La Piscina Probática.

Dice un insigne comentarista “adversus bloguer”:

"Por cierto, esos capítulo y versículo de Juan, figuran en el mismo evangelio que explicita que la piscina Probática tenía cinco pórticos (en contra de todo lo supuesto) como se ha demostrado física y realmente, a lo que Vd. no quiere responder, dado que todas esas cosas las cree (que no lo sabe) alegorías, míticas, falsedades, entelequias, cuentos..."



Comentario del comentario: Lea bien los textos bíblicos. No existe una piscina “probática”. La piscina se llamaba Betesda. RESPUESTA GENERAL. ¿Quién puede decir que tal piscina sea algo alegórico o falso? ¿O el Templo? ¿O el monte Sinaí? Ahí estaban y ahí están. Lo que resulta las más de las veces "increíble", quizá falso, es todo el cuento que se construye en esos entornos. . (Aparte: se disculpa que en los comentarios la redacción quede de ese modo crucificada).

Pero ya que nos interpelan acerca de la piscina ¿Probática?, precisemos algunas cosas.

Las piscinas de Jerusalén(como de cualquier otra ciudad) :

1. Se construían para recoger el agua de lluvia.
2. Eran asimismo estanques que se llenaban por medio de conducciones

Los usos principales de tales piscinas eran:
1. Para abrevar el ganado.
2. Para abluciones.
3. Para riego.
4.Para lavar el despiece de los animales.
5. En mansiones particulares para uso doméstico.


Excavaciones:
Se confirma la existencia de tal piscina o estanque, que, por cierto, era enorme. Estaba situada a unos 100 metros al norte del templo. Era un cuadrilátero de unos ciento veinte metros por sesenta, rodeado de una larga serie de arcos -que se llamaban pórticos- y dividido por un muro sobre el cual aparecía un quinto pórtico. El nombre de la piscina, según consta en el rollo de cobre de Qumran, es Betesda (su etimología aramea significaría "casa de la misericordia"). Los arqueólogos la descubrieron hacia 1931-32 bajo las ruinas de la basílica de santa Ana.

¿Por qué el nombre de "Probática"? En mi grueso Diccionario de Latín (1886) encuentro: Probática = Piscina Servía para lavar y purificar las reses destinadas a los sacrificios.Del griego “probatikós”. Consulto el Diccionario de Griego. Probatikós: relativo a las ovejas).

Citas varias del Evangelio de Juan, Cap. 5, v. 2 y ss.

1. BIBLIA DE JERUSALÉN. Hay en Jerusalén, junto a la Probática, una piscina que se llama en hebreo Betesda, que tiene cinco pórticos. En ellos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos, paralíticos, esperando la agitación del agua. Porque el Ángel de Señor bajaba de tiempo en tiempo a la piscina y agitaba el agua; y el primero que se metía después de la agitación del agua, quedaba curado de cualquier mal que tuviera.

2.NÁCAR-COLUNGA. “Hay en Jerusalén, junto a la puerta Probática, una piscina, llamada en hebrero Betzata, que tiene cinco pórticos”.

3.EDITORIAL REGINA. “Hay en Jerusalén, junto a la Puerta de las Ovejas, una piscina, llamada en hebrero Betesda, que tiene cinco pórticos”.

4.ED. COLLINS. Now there is at Jerusalem by the sheep 'market' a pool, which is called in the Hebrew tongue Bethesda, having five porches.


Comentario a este texto:

1. Respecto a la primera traducción, no se trata de dos piscinas, la Probática (destinada a lavar el ganado) y la Piscina Betesda. Ése "la Probática" se refiere a una puerta. Induce a confusión (en la que cayó nuestro insigne comentarista).

2. Ficción: nadie en su sano juicio puede creer que un ángel baje a remover las aguas (no descartan esa posibilidad "sobrenatural" los traductores Nácar y Colunga). Búsquese alguna explicación más normal y no la que da el relato fabulador del Evangelio, inventado y añadido.

