FIDEL HERRÁEZ VEGAS sin defensa.

Y yo contestaba al o la "Admirator" de esta manera. Corría el año 2004, pero tal asunto todavía colea.

Señor Don Admirator. Alguien me ha pasado su artículo en Religión Digital y a través de ese “alguien” contesto.

Vamos a poner las cosas en su sitio. Ud. no sabe de la misa la media y habla de oídas. Defiende a FIDEL HERRÁEZ VEGAS como excelso servidor de Jesucristo y legatario del colegio apostólico, pero parece que únicamente por ser “obispo”, encarnación en nuestros días del “buen pastor”.

Si yo fuera creyente podría estar de acuerdo con la figura del buen pastor que él encarna, pero su Don Fidel Herráez dejó de serlo para convertirse, al servicio de su “rouco señor”, como Ud. cita, en un vulgar miembro de una banda de trileros inmobiliarios.

Contesto casi con una rabia contenida que el tiempo va mitigando. He vivido el drama de nuestros hijos desgajados de su colegio, apartados de sus compañeros, sufriendo la separación y la inclusión en otros colegios y sé de qué hablo. He sufrido cómo se disgregaba en enfrentamientos personales la sociedad que regentaba el Colegio. He sentido las miradas hoscas de muchos padres, envenenados por las mentiras de tal obispo...

Y sí, el autor de tal colegicidio fue ¡¡un obispo!! a las órdenes de su señor. No supo enfrentarse a él. Y lo hizo sirviéndose de armas traicioneras, sin acudir a la justicia, haciendo caer a profesores y APA en una encerrona, vaciando el colegio con métodos chantajistas, quebrando ilusiones de profesores y padres. ¿Algo más? 

Sepan, pues, cuantos ocupan el nuevo y flamante Colegio Arzobispalen la Pza. de San Francisco, 5 de Madrid que éste se alza sobre los cadáveres de puestos escolares, de niños y profesores que gozaban de un colegio más boyante que el que ahora allí se alza.

La sociedad que regentaba el Colegio no cedió por “acuerdo” alguno, sino por la daga traicionera de un “obispo bienintencionado”, según Ud., que seguía las directrices del cardenal más siniestro que ha dado España, Rouco, digno sucesor de aquel Alfonso Carrillo de Toledo: éste blandía la espada, el de nuestros días sólo tira la piedra usando la mano de su “fidel” escudero.

Se quiera o no, más que EDIFICIO-PARA-SEMINARIO lo que Fidel quería, pongamos mejor Rouco, era un EDIFICIO-PRETEXTO en la zona vaticana de Madrid. Ya en su tiempo la prensa hablaba del "Vaticano madrileño". Y Rouco quería pasar a la historia del arzobispado como el que engrandeció la diócesis con más edificios. El barrio de las Vistillas... ¡para él!

Añadamos, para desazón y tormento de las monjas que se lo vendieron, que tal venta fue una verdadera pignoración a la baja: consulté a un arquitecto que visitó nuestro colegio el posible valor de este edificio. Me contestó: "Si este edificio no tuviera los condicionantes que tiene, su valor podría llegar a los 900 millones de pesetas; pero dados dichos condicionantes, el tal edificio podría valer entre 500 y 700 millones de pts. como mínimo" (más de 600 m2 con cinco plantas en una de las mejores zonas de Madrid).

Fidel se lo entregó a su “rouco señor” por 275 millones (todavía no se hablaba de €). Si esto no es especulación inmobiliaria, yo soy Santa Gertrudis. Don Admirator, ¿qué me va a contestar ahora? Mejor sería que lo hiciera el señor Herráez.

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