Carta al cardenal Baltazar Porras

La hora de la verdad, de toda la verdad se impone cuando hablamos del sufrimiento del pueblo venezolano y de los pretendidos responsables de este sufrimiento.

El papa Francisco hizo una invitacion para responder juntos a dos interrogantes sobre los pobres

?cómo podemos ayudar a eliminar o al menos aliviar su marginación y sufrimiento”,? y,

cómo podemos ayudarlos en su pobreza espiritual” porque los pobres no pueden esperar?

cardenal Porras

oscura

Hermano, en la fe y en la esperanza de un mundo mejor y por una Venezuela mas libre, todos (hombres y mujeres) somos invitados  a decir nuestra verdad y a promover un camino de abertura a la gran fraternidad humana. 

En su carta, se refleja la profunda confianza que tiene, usted, en la persona del Papa Francisco y, al mismo tiempo, se nota el sufrimiento que comparte, usted, con el sufrimiento de los pobres y humildes de su pueblo. Dos elementos que lo honran como pastor y como hermano de los que mas sufren.

Comparto plenamente con usted lo que dice del papa en su mensaje de Navidad: "El mensaje del Papa es mucho más que activismo asistencialista. Optar por los pobres exige también luchar contra las causas que generan la pobreza"

Me gusta mucho la expresión “luchar contra las causas que generan la pobreza.”

Usted será de acuerdo conmigo en el hecho de que la meta de buscar y encontrar las causas de la pobreza a base del sufrimiento del pueblo venezolano pone a prueba nuestra libertad de investigación y de pensamiento, nuestra capacidad de superar los prejuicios y ideologías, y, mas que todo, nuestro amor de la verdad, de toda la verdad que se impone a base de todo.

Yo se que usted tiene una larga experiencia en los distintos acontecimientos que sucedieron todo a lo largo del gobierno socialista, tanto en los tiempos del Presidente Hugo Chávez como del  tiempo del Presidente Nicolás Maduro. Si me recuerdo bien, estuvo, usted, en abril 2002, junto con el cardenal de esa época, un miembro activo del golpe de estado de esa época..  

Usted sabe, mas que todos nosotros, que ese golpe de estado tenia a su cabeza la voluntad de Washington de terminar de inmediato con ese socialismo del siglo XXI. Por supuesto, podía contar con las fuerzas oligarquías nacionales de Venezuela, del episcopado de aquel tiempo y de una parte del  ejercito, disidente del gobierno, para llevar a cabo ese proyecto de eliminar en sus raíces el proyecto, según sus autores, de un socialismo humanista, cristiano y anti-imperialista.. 

Usted sabe, también, que, a lo largo de todos los años ulteriores, la voluntad de terminar con ese régimen se mantuvo y que los medios utilizados fueron de todos tipos: guarimbas, escaces de de los bienes esenciales como lo de la alimentacion, de los medicamentos y de todos de los productos esenciales, detenidos, por la oposición, en bodegas repletas de ellos. Se acuerda también, usted, del falso positivo de la Ayuda humanitaria, mandado por Washington, con el propósito de introducir, en Venezuela, armas de todo tipo para generar una revuelta del pueblo.

Me acuerdo de la movilización del Episcopado venezolano, de aquel tiempo, para denunciar al Gobierno que no quería, sin un chequeo previo, que entrara esa Ayuda humanitaria a Venezuela. Un chequeo normal que se realiza en todos los países. 

Si me equivoco, me lo dice. Usted, cardenal Porras, hizo promoción para que el gobierno deje entrar esos camiones de falsa ayuda humanitaria. Usted no puede decir que no lo sabia, pues , una vez conocidos los hechos, ni uno de los obispos alzaron la voz para denunciar  tales proyectos criminales de parte de Washington. 

En los dos últimos años, las políticas de Washington desarrollaron una verdadera guerra hibride con sanciones, con el congelamiento de miles de millones de dólares, con acciones terroristas, de manera que el gobierno no pudiera comprar los elementos esenciales en medicamentos, alimentación, y productos  industriales para las empresas. De eso, usted sabe mucho mas que yo. Se trata de una verdadera guerra que tiene, en la oposición radical, sus colaboradores dentro de Venezuela para ampliar los problemas y generar conflictos. 

