Juan Guaido el hombre del Episcopado venezolano

Hablamos de Iglesia de salida con el objetivo que llegue a los pueblos con los vestidos de los Evangelios y el Espiritu de Jesus de Nazaret. De lo que creo, la presencia de Jesus en nuestra humanidad, no responde ante todo para proteger las instituciones religiosas y asegurarse que los templos sean siempre en el centro de la vida de los hombres y mujeres. Pienso, no equivocarme al decir que vino para hacer de la Humanidad el reflejo de lo que es el Padre. Conocemos todos esas palabras en las escrituras que el creador hizo el hombre y la mujer a su semejanza. En eso estamos, devolver en la Humanidad la imagen que la hace semejante al Padre. Jesus, lo que nos dice es que los que lo ven, ven también a su Padre.

Juan Guaido con Donald Trump

El articulo de Benjamín Forcano sobre el auto-proclamado presidente, por ínterin, de Venezuela,  Juan Guaido, tiene todo para interpelar tanto al Vaticano como al episcopado venezolanoque lo reconocieron como autentico presidente de Venezuela

No se puede olvidar que, el 20 de mayo 2018, el pueblo venezolano celebró sus elecciones presidenciales. En aquel momento, el episcopado venezolano como los de la oposición radical, hicieron campaña nacional y internacional para que los venezolanos y venezolanas no vayan a votar. Por supuesto ya sabían que la mayoría del pueblo iba a votar por la revolución bolivariana. Lo sabían porque unas semanas anteriores, Washington había avisado a los negociadores de la oposición, reunidos en Republica dominicana, de no firmar un acuerdopara que se realice elecciones presidenciales en los meses por venir.  Según la información que circulaba, ya se había firmado el acuerdo cuando recibieron la llamada de un alto funcionario de Washington. Hicieron marcha atrás y se acabaron  las negociaciones.

Recordemos que ese día 6 de febrero 2018,  el Secretario de Estado y magnate petrolero Rex Tillerson se encontraba de visita en Colombia dictando pautas al gobierno neogranadino. Borges recibe una llamada telefónica desde Bogotá, la atiende y se retira al hotel aproximadamente a las 16.30 Luego regresa al local de reuniones aproximadamente a las 19.00 horas y, bajo evidente y deplorable estado de embriaguez – según testigos presentes en el momento de este bochornoso incidente -  anuncia que la derecha no firmará el acuerdo porque “no es digno del pueblo venezolano”. Exigiendo de paso que las s elecciones fueran monitoreadas por el Grupo de Lima, convertidos en un grupo de países fieles servidores de los deseos de Washington.”

Ante tal hecho, el presidente Maduro, conforme a la Constitución de Venezuela, pidió  al Consejo nacional electoral (CNE) convocar a elecciones presidenciales por el 20 de mayo 2018. Según las autoridades venezolanas, no pertenece a Washington fijar las fechas apropiadas para elecciones presidenciales en Venezuela. Si la oposición estaba de acuerdo para elecciones presidenciales antes de la llamada y que después de la dicha llamada hicieron marchar atrás, eso quiere decir que Washington es él que manda.

Ante la decisión del Gobierno de proceder a elecciones presidenciales, la oposición y sus aliados, incluyendo el episcopado venezolano y el Vaticano, trataron de quitar, por diversos medios, toda credibilidad a los resultados que resultaran de esa elección. Era importante reducir lo mas posible los votos del pueblo a las urnas. La campaña anti-voto tenia por objetivo la ausencia mas elevada de participación del pueblo.

Según los observadores internacionales las elecciones se realizaron en un clima de paz y sin irregularidades. Maduro ha  sido electo con una buena mayoría por encima de su mas próximo adversario. La participación, a pesar de la campaña   “al no votar”, ha superado la participación, en América latina, de muchas otras elecciones, celebradas como excito democrático. El caso de Chile ilustra bien hasta donde la participación puede ser baja, sin que se haga critica sobre los elegidos. Fue el caso de Michelle Bachelet, elegida en su secundo mandato con 23% del electora chileno. 

Nicolás Maduro ha sido juramentado, el 10 de enero 2019, ante centenares de representantes de países y reconocido por las Naciones Unidas como Presidente electo de Venezuela para los seis años a venir. 

Importa informar que el Vaticano se hizo representar en ese acto de juramentación, lo que daba un buen  señal de respeto por la elección legitima de Nicolás Maduro. 

