Frases evangélicas de consecuencias nefastas.

Hay cosas que, por más que se revuelvan y se traten de interpretar no pueden tener resquicio alguno para la excusa.

Lutero es un subproducto del cristianismo romano; el católico Hitler otro subproducto del subjetivismo luterano; Churchill fue Nobel de literatura, pero dio su aquiescencia para bombardear Dresde; Truman, fervoroso bautista sureño, ordenó lanzar dos bombas atómicas...

La conciencia individual convertida en norma "independizada", que no independiente, de la vida. El triunfo de la conciencia: conciencia que se adapta a las necesidades; conciencia que deriva en necesidad de poner en práctica las ideas.

Pero la conciencia también tiene otra cara, la salvaje. Esta otra cara, la desechada por la sensiblería individualista y pietista, pero aceptada como criterio de acción por el "estamento organizado" e incluso la que ha dejado su impronta en las relaciones sociales del mundo occidental, es una cara de lucha, enfrentamiento y fracción social.

No vine a traer la paz sino la guerra... vine a separar al hombre contra su padre... ¿Quién es madre y quiénes son mis hermanos? Quien hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos..

Palabras, quizá; metáforas, tal vez, pero muchos siglos han vivido de su interpretación literal. Enfrentamiento y división social, familiar por desgracia, ¡que los "consagrados" exhiben como timbre de gloria:

El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí.

¿Se pueden concebir frases tan antinaturales y fanáticas en un líder espiritual? No olvidemos que han sido tomadas "al pie de la letra" durante mucho tiempo. Y no olvidemos tampoco cuántos "mesías novísimos" han hecho estandarte de este lema.

El que ama su vida la perderá...

Otra frase de consecuencias nefastas para la salud, física y mental, de muchas personas encerradas en los conventos, sin la resistencia necesaria o sin voluntad o posibilidad de cortar amarras.

Citas y más citas, que, si fueran simbólicas, podrían admitirse, pero que muchos cristianos han llevado a sus últimas consecuencias: en la historia pasada cruzadas, inquisición, genocidios consentidos o rehuidos, esclavitud, matanzas en nombre de Cristo; en la actualidad, extorsión para la adquisición de bienes,  influencias abochornantes, alianza con el poder, incluso traición cuando presienten un peligro, abuso de confianza...


Sed prudentes como serpientes y sencillos como palomas…


Pues eso, a lo dicho.

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