todo lo que se ama tiene alma: obtiene alma a través del amor.

---Voltaire critica la filosofía del “todo está bien”: en nombre de las ruinas humanas y su ceniza.

---Decía Ortega que la vida nos es disparada a quemarropa: más bien se trata de la muerte disparatada.

---El caos es un orden por descifrar, decía Saramago: y un desorden por ordenar o articular.

---El amor es el sacramento por antonomasia: el sacramento del amor (sacramentum amoris).

---El sentido del sinsentido como vacío, nada, muerte, descanso eterno: la quietud esencial que busca nuestra inquietud existencial (una quietud simbolizada como cielo inmóvil o extático por las religiones).

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