Vivencias 65
| Andrés Ortiz-Osés
--- Nadie muere bien o buenamente: todos morimos mal o malamente.
--- La medianía o mediocridad de la vida impropia o inauténtica del “uno” entre muchos tiene un aspecto positivo o positivista: porque suprime lo que no es familiar, o sea, lo inquietante para así aquietarnos (véase Heidegger, Ser y tiempo).
--- Me sitúo entre el cristianismo que nos conduce más allá (trascendencia) y el budismo que nos conduce más acá (el vacío): en medio queda el territorio humano cohabita
do por el daimon de la ambivalencia entre el todo y la nada (ambos se correlativizan en el algo que somos). --- El hombre: carne de desahucio.
--- Los enemigos son un hándicap para vivir: pero también un incentivo para sobrevivir.
--- Ha muerto un inmortal: los inmortales también mueren.
--- El hombre es el responsable del medio ambiente: y el Demiurgo es el responsable de la naturaleza loca.
--- Dice F. Savater que el diálogo es un mito: por lo visto el no-diálogo es el logos.
--- Hay quien quita al Vaticano para colocarse en su lugar.
--- El poso de este mundo es el aburrimiento: convertir el aburrimiento mundano en tedio filosófico.
--- Celebramos la efemérides de nuestro nacimiento: parece una celebración alegre, pero quizás es un exorcismo o defensa (apotropaica) por su peligrosidad.
--- Celebrar nuestro cumpleaños como un desquite: ya queda menos para el triunfo final (al final el héroe triunfa sucumbiendo).
--- Si no llegas a viejo no haces la síntesis final: y si llegas a viejo deshaces la síntesis finalmente.
--- El daimon ya está implícito en Ser y tiempo de Heidegger: es la positividad atravesada de negatividad, la significatividad o sentido atravesados de insignificatividad o sinsentido.
--- Esta vida es invivible: este mundo es inmundible.
--- Vamos abandonando el mundo: y el mundo nos abandona.
--- Mala suerte pertenecer al reino animal: donde se hace el ídem.
--- A quién le importa (Alaska).
--- España me dio la vida y España me matará.
--- Me jubilo: me júbilo.