Venezuela: Cristo y Goebbels

El presentte articulo nos abre la puerta del entendimiento con hechos y con inteligencia de lo que sucede en Venezuela.

La imagen del pueblo calentado por los grandes sacerdotes para que Barabas sea liberado y Jesus condenado no es fortuita.

A lo que se dedica el cardenal Porras uno puede pensar a esa imagen de un pueblo calentado por sus grandes sacerdotes para deshacerse de un regimen que no les gusta. En una carta del papa al Cardenal el P Papa lo anima en su solidaridad con su pueblo que sufre.

Como historiador no deja escapar lo que pertenece a la historia y lo dice con racionalidad y sin pasión.

Prefiero dejarlos con el autor y su mensaje relacionado al caso de Venezuela.

 Por Nacho Dueñas, cantautor e historiador

Introducción:

Veinte siglos más tarde del episodio de la condena y crucifixión de Cristo, es muy fácil observar la falta de lucidez de la gente que, agolpada en el atrio del palacio de Poncio Pilatos, gritaba, convencida: “¡Crucifícalo!”. Para ellos, no había ninguna duda de que el malhechor era Jesús y Barrabás alguien merecedor de la libertad. ¿O no?

Es más, estamos seguros de que se trataba de chusma inculta e iletrada y sabemos que nosotros no hubiésemos participado de tal linchamiento popular. Incluso, si en ese tiempo se pudiese apretar un botoncito y ver todos los datos, fuentes y argumentos del proceso a Jesús, con mucha más razón no nos hubiésemos dejado llevar por la histeria de tal chusma… Ciertamente, somos cultos, críticos e ilustrados, y antes de arrastrarnos por la corriente, utilizamos nuestra inteligencia… ¿O no?

Sin embargo, con respecto al  tema de Venezuela, veinte siglos más tarde, de nada sirven nuestras lecturas, reflexiones, inteligencia, títulos, etc., a la hora de discernir, lo cual nos asemeja a la histeria de esa chusma inculta e iletrada que confundió al malhechor con el bienhechor (Barrabás y Cristo). Con una diferencia: hoy sí contamos con la posibilidad de apretar un botoncito y ver todos los datos, fuentes y argumentos del proceso a Venezuela. Se llama Internet. ¿O no? 

Hipótesis:

Venezuela no es Cristo pero, en consonancia con los valores de Cristo, tiene un proyecto humanista, anti-imperialista y a favor de la lucha contra la pobreza y los derechos humanos. Y lo aplica con muchísimo acierto y algunos errores.

No obstante, tiene un problema mayor: el petróleo. El hecho de contar con las mayores reservas certificadas del mundo. Y, sencillamente, quien lo domine, dominará la economía mundial, al menos mientras ésta dependa del oro negro, lo cual va para largo. Y EEUU, que tiene cerca del 3% de la población humana, consume en torno al 40% de los recursos del planeta. Cualquiera que observe un mapa verá la de dinero que se ahorraría dicha potencia en el traslado del petróleo, si atiende a la diferencia de distancia entre el Caribe y Norteamérica y entre el estrecho de Ormuz y Norteamérica. Además, quien se apropie de él, se apropiará no solo del consumo sino del negocio. Basta ver el mapa de las intervenciones de EEUU en los últimos 30 años y hacer el seguimiento de los recursos de los que se quiere apropiar.

Ahora bien, la potencia estadounidense sabe que la opinión pública no le va a permitir tan fácilmente robar a otro país sus recursos. Y, entonces, ¿qué hace? Engañarla. ¿Cómo? Mediante los medios de comunicación. Así, el 95% de dichos medios (Fox, CNN, Clarín, Radio Caracas, Prisa, Antena 3…), pertenece, directa o indirectamente, a un grupo de multimillonarios (Murdoch, Turner, Cisneros, Berlusconi…) conectado con el poder financiero y petrolero mundial (Texaco-Chevron, Chase Manhattan Bank…).

De este modo, mediante la técnica del nazi Josep Goebbels, que decía que “una mentira descabellada mil veces repetida se transforma en una verdad indiscutible para la gente”, se nos logra crear lo que el sociólogo Carlos Elías Pérez denomina “lobotomía intelectual” en su libro Telebasura y periodismo, lo que conllevaría a tener la total convicción de que el culpable de la II Guerra Mundial fue Gandhi y no Hitler. O que hace 20 siglos había que crucificar a Cristo y no a Barrabás.