Importa recordar que Estados Unidos no son las Naciones Unidas. Y que no les corresponde enjuiciar y intervenir a pueblos y gobiernos según sus propios intereses. La Carta magna de las N.U. establece claramente los poderes que corresponden a los Pueblos y Estados  en sus relaciones internacionales. Supongo que el Episcopado venezolano respeta la Carta magna de las Naciones Unidas. Le recuerdo que la ONU reconoce al presidente Maduro como el único presidente legitimo de Venezuela. No pertenece a Washington de decidir de eso.  Según la constitución de Venezuela, pertenece a la Corte suprema y al consejo nacional electora del país de decidir de la legitimidad o no de una elección

Las sanciones y las distintas formas de intervencionismo en los asuntos internos de Venezuela son denunciadas por el Consejo de seguridad y la Carta magna de las N.U..

https://www.dinero.com/internacional/articulo/venezuela-cual-es-el-costo-de-las-sanciones-de-estados-unidos/273159

Hasta en estos últimos días, altos funcionarios del gobierno se movilizan para obtener el descongelamiento del dinero del pueblo para comprar medicamentos necesarios a la lucha contra el corona virus covid-19. Me pregunta ? porque el episcopado no se junta con el gobierno para liberar ese dinero y permitir usarlo para las necesidades del pueblo? 

https://www.aporrea.org/actualidad/n361557.html

En su texto, usted tiene un párrafo que deja entender que el gran culpable de todos los sufrimientos del pueblo no es otro que el gobierno. No hay nada, de su análisis, que puede dejar entender una cierta responsabilidad, tanto de Washington con sus sanciones y amenazas de invasión, que del lado de la oligarquía nacional, bien representada por la oposición radical de Venezuela.

Su silencio, relacionado a esos dos actores importantes  en la crisis que vive Venezuela, no puede ser interpretado de otra manera que por su opción ideológica que va por el lado del capitalismo, promovido por Washington y  su rechazo del socialismo que sea lo que sea. 

Sabiéndolo, siempre atento a las palabras del Papa Francisco,  me permito compartir con usted las palabras que dio, hace poco, a los obispos del mundo; 

 "No nos olvidemos de los dos grandes enemigos: las ideologías que quieren empadronarse de la vivencia de un pueblo, y las pasiones, que siempre son como una aplanadora, que va adelante y destruye en vez de dialogar.”

 Usted dice, en uno de sus párrafos, lo siguiente: “. Optar por los pobres exige también luchar contra las causas que generan la pobreza."

Estoy bien de acuerdo con usted, con tal que se ponga de relieve todas las causas de la pobreza. Hacer del gobierno el único responsable, sabiendo de todas las intervenciones en guerra económica, en sanciones, en engaños y manipulaciones, uno se pregunta ?Porque ese silencio? y ¿cuales son sus intenciones

Al no mencionar esas cosas del intervencionismo en la pobreza y sufrimiento del pueblo, usted actúa como un político que cuida sus aliados y que desestima lo mas posible a sus adversarios que son los del gobierno, dirigido por Nicolás Maduro. No veo problema en lo que uno tenga opiniones políticas y ideológicas. El problema, esta en el caso de un pastor, como lo es usted que no supera sus opiniones políticas y ideológicas , como lo pide el papa Francisco, para mirar, mas allá, con el ojo y la libertad del Evangelio, la verdad en todos sus aspectos  a base del sufimiento del pueblo. En eso reside el problema que representa usted cuando habla: ¿es el pastor o el político que habla? El pastor va decir todo de la verdad y el político va decir solo lo que le conviene.

Echar toda la responsabilidad, de los problemas, sobre el gobierno, sabiendo muy bien la existencia de todas las acciones, promovidas por los adversarios del gobierno y  silenciar esta parte de la verdad es injusto y no refleja la verdad que le corresponde al pueblo conocer. Se trata de un engaño hacia  el pueblo y de una injusticia hacia el gobierno.  La caridad no se alimenta de mentira tampoco de manipulación. Se alimenta de amor y de verdad. Como cristianos debemos reflejar la verdad de los Evangelios así que la verdad de todos los eventos, sucedidos en la querida Venezuela, en los últimos 20 años.  

Sin olvidar todos los efectos negativos del convid-19 (del cual no habla usted) hago mío su ultimo párrafo:  

“Tender la mano es un signo que nos recuerda inmediatamente la proximidad, la solidaridad, el amor. Tenemos por delante la beatificación de José Gregorio Hernández. Caminemos con él, testigo de médico de los pobres, modelo de santidad, testimonio de vida según los valores del Evangelio, con amplitud de miras que lo hizo trabajar con colegas que tenían otras creencias, pero juntos, tenían la certeza de luchar por la vida de todo venezolano sin distingos de ninguna especie. Unámonos a la figura de José Gregorio en la reconstrucción del país, siendo hombres y mujeres nuevos, gestores de una nueva sociedad.”

Con todo mi respeto 

Oscar Fortin 

28 de diciembre 2020

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