¿Conversión ?El hombre siempre está en perpetua cuaresma.

“Si no os convertís no entraréis en el reino de los cielos”. 

                                                               I

Es época de Cuaresma y, ya se sabe, lo propio es la predicación de la conversión.Conversión en esta tierra a la espera de alcanzar el reino de los cielos.  Mudar de lo que sea para esperar lo que no se sabe. 

Así que, de momento, estamos en este mundo. A lo largo de la vida el individuo se convierte y reconvierte muchísimas veces, de tal modo que uno no se reconoce en el infante que fue, en el niño que dejó atrás, en el joven con fuego en las alas y casi ni en el maduro que consiguió lo que cada cual ha llegado a ser. A fin de cuentas, la vida es un dejar atrás pasados cumplidos. 

El cambio es consustancial al hombre, cambio propiciado por el conocimiento que tiene de las cosas. Entonces, ¿conversión hacia qué o hacia dónde?  “Cuando era niño…”, que decía Pablo de Tarso para justificar esa otra conversión. 

Entre otros cambios posibles está el de las creencias, tomado este término en su acepción más amplia. Quizá sea el cambio mayor. Los cambios materiales o de situación social también suelen propiciar cambios en las creencias.  Cambio hacia o cambio desde, cambio para aceptar creencias nuevas, cambio para dejar las que tenía. 

Creencia es un estado mental, más que un conjunto de conocimientos específicos, porque la creencia en cuanto tal implica, sí, conocimiento, pero también vivencia. Lo que hoy se llama “inteligencia emocional” tiene mucho que ver en ello.

Como mera actitud mental, que puede ser inconsciente, no es necesario que se formule lingüísticamente como pensamiento; pero como tal actúa en la vida psíquica y en el comportamiento del individuo orientando su inserción y conocimiento del mundo”. Es un mapa mental según interesante aportación de  F.P.Ramsey.

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