No ha resultado de gran utilidad que el periodista Pascual Serrano, en su libro Desinformación. Cómo los medios ocultan el mundo, desmontase documentalmente las mentiras que contra Venezuela (y varios países más) propala la prensa mundial. Ni que el sociólogo Ignacio Ramonet afirmase que contra el país caribeño se han roto todos los límites éticos del periodismo. O que el investigador Fernando Casado, en su libro Antiperiodistas, haya publicado la confesión de algunos periodistas de élite de la gran prensa mundial, acerca de la manipulación mediática que aplican a Venezuela. Sencillamente, la gente culta, esa que sabe que no mandaría crucificar a Cristo, ha hecho mayor dogma de fe de la maldad del gobierno venezolano que los católicos con respecto a la Santísima Trinidad. Y es que está claro que la culpa del estallido de la II Guerra Mundial la tiene el Mahatma Gandhi…Y eso que hoy sí tenemos un botoncito (Internet) que solo ir pulsando crítica y creativamente nos proporciona todo tipo de datos, fuentes y argumentos… ¿O no?

Hechos:

Todo lo que se expone a continuación es fácilmente verificable si se usa ese botoncito y se buscan las fuentes solventes (autores, organismos internacionales…). Sólo se requiere algo de tiempo, el beneficio de la duda, y la utilización del “ateísmo procedimental” (o el hecho de reconocer que nuestra verdad de fe sobre Venezuela puede estar errada a causa de la antes citada “lobotomía intelectual”). Invito, pues, a leer, a pensar y a buscar en Internet (el botoncito) las fuentes de lo que se afirma a continuación:

  1. “Las elecciones en Venezuela son fraudulentas”:
  • Según el Centro Carter, organismo nada sospechoso de veleidades bolivarianas, el sistema electoral de Venezuela es el mejor del mundo, superior al de los Estados Unidos, y ejemplo de democracia para todos los países.
  • Durante unos 20 años, se han convocado cerca de 25 elecciones, el chavismo ha ganado 23, con una media de más de 10 puntos de diferencia sobre la oposición. Además, han contado con el reiterado aval de observadores internacionales, no solo de organismos afines al chavismo, sino neutrales como el Centro Carter o adversos como la OEA, la Unión Europea, o líderes de partidos derechistas como el PP o el PNV.
  • En las recientes elecciones a la Asamblea, los observadores internacionales asistentes, una vez más, y frente al silencio cómplice de la “prensa libre e independiente”, avalaron la limpieza de tales comicios. La OEA y la Unión Europea afirmaron, sin prueba, argumento ni indicio alguno, el carácter fraudulento del proceso. Y lo hicieron a distancia y sin enviar observadores, ya que rechazaron la invitación que Venezuela les hizo.
  • La oposición, en estas y otras elecciones, tras proclamar fraude, no solo no ha seguido el protocolo de impugnación, sino que ni tan siquiera ha ofrecido ninguna prueba o indicio a la prensa que ella misma controla.
  1. “Guaidó es el legítimo presidente de Venezuela, y lo apoya la comunidad internacional
  • Juan Guaidó jamás se ha presentado a elección presidencial alguna. Sencillamente, se subió a un camión y se autoproclamó presidente.
  • La oposición apela al artículo 233 de la constitución, que regula la destitución del presidente por parte de la Asamblea, de la que Guaidó era la máxima autoridad. Sin embargo, no se cumplió el protocolo constitucional de deposición, ni la obligatoriedad, según el mismo artículo, de que el nuevo “presidente” convocase elecciones en 30 días.
