Vivencias 29

---No quiero ser ateo, quiero que haya un Dios del universo: pero sospecho que es un Dios-duende o daimon ambivalente como Abraxas y sufriente como el Dios cristiano.

---La armonía de los contrarios es disarmónica: atonal.

---Alguien me llama luminoso: pero mi luminosidad es oscura.

---Lo demónico en la clave del mundo: y expresa la cruz de la contradición real.

---Lo demónico como coimplicidad lacerante de lo real: la complicidad de todo con todo.

---Hay una hermosura soberana: y una hermosura cautiva.

---Apenas si he podido con este mundo: me ha sobrepasado finalmente.

---El amor no se hace, nos hace: el odio no se tiene, nos retiene y deshace.

---El amor media extremos: y es mediado por ellos.

---El otro te saca de ti mismo: quizá esta es la clave de la sociedad abierta.

---La empatía como forma de cohesión social: y la simpatía como su realización interpersonal.

---El otro nos ayuda a ser nosotros mismos: abiertamente.

---Es el débil quien quiere el poder: el fuerte ya lo tiene.

---A menudo criticamos lo que no alcanzamos: son las uvas inmaduras de la ira.

---La salud de un hombre está como la de todos, en entredicho, o sea, en pronóstico reservado al tiempo.

---El día que estoy inspirado, escribo: el día que no lo estoy, expiro.

---Una vida sana suele ser insana: culturalmente.

---El pensador como un pesador o prensador: que acaba en peso pesado.

---Un momento/memento: le sonrío a una preciosa chinita, y me devuelve su sonrisa irisada a pie de calle.

---El sufrimiento es ahora mismo mi fuerza débil.

---Siempre he visto la vida como un desvencijamiento: que ahora me toca a mí.

---A la larga no podré con la enfermedad: pero podré hasta el final.

---La enfermedad solo agrava una situación grave: la existencia de la existencia.

---La vida es la enfermedad de la propia materia bruta.

---Asumir la vida mitad de cachondeo y mitad destinalmente: azar y necesidad.

---La saudade como un sabor de miel y lágrimas (E.Lourenço): un sabor de regaliz y cenizas.

---Soy un tanto psicopomposo: se revela en mi escritura y su pompa anímica.

---(Retrato retratado) En mi retrato por Teo Félix comparezco como un duende o daimon ancestral, sentado en la escalinata de la vieja casona cuyo maderamen chirría, portando un gorro de alquimista: destacan las manos amasadoras de materia y el rostro hermético, transfigurador de la materia bruta en configuración simbólica.

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