CARTA ABIERTA AL PAPA FRANCISCO

El papa habla de un "reset", con la llegada del nuevo presidente Joe Biden.

Yo le propongo principiar su "reset" con el Secretario general de las N.U. Antonio Guterres

Pienso que las N.U. y el Vaticano tienen dimensiones universales con objetivos de paz y de respeto a los derechos de las personas y de los pueblos del mundo.

Uno anda con el Evangelio en la mano y el otro anda con la Carta magna de los derechos humanos.

Guterres y Francisco

 PARA UNA GRAN ALIANZA VATICANO-ONU

Estimado Papa Francisco, su empeño a promover la paz entre las personas y los pueblos responde a una gran necesidad en los tiempos que vivimos. No hace duda que su persona, como jefe de la Iglesia católica, sea solicitada por varios gobiernos y instituciones de distintas naturalezas, las cuales tuvieran intereses a usar el prestigio del Papado y del Jefe del Estado Vaticano. Es cierto que habéis heredado de una Iglesia que ya tenía sus distintos  compromisos con Estados, Naciones y diversas instituciones. Tengo la idea que ya ha llegado la hora de la gran limpieza. La Iglesia necesita ser librede todos los poderes para testimoniar de Jesús y de su enseñanza. 

Esta carta tiene, como propósito, llamarle la atención sobre la gran proximidad que existe entre los objetivos de la Iglesia  y los objetivos de las Naciones Unidas. Las dos tienen un carácter universaly quieren la paz en el mundo. Las dos se ponen a la disposición de los pueblos, estados y personas para superar los conflictos que se presentan. 

La Iglesiatiene los Evangelioscomo guía y lasNaciones Unidastienen la Carta magnade los derechos humanos y de los pueblos. Todo esta ahí para que haya una gran “alianza entre el Vaticano y la ONU.

Yo sé que usted esta planeando un encuentro con el nuevo presidente de E.U. en la persona de Joe Biden. Uno no puede oponerse a eso, pero considero prioridad por la “catolicidad” de la Iglesia que su primero paso sea con las Naciones Unidas para hablar de una sola voz en cuanto al camino que conduce a la paz. 

Su encuentro con el nuevo presidente podría realizarse una vez identificados con el Secretario general de las N.U. , Antonio Gutérrez,  los gran desafíos a superar para lograr la paz. 

A la diferencia de la ONU y de la Iglesia, cada Estado tiene sus propios interesesque no cuadran siempre con la visión de una Humanidad  fraternal y solidaria. Aun mas, cuando se trata de las superpotencias que se imponen con fuerza y amenazas de todo tipo. Esos estados, súper potentes, no toman en cuenta la Carta magna de las N.U.  y se permiten intervenir en los asuntos de otros países como si fueran suyos, acosándolos de miles maneras. Ese comportamiento va en contra de la Carta magna de las N.U.. Solo la Iglesia junta a las N.U. pudieran llevarlos a mas respeto de los otros pueblos

En la situación actual, la Iglesia cauciona el intervencionismocriminal de Estados Unidos así que sus sancionescontra ciertos países recalcitrantes. Por supuesto que esas potencias, por el apoyo de la Iglesia, se dan buena consciencia. 

Pienso, estimado Papa Francisco, que el “reset” que mas urge es él con las Naciones Unidas. Después será tiempo de hacer “reset” con gobiernos de buena voluntad. El espíritu del Evangelio y él de la Carta magna de las N.U. dirán si la buena fe de sus interlocutores les acompaña. 

Las ultimas experiencias de “Pactos” con E.U. pusieron la Iglesia en delincuencia con la Carta magna de los derechos de los pueblos. El Papa Juan-Pablo II con Ronald Reagan, en diciembre 1982, y mas reciente su Pacto con Obama, en marzo 2014. 

Pertenece a los pueblos elegir a sus gobiernos y a sus regímenes policos y económicos. Hay que respetar la voz de ellos. Me permito compartir con usted unas de esas directivas de  la Carta magna. 

Preámbulo a la Carta magna de los derechos de los pueblos

Teniendo presente la importancia de mantener y fortalecer la paz internacional fundada en la libertad, la igualdad, la justicia y el respeto de los derechos humanos fundamentales y de fomentar las relaciones de amistad entre las naciones, independientemente de las diferencias existentes entre sus sistemas políticos, económicos y sociales o sus niveles de desarrollo

Convencida de que el estricto cumplimiento por los Estados de la obligación de no intervenir en los asuntos internos de cualquier otro Estado es condición esencial para asegurar la convivencia pacífica entre las naciones, ya que la práctica de cualquier forma de intervención, además de violar el espíritu y la letra de la Carta de las Naciones Unidas, entraña la creación de situaciones atentatorias contra la paz y la seguridad internacionales, 

Recordando el deber de los Estados de abstenerse en sus relaciones internacionales de ejercer coerción militar, política, económica o de cualquier otra índole contra la independencia política o la integridad territorial de cualquier Estado, o en cualquier otra forma incompatible con los propósitos de las Naciones Unidas.

El caso de Venezuela ilustra con toda claridad los compromisos de la Iglesia, episcopado y Vaticano, con Estados Unidos, principal interesado a derrotar el régimen político de la revolución bolivariana, sostenido por la mayoría de  su pueblo. En 2019, las N.U. reconocieron la elección de Nicolás Maduro como presidente electo. La Iglesia, episcopado y Vaticano se pusieron del lado del candidato autoproclamado de Washington, en la persona de Juan Guaido. A eso podemos añadir su silencio ante el intervencionismo de E.U. y las sanciones de las cuales el pueblo de Venezuela ha sido y sigue siendo victima. Todas esas intervenciones van en contra de la Carta magna de la N.U.

Esos comportamiento de la Iglesia responden mas a presiones de E.U. La Iglesia necesita libertad de essa Libertad que tuvo Jesus con los fariseos, los prepotentes, los vendedores del templo.

Estimado papa, que el Espíritu de Jesús lo inspire y lo guíe en esos tiempos que son los nuestros.

Que no me olvide en sus oraciones. No le voy olvidar en las mías.

Oscar Fortin

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