  • No lo apoya la ONU, máxima representante de la comunidad internacional. Ni grandes potencias como China, Rusia, La India y muchos más. Y de los casi 200 países del mundo, lo apoyan menos de 50. Es decir, que 3 de cada 4 países no apoyan a Guaidó.
  1. El chavismo ha reprimido a la Asamblea, que ganó las elecciones de 2015
  • La oposición ganó esas elecciones. El gobierno, a diferencia de ella en otras ocasiones, reconoció el resultado.
  • El Consejo Nacional Electoral detectó fraude en la victoria de 3 asambleístas de la oposición, e instó, como era su obligación, a repetir las elecciones solo en esas 3 circunscripciones. La oposición se negó.
  • El Consejo Nacional Electoral, en el ejercicio de sus atribuciones, derivó el asunto al Tribunal Supremo quien, en función de su autoridad y competencia al respecto, falló que las decisiones que desde entonces tomase la Asamblea quedaban nulas y sin efecto (es decir, no se la disolvía, pero sí se la inhabilitaba temporalmente), hasta volver a elegir a los 3 asambleístas. La oposición se negó.
  • Por ello, desde la Asamblea se intensificó la guerra sucia que con anterioridad se venía cometiendo, apostando desde entonces por intentos de magnicidio, golpes de Estado, asesinatos, petición de invasión directa de una potencia agresora, la organización de otra invasión directa de mercenarios extranjeros, la solicitud y el apoyo a unas sanciones económicas que han podido provocar la muerte de hasta 40.000 venezolanos, etc. Muchos de estos actos, en EEUU serían merecedoras de la pena capital. Sin embargo, en la “dictadura de Maduro”, han salido gratis o, si han sido juzgados y condenados, se ha tachado frívolamente a sus responsables de “presos políticos”.
  1. Maduro ha arruinado Venezuela:
  • Según Rafael Correa, Venezuela ha pasado de facturar 54.000 millones de dólares anuales en 2013 a facturar 500 en 2020, por un bloqueo que le impide vender su petróleo, y que es responsabilidad de Obama y Trump, no de Maduro.
  • La Unión Europea se ha apropiado de gran cantidad de oro del Estado (que no del gobierno) caribeño.
  • Las sanciones de EEUU impiden vender petróleo, acceder al crédito o comerciar con empresas y países. Ese atentado a la libertad de mercado (que se supone que perpetraba el comunismo y no el capitalismo) ha provocado, según Mark Weisbrot y Jeffrey Satchs, la muerte de unos 40.000 venezolanos, pudiendo ser constitutivo de delito de lesa humanidad a investigar por un Tribunal Penal Internacional.
  • Según la relatoría de la ONU en Venezuela, no se puede hablar de crisis humanitaria en el país, sino de crisis social inducida, contra lo cual Maduro, sostiene dicha relatoría, está aplicando buenas políticas. En la misma dirección se orientan las investigaciones de la economista Pascualina Curcio, o las afirmaciones de Alicia Bárcena, Secretaria General de la CEPAL.
  1. Con Hugo Chávez comenzó la ruina de Venezuela:
  • La pobreza bajo del 70% en 1998 al 23% en 2012 (CEPAL / BM / CIA).
  • La extrema pobreza bajo del 40% en 1998 al 7% en 2012 (CEPAL).
  • El hambre se erradicó, técnicamente hablando (FAO).
  • El analfabetismo se erradicó, técnicamente hablando (Unesco).
  • Los Objetivos del Milenio de la ONU para reducir la pobreza, Venezuela fue de las primeras en cumplirlos, lo cual hizo antes de la mitad del plazo (ONU).
  • El PIB de Venezuela, entre el 2004 y el 2008, se situó entre los más altos del mundo (FMI).
  1. Venezuela tiene un gobierno altamente represivo.

