Carta abierta a los obispos venezolanos

Estimados hermanos en la fe en Jesús de Nazaret y en su enseñanza transmitida a través su testimonio de vida y su llamada al amor de los unos con los otros. En eso reconozco mi fe y, supongo, la fe que tienen ustedes. En todo, Jesús se hizo “verdad” con los pobres y humildes, con los pecadores, con los doctores de la ley y los grandes sacerdotes, con los vendedores del templo. Ustedes saben todo eso mucho mas que lo sé yo mismo.

CEV

Lo esencial de la misión dejada por Jesus a sus discípulos tiene por tema central:Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación »Mc 16, 15-18.

Esta buena noticia consiste en el hecho de que ha vencido, por la verdad de su testimonio, las fuerzas del mal, resucitando dentro los muertos. Todos nos recordamos los últimos momentos que lo condujeron a la condenación a la cruz. Judá, pensando actuar por lo mejor, fue a traicionarlo, ante los grandes sacerdotes, en cambio de 30 monedas de aquel tiempo. Pilato, a petición de los grandes sacerdotes y de Herodes, enjuicio a Jesús sin encontrar, en él, motivos de condenación. Dejo al pueblo la responsabilidad de elegir entre Jesús y Barrabas, un ladrón preso. El evangelio nos dice que los grandes sacerdotes mandaron a sus discípulos para que el pueblo se ponga del lado de la liberación de Barrabas y pida la condenación de Jesús. Es lo que sucedió, Barrabas fue liberado y Jesús condenado a muerte.

«Cada fiesta, el procurador solía conceder al pueblo la libertad de un preso, el que quisieran. Tenían a la sazón un preso famoso, llamado Barrabás. Y cuando ellos estaban reunidos, les dijo Pilato: —¿A quién queréis que os suelte, a Barrabás, o a Jesús, el llamado Cristo?, pues sabía que le habían entregado por envidia.

Pero los sumos sacerdotes y los ancianos lograron persuadir a la gente que pidiese la libertad de Barrabás y la muerte de Jesús. Y cuando el procurador les dijo: —¿A quién queréis que os suelte?, respondieron: —¡A Barrabás! Dríceles Pilato: —Y, ¿qué voy a hacer con Jesús, el llamado Cristo? Y todos a una: —¡Sea crucificado! Preguntó Pilato: —Pero, ¿ qué mal ha hecho? Mas ellos seguían gritando con más fuerza: —¡Sea crucificado!» (Mt 27,15-23)

Figúrense que yo veo, en aquel escenario, algo que se acerca de lo que vive el pueblo de Venezuela.  La Revolución bolivariana, igualmente llamada socialismo del siglo XXI, amenaza el neoliberalismo de formato capitalista y imperial. Washington encabeza este neoliberalismo y no quiere que esta revolución bolivariana venga a quitarle su poder imperial. Hasta el momento, el pueblo de Venezuela ha resistido a todas las formas de amenazas contra los dirigentes de esta revolución. 

Importa recordar los objetivos perseguidos de esa revolución: entre otras cosas, la salud gratuita para toda la gente, la educación gratuita para todos y todas, viviendas apropiadas para todas las familias. Hasta ahora, tienen mas de 3 millones de viviendas entregadas a familias.   De eso, por supuesto, no hablan ustedes en sus declaraciones. Siempre me pregunto ¿por qué? 

Es evidente que el enemigo principal a esta revolución es el imperio que tiene su sede en Washington y que se impone por donde quiere. Por supuesto, siendo imperio, sabe juntarse aliados que se someten a sus voluntades. Es el caso del club de Lima, de los países de la Unión europea entre otros. Los países que le resisten tienen que prepararse a distintas medidas de naturaleza a que cambien sus posiciones. Unos resisten,  lo que es el caso de Venezuela, de Cuba, de Nicaragua… 

En esta confrontación entre el imperio neoliberal y capitalismo y los gobiernos de formato socialista, antiimperialista, humanista y cristiano los episcopados latinos americanos y el Vaticano, como estado, se juntan al imperio y ponen todas sus energías para convencer los pueblos que esta revolución es mala, dictatorial, sin consciencia y sin moral. 

https://www.religiondigital.org/america/Iglesia-Venezuela-advierte-totalitario-inhumano-religion_0_2194280570.html 

https://www.aporrea.org/tiburon/n351209.html

Que digan la verdad y toda la verdad 

Es cierto que hay muchos problemas en Venezuela y que hay gente que sufre como es el caso en muchos países sometidos a injerencias extranjeras.  Que los obispos sufran de ver tanta miseria es una cosa pero que se abstengan denunciar las sanciones y las guerras económicas de distintas naturalezas es otra cosa. Lo único que dicen es que el gobierno es responsable de todo. La verdad, cuando se la toma en serio, no deja pedacito de ella por el camino para no ofender a los adversarios de la revolución bolivariana. Va igual con los silencios del episcopado sobre las verdaderas conquistas de la revolución en los campos de la salud, de la educación, de las viviendas, de la participación política del pueblo etc… De eso, no hablan nunca, siendo hombres de verdad al servicio de un solo maestro que se llama Cristo. Uno, dice Jesús, no puede servir dos maestros a la vez. 

Termino, invitándolos a meditar sobre el rol que el Imperio les hace jugar en su lucha para echar abajo la revolución bolivariana al beneficio del imperio. Al mismo tiempo, meditar sobre el rol que le llama a jugar el Espiritu de Jesus para mejor servir la verdad.

Por el momento, la imagen internacional que proyectan es la de un episcopado pendiente en todo del imperio. No sé si les pagan o no por vías distintas como cartitas internacional y otros  caminos. Solo ustedes lo saben, como saben de los engaños y manipulaciónes que hacen para que el pueblo se ponga del lado del Imperio.

Con todo mi respeto 

Oscar Fortín 

24 de enero 2020

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