La verdad os hará libres (Juan 8:31-38)

Hablamos de la Iglesia en salida como un imperativo que nos empuja por adelante sin que sepamos bien el destino de ese camino. Hace unos días, el Secretario general del Vaticano hizo una declaración en que se reconoce muchos comportamientos no aceptables en la Iglesia.

Hay una toma de consciencia que obliga a cambios fundamentales. Xavier Picaza reclama en varias de sus intervenciones que la Iglesia se destaque del Vaticano y que sus dirigentes se integran en la vida de los pueblos

el resucitado con sus disciples

No tengo los conocimientos de Xabier Picaza, buen amigo, para hacer la exégesis de este texto que nos viene del evangelista Juan. Me gustaría, obviamente, que lo haga. Por mi parte, lo que mas me interpela y tendría que interpelar a todos nosotroses la verdad de lo que somos y de lo que hacemos.En el mundo de esa verdad no hay teatro ni mentira. La verdad que hace de nosotros seres libres es, según mi entendimiento, la que responde con mucha sinceridad al mando de nuestra consciencia, profundamente radicada en el mensaje de Jesús, dirigido a toda la Humanidad. 

Me parece importante recordar que el Jesús de los Evangelios no es solo el recuerdo de uno que ha vivido hace 2000 anos , sino, también, el Jesús resucitado quien es  bien vivo, presente en cada persona de buena fe. El resucitado sigue siendo el representante de su Padre en la tierra  y nos acompaña con la verdad de su Padre, la cual no tiene que ver con la verdad disfrazada, pura mentira, de los que viven de sus ambiciones y poderes.

buen samaritano

El Jesús de los Evangelios anduvo con la verdad de su Padre, llamando al amor de los unos con los otros, haciéndose cercano a los pobres y humildes, sanando a los enfermos y denunciando con fuerza a los fariseos y hipócritas que ponen sobre las espaldas de otros una carga que ellos mismos no llevan. Es ese Jesús quien es, para todos nosotros, el camino que conduce a la verdad y a la vida.

Me permito hacer aquí un paralelo entre las ultimas intervenciones de Jesús, poco tiempo antes de su muerte, con las mismas intervenciones que se imponen a poco tiempo del fin temporal de nuestro mundo. 

Según el Evangelio de Mateo, Jesús, en las semanas precedentes su arresto y condenación a muerte, tuvo tres intervenciones mayores . La primera fue su intervención en contra los escribes y grandes sacerdotes (Mateo 23) que tienen mas intéresses para ellos mismos que para los pobres y humildes. La secunda se relaciona con el juicio final que recuerda lo esencial para acceder a la casa del Padre. Se trata de la atención a su prójimo y a sus necesidades. (Mateo 25,31-46). La tercera intervención es la  de Jesús que entra en el templo donde encuentra los vendedores y comerciantes.Vienen, pues, á Jerusalén; y entrando Jesús en el templo, comenzó á echar fuera á los que vendían y compraban en el templo; y trastornó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas(Marcos 11:15-18)

Nadie sabe cuando llegara el fin temporal de la Humanidad  sobre esta tierra. Lo que sabemos es que estamos mas cerca de ese fin que en el tiempo de Jesús. 

El paralelo que veo con las intervenciones de Jesús de aquel tiempo es que los tres puntos tratados por Jesús cuadran muy bien con los que interpelan las Iglesias cristianas de hoy. La Iglesia en salida de la que hablamos es un llamado a poner fin a todo lo teatral de la Iglesia para volver a la vida sencilla y cercana a sus pueblos. La vida del obispo Casaldaliga, celebrada por miles y miles de personas confirma la necesidad de esa conversión. 

Lo del juicio final es un recuerdo de lo que es esencial, el cual no se encuentra en las doctrinas, tampoco en los derechos canónicos. Tampoco se encuentra en la practica de los cultos sacramentales sino, mas bien, en la practica sacramental de la vida cotidiana. El culto que cuenta por Jesús y su Padre es el culto de la fraternidad, de la solidaridad, de la misericordia y del perdón, de la justicia, de la verdad entre los unos y los otros. A eso nos llama el Juicio final de que nos habla Jesús. Les refiero ese tema de los sacramentos de la vida a un intercambio que tuve con Xabier Picaza,en 2008.

 Conclusión

Los tiempos que vivimos nos llaman a una verdadera conversión al espíritu de los Evangelios y a la simplicidad del vivir de los hombres y mujeres humildes. Nada de prepotencia y ambiciones de poder. Un solo compromiso: ser a la orden del Resucitado y de su Padre. “La verdad os hará libres.”

Oscar Fortín

1 de septiembre 2020

Volver arriba