Humanismo y Filosofía /1

Homo sum, nihil humani a me alienum puto (Terencio)
El ser humano es la medida de todas las cosas (Protágoras)
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Los términos Filosofía y Humanismo, como el Ser en Aristóteles, tienen múltiples significados, que habrá que clarificar. Una de las varias funciones de la actividad filosófica es la clarificación del lenguaje y del pensamiento expresado en los términos lingüísticos. En efecto, el término genérico Filosofía denota diversas especies filosóficas, como sistemas, corrientes, escuelas, teorías o ideas, con sus respectivos creadores, representantes o seguidores.
De igual modo, el término Humanismo “se dice de muchas maneras”, es polisémico y harto complejo en sus manifestaciones concretas. El significado más conocido es el del movimiento literario y cultural que recibió el nombre de Renacimiento, que significa un nuevo nacimiento o regreso a las “letras clásicas”, al griego y al latín (en especial a Cicerón y a su concepto de humanitas), en reacción al escolasticismo medieval y a la hegemonía de la teología eclesiástica. Lo que implica cambio de valores.
El humanismo renacentista, desde el punto de vista filosófico, significaba la lenta superación del teocentrismo medieval, iniciando un giro antropocéntrico que culminaría en la Ilustración y en los siglos siguientes.
En filosofía, humanismo puede entenderse desde dos perspectivas, una antropológica y otra ética. La primera se refiere a una concepción filosófica sobre lo que sea el ser humano. Así, puede hablarse, por ejemplo, de humanismo cristiano o integral, humanismo socialista, marxista, existencialista, personalista, científico, evolucionista etc. A menudo estas concepciones antropológicas llevan aparejados determinados ideales éticos.
Habrá tiempo de clarificar estos tipos de humanismos y su mutua confrontación. Aquí, en el ágora digital, y en referencia a un blog llamadoHumanismo sin credos, sólo quiero hacer notar la íntima conexión entre filosofía y humanismo, vinculados ambos conceptos por un “interés emancipatorio” es decir, la lucha por una humanidad emancipada, cuyos aspectos habrá que explicitar y desmenuzar.
La filosofía, como pensamiento libre y crítico está al servicio de la humanidad, o de los seres humanos, como prefiere Unamuno (Homo sum, nullum hominem a me alienum puto). Lo que podría valer igualmente para la ciencia o tecnociencia prometeica. En este sentido ético, humanismo se refiere a un ideal regulativo, un horizonte utópico hacia el que la especie humana debería caminar, impulsado por el motor de la esperanza, virtud humana fundamental, que sueña siempre con un futuro mejor.
No es, pues un estado de cosas, sino un devenir, un llegar a ser más humanos. Pertenece no al ámbito de lo que ya es, sino al deber ser, a lo que debe o puede ser. No es una realidad efectiva, sino la posibilidad de una vida buena, una vida mejor o excelente en superlativo, de máxima calidad y dignidad. El ser humano, como ser racional y como “animal simbólico”, puede construir y configurar variados mundos simbólicos, no atados al determinismo de la naturaleza biológica.
Para poner un solo ejemplo, la filósofa americana y judía Marta Nussbaum, en su obra El cultivo de la humanidad, propone una ética humanista para nuestras sociedades democráticas, inspirándose en las aportaciones socráticas, el cosmopolitismo estoico y el universalismo kantiano, una ética laica y transcultural, que traspase las fronteras de la nación, la cultura, el sexo o la confesión religiosa.
Otros autores hicieron propuestas semejantes. Se trata de un humanismo no ligado a un credo religioso y de una ética cívica y pública, común a todo ciudadano de la politeia democrática.
Ello no implica, entiéndase bien, la eliminación de las morales confesionales, por ejemplo la tradicional cristiana o la islámica, sino la supresión de su privilegiada hegemonía en el espacio público estatal, para pasar al espacio privado de la conciencia y dentro de las comunidades de fe. Sin separación de religión y política no puede haber democracia, el régimen más inclusivo y más tolerante con las diferencias.