Se debe reconocer que esta afirmación no es falsa, pero está descontextualizada, y se usa como excusa con el fin de pedir la intervención del Tribunal Penal Internacional para investigar presuntos delitos de lesa humanidad, como solicita Amnistía Internacional. Contextualicemos:

  • Es cierto que en Venezuela se tortura y mucho; y que hay ejecuciones extrajudiciales; y que la policía se extralimita, y bastante.
  • Pero se ocultan las medidas del gobierno para evitar dicha represión: el habilitar números de teléfonos gratuitos para denunciar actos de represión; el cese y proceso a oficiales responsables, el facilitar el trabajo a organismos de DDHH, etc.
  • En sentido contrario, no hay prueba ni evidencia que verifique que se trate de una estrategia sistemática del gobierno, requisito indispensable para hablar de proceso por crímenes de lesa humanidad.
  • De hecho, informes vinculados a la ONU hablan vagamente de “indicios” de tal estrategia sistemática del gobierno, pero no dicen cuáles. Y los de AI reconocen implícitamente que no tienen ninguna prueba (las que faltan contra Maduro sobran contra Uribe, sin que por ello se le procese a este último).
  • Consta la gran cantidad de fake news al respecto: se han hecho pasar imágenes de actos represivos de otros países (golpizas, disparos, agresiones…) como sucedidos en Venezuela. Como ejemplo, la periodista opositora Ludmila Vinogradoff publicó la fotografía de un policía golpeando con un casco a una mujer que estaba en el suelo. Un lector identificó la foto original…de un acto represivo sucedido en Egipto. La periodista no rectificó, ni se disculpó, ni ofreció explicación alguna. Tan solo retiró la fotografía de modo discreto.
  • Además, se descontextualiza al aparentar que esta represión se aplica contra unas protestas pacíficas. Categóricamente falso. Consta fehacientemente que se han quemado vivos a unos veinticinco chavistas, que se han prendido fuego a autobuses, universidades y guarderías infantiles con personas y niños dentro, que se han asesinado a decenas de personas. Está más que demostrada la presencia de paramilitares y francotiradores, de coches bomba. Se han degollado a motoristas chavistas, se han bombardeado edificios públicos, y otros tantos han sido atacados con cócteles molotov.
  • Frente a esto, es deber del Estado combatir la violencia. Y es cierto que se cometen muchos excesos. Pero no es lo mismo cometerlos contra gente pacífica que contra asesinos, francotiradores y paramilitares.
  • Venezuela no es el único ni el peor país con respecto a los DDHH. Ni de lejos. Si se analizan los informes anuales de AI, se verá que Arabia Saudí, Egipto, El Salvador, Marruecos, China, Filipinas, Irán, Irak, Afganistán, etc., son infinitamente peores. Además, hay países “de los buenos” que cometen actos que si sucedieran en Venezuela se amplificarían. Pero al ser “de los buenos”, se silencian (esto es, se censuran por la “prensa libre e independiente”).
  • Así, en EEUU, según datos de la AI, cada día, la policía asesina a 3 personas (por lo general, negros y pobres), o tortura en Guantánamo a prisioneros sin juicio ni proceso. En Colombia, en lo que va de año, se han asesinado a cerca de 200 líderes sociales y se han perpetrado unas 20 masacres. En Brasil, ya antes de Lula, con él, y hoy con Bolsonaro, la policía entra a matar a diario en las favelas. En Filipinas, el presidente Duterte combate el narcotráfico disparando y matando a miles de drogadictos. Y podríamos seguir citando… 

Conclusiones:

  • Venezuela es un caso de libro de fake news intensas, sistemáticas, reiteradas, implacables y minuciosas, de lo cual hay numerosa bibliografía, tan documentada como ignorada.
  • La opinión pública ha asumido el contenido de las fake news de modo irracional, acrítico y compulsivo, como si fuera un acto de fe.
  • La razón de tales fake news es la intención de apoderarse del petróleo venezolano, que cuenta con la mayor cantidad del producto que, junto con el dinero, mueve la economía mundial.
  • No hay el más mínimo indicio de que las elecciones en Venezuela sean fraudulentas. De hecho, son ejemplarmente limpias.
  • Hugo Chávez mejoró de modo drástico absolutamente todos los indicadores económico-sociales (salvo los de la inseguridad).
  • Maduro está combatiendo un bloqueo criminal (verdadero culpable de la crisis social de Venezuela) ordenado por EEUU, que ha supuesto la muerte de varias decenas de miles de venezolanos, y que probablemente sea constitutivo de delito.
  • La violencia represiva del gobierno se exagera. La violencia golpista de la oposición, mayor que aquella, se oculta. 

Epílogo:

¿De verdad que los que gritaron en contra de Cristo no sabían lo que hacían? Cierto. No existía el botoncito. ¿De verdad que nosotros no hubiésemos actuado así? Pues hoy, sí hay botoncito. ¿Y acaso lo usamos con Venezuela? Sería bueno aplicar la máxima de Pío Baroja, acerca de “no engañar ni engañarnos”, con respecto a nuestra lucidez interpretativa de la realidad política. Y recordar cómo el rey Fernando VII adiestraba a sus ministros para que éstos respondiesen, tras la pregunta de rigor: “lejos de nosotros, señor, la funesta manía de pensar”.

Sería conveniente, además, no olvidar la máxima de Cristo, de que “la verdad os hará libres”. Porque si no, se impondrá el aforismo de Josep Goebbels, ministro de propaganda  nazi, de que “una mentira descabellada mil veces repetida se transforma en una verdad indiscutible para la gente”. Y éste, a diferencia del nazareno, no trabajaba ni para la verdad ni para la libertad. A semejanza del imperio. A diferencia de Venezuela.

Gracias a todos ustedes por su lectura y su buena voluntad al servicio de la verdad que nos hace libres.

Fuente:https://www.atrio.org/2021/01/venezuela-cristo-y-goebbels/

Unas referencias

Carta de Oscar Fortin al Cardenal Porras

https://www.religiondigital.org/humanismo_de_jesus/Carta-cardenal-Baltazar-Porras_7_2299940001.html

Carta del Papa al cardenal Porras

https://www.religiondigital.org/humanismo_de_jesus/Carta-cardenal-Baltazar-Porras_7_2299940001.html

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