LO QUE NOS  ENSEÑA LA MUERTE DEL CARDENAL UROSA

Si no podemos enjuiciar los comportamientos de los demás, podemos, sin embargo, aprender de ellos.

Cada uno, poco importa su titulo, tiene una vida que le pertenece y con la cual se dedica a unas o otras cosas. 

Es la historia de cada uno de nosotros.

Pienso que la muerte del cardenal Urosa puede aprendernos mucho. Su confesion nos revela un hombre de sinceridad ante la mirada del Jesus resucitado.

episcopado venezolano

Ante la muerte, toda persona de buena fe, ve, con claridad, el recorrido de su vida. No hay otro interlocutor que el Jesús de los Evangelios que  sabe todo de nuestra vida.. No hay posibilidad de  engañarlo. Su presencia nos lleva a la verdad de toda nuestra vida, tanto de lo bueno como de lo malo. Fuera de una muerte súbita, todo ser humano se ve de verdad como en un espejo.  Su presencia no condena sino despierta la consciencia, poniéndola en la pura verdad. Al reconocerlo aparece la humildad y con ella la misericordia de Jesús, a quien todo poder ha sido dado sobre la tierra como en el cielo. 

Cuando he leído lo de su confesión me ha llamado mucho la atención la expresión que utilizó el cardenal para hablar de sus pecados de “omisión”: “especialmente por las faltas de omisión. 

En su misiva, a modo de despedida de sus fieles, pide «perdón a Dios y a todos mis hermanos por las faltas que haya podido haber cometido, especialmente por las faltas de omisión. Nunca he querido hacerle mal a nadie y siempre he procurado actuar buscando la gloria de Dios y el bien de la Iglesia y de las almas; espero pues que eso se me tenga encuenta» 

Curiosamente, la Conferencia episcopal Venezuela que recuerda de nuevo el contenido de la carrta del cardenal Urosa, no menciona la parte muy importante del pecado de omisión.

También recuerda el mensaje que el cardenal Urosa había escrito antes de su ingreso a la Unidad de Cuidados intensivos, expresando su “declaración de amor a Dios, a la Iglesia y al pueblo de Venezuela: “He tenido la fortuna y la bendición de que Dios me ha llevado por caminos insospechados de servicio y de altísimas responsabilidades en la Iglesia que agradezco en el alma”, afirmaba el prelado. “Nunca he querido hacerle mal a nadie, y siempre he procurado actuar buscando la gloria de Dios y el bien de la Iglesia, de las almas y de las almas involucradas”. 

Sobre ese tema me permito poner de nuevo mi reflexión sobre lo que puede cubrir la “omisión”

https://www.religiondigital.org/humanismo_de_jesus/confesion-Cardenal-Jorge-Urosa_7_2378532143.html

Nada sirve disimular el hecho que se ha comprometido en las políticas del país, tanto con Chávez que con Maduro.  Por cualquier observador objetivo de Venezuela, el episcopado venezolano se hizo presente desde los primeros tiempos de la revolución bolivariana. No hay ningún secreto en eso. Mejor llamar las cosas por lo que son. El pueblo venezolano sabe de eso y va igual por los observadores del mundo. 

La confesión del cardenal es como una forma de despertar la consciencia de todos para que se hable con verdad en todo. 

No dudo que su llegada al cielo le permitió dar un profundo abrazo a Chávez, reconciliándose en presencia del Resucitado. Por ese camino sus colegas del episcopado tienen que andar: con verdad y autenticidad.

Urosa con Chavez

Oscar fotin

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