A pena dos semanas después del juramento de Nicolás Maduro, como presidente de Venezuela, aparece un diputado, poco conocido, de la Asamblea legislativa, Juan Guaido, que se proclama, ante un grupo de la oposición radical, presidente por ínterin de Venezuela.  A pena juramentado, Donald Trump, de la Casa blanca, reconoce la legitimidad del nuevo autoproclamadopresidente du Venezuela. Ese reconocimiento de Washington da el señal a todos los aliados de Estados Unidos de proceder al reconocimiento de Juan Guaido como presidente autoproclamado de Venezuela. Fue el caso del grupo de Lima y de varios países de la Unión europea. Se calcula a unos cincuenta paísesque cumplieron con la consigna de la Casa Blanca. 

El episcopado venezolano reconoció de inmediato la presidencia de Juan Guaido, seguido por el Vaticano que se distancio del presidente legitimo, Nicolás Maduro, para apoyar a Juan Guaido como presidente auto proclamado por ínterin. El cabildeo de los interesados se hizo entender de parte del Vaticano y del papa Francisco.  En una carta al Presidente Maduro, el papa se dirige a él, no como un Presidente sino como un señor, sin ninguna referencia a su titulo de Presidente elegido por su pueblo.

Por supuesto que la influencia de Washington y del episcopado venezolano, los dos, extremamente unidos para derrotar la Revolución bolivariana, desde ya la llegada de Chávez con su  revolución, lograron, con la ayuda del Secretario general del Vaticano, ex Nuncio del Vaticano en Venezuela, a influir al papa de seguir el grupo de Lima y otros aliados de Washington, en la lucha contra un gobierno que no responde a sus intereses. 

La esperanza, puesta en la llegada del papa Francisco y en su Exhortación apostólica, Evangelii gaudium, se fue en humo con sus nuevos compromisos en el pacto de cooperación, firmado con Barack Obama, en marzo 2014. 

En tal contexto, uno entiende mejor el “porqué” del silencio del Vaticano y del episcopado venezolano sobre los comportamientos , mas que problemáticos, de su presidente autoproclamado y elegido por Donald Trump y sus seguidores.  El articulo de Benjamín Forcano, nos dice mucho  de los comportamientos problemáticos que se revelan cada día mas inaceptables de parte de gente de buena fe. 

Es triste que el Vaticano y el episcopado venezolano hayan sacrificado la celebración de la democracia del 20 de mayo 2018, para convertirse al autoproclamado presidente por ínterin, Juan Guaido, sin ninguna cobertura constitucional de Venezuela. 

Por suerte que el pueblo venezolano tiene consciencia y independencia para sostener con mayoría al gobierno que ha elegido en mayo 2018. Los millones de dólares destinadas para corromper militares y políticos, no lograron vencer la voluntad del pueblo. 

Cuando uno ve los silencios del episcopado colombiano ante los asesinatos de los lideres sociales y  de las complicidades del gobierno para invadir a Venezuela, uno se da cuenta de que lado se encuentra la Iglesia institucional. Eso vale por Bolivia y muchos otros países de América latina. 

No me quedaría sorprendido que tras de todo eso haya muchos dineros y privilegios disimulados. Habría que hacer una encuesta seria como se hizo en Chile con los problemas de cobertura de los abusos sexuales. En el caso presente, se trata de asuntos políticos que involucran una parte importante de los episcopados y de ciertas autoridades del Vaticano. Una investigación independiente se impone. 

Yo me defino como creyente en Jesús de Nazaret, en sus enseñanzas y en su testimonio de vida. Por otra parte no creo en una institución que se deja guiar por un poder político dominante, usando sus estatutos religiosos para influir sobre los miembros de la Iglesia. Lamentablemente, lo que vemos de la Iglesia institucional en América latina, es un retrato, sin equivocación, de su dependencia de las fuerzas del “imperio” dominado por el gobierno de Estados Unidos. 

Si queremos una Iglesia de salida, hay que hacer luz sobre todo lo que pasa en la Iglesia, sin tener miedo de los cambios que se imponen. 

Con todo mi respeto

Oscar Fortín

http://www.religiondigital.org/humanismo_de_jesus/Nicolas-Maduroel-creyente-hombre-.html

mayo, 2020

Volver arriba