3. La credulidad suele obrar milagros, como se puede ver en Lourdes y Fátima. Pero no porque el agua los produzca, sino porque la fuerza mental que cree en eso, lo procura.

4. Para que se llegue a afirmar la certeza del hecho –curación—habría que aplicar metodología científica, es decir, hacer un seguimiento estadístico“significativo” (margen de error del 3 %). Si no, no se puede llegar a la conclusión de que Dios haya obrado un milagro: habrá que buscar otras causas.

5. La misma Biblia Nácar-Colunga deja entrever que nada de este relato es creíble. Cito: El v. 4 falta en los mejores códices griegos. Lo desconocen Agustín, Crisóstomo, Cirilo… ...se trataba de un manantial de aguas termales. Si no curaba todos los males, aliviaría muchos de ellos. Según el texto, el manantial era intermitente. Sabido es que esta clase de aguas es más eficaz al brotar que después, a causa de su mayor radiactividad (¡!).

Pero ahora volvamos a esa relación entre realidad de la piscina (por las excavaciones) y la ficción del “cuento”.

La novela más grande, el Quijote, tiene referencias continuas a lugares determinados, pueblos, ventas, caminos, altozanos, iglesias... ¿Hay que deducir que el relato es real, que no es ficción?

Animo a quien no los haya leído a ver si encuentra relación entre lo que el autor “cuenta” y la deducción de "realidad" por los lugares, contextos y tiempos que encuadran la acción: Cien años de soledad, Ana Karenina, Crimen y Castigo, David Copperfield, El Conde de Montecristo, 1984, El Proceso, El gran Gatsby, El guardián entre el centeno, Un mundo feliz, La Regenta, El Principito, Los Miserables, Rebelión en la granja

Insisto: ¿Alguien puede deducir, por el hecho de tener una localización conocida, que todos esos relatos son hechos acaecidos, que son reales?

Para terminar y como ejercicio escolar de exégesis literaria, copio el fragmento final del cuento de Andersen, Los Músicos de Bremen.

Pueden ver que hay muchos elementos “reales”, aunque respecto al conjunto cualquiera que no tenga la credulidad de un niño –aplíquese a la piscina de Betesda— pensará que se trata de eso, un cuento.

El bandido lo encontró todo quieto y silencioso, y entró en la cocina para encender luz. Tomando los brillantes ojos del gato por brasas encendidas, aplicó a ellos un fósforo, para que prendiese. Pero el gato no estaba para bromas y, saltándole al rostro, se puso a soplarle y arañarle. Asustado el hombre, echó a correr hacia la puerta trasera; pero el perro, que dormía allí, se levantó de un brinco y le hincó los dientes en la pierna; y cuando el bandolero, en su huida, atravesó la era por encima del estercolero, el asno le propinó una recia coz, mientras el gallo, despertado por todo aquel alboroto y, ya muy animado, gritaba desde su viga: “¡Kikirikí!”. El ladrón, corriendo como alma que lleva el diablo, llegó hasta donde estaba el capitán, y le dijo: - ¡Uf!, en la casa hay una horrible bruja que me ha soplado y arañado la cara con sus largas uñas. Y en la puerta hay un hombre armado de un cuchillo y me lo ha clavado en la pierna. En la era, un monstruo negro me ha aporreado con un enorme mazo, y en la cima del tejado, el juez venga gritar: ‘¡Traedme el bribón aquí!’ Menos mal que pude escapar. Los bandoleros ya no se atrevieron a volver a la casa, y los músicos de Bremen se encontraron en ella tan a gusto, que ya no la abandonaron. Y quien no quiera creerlo, que vaya a verlo.


Aplíquese lo dicho a lo largo de este artículo a todos los relatos neotestamentarios sobre hechos fabulosos obrados por Jesús y se tendrá una idea cabal de lo que se puede deducir respecto al conocimiento histórico del personaje. ¡Pero como contra el creer no hay saber...!
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