¡Qué día tan hermoso!

Hoy España tiene al fin gobierno. 

El pueblo llano, el pueblo que levanta España con el sudor de su frente y la penuria bajo el brazo, ha llegado al poder. Al fin España será más justa, España repartirá su riqueza entre todos, habrá más igualdad, más unión de la clase trabajadora, más progreso, que para eso somos "los progresistas", más solidaridad, más unidad nacional…

Pues NO: qué día tan aciago, amargo y abochornante para muchos y previsiblemente desastroso para todos. Lo cierto es que no sé qué más habrá distinto a lo que tememos, es decir, lo contrario de lo dicho en el párrafo anterior.

Ya pasó. Como estaba previsto, pero muchos confiábamos en lo contrario, el guión se ha cumplido. Un tal Pedro Sánchez, doctor en no se sabe qué, toma las riendas funcionales de “este país” que apenas si se parece a la España que diseñaron allá por el XV los Reyes Católicos y mal que bien quisieron continuar reyes y presidentes, sean del Estado o de las Repúblicas.

Hoy la cosa es otra cosa. El que ha perdido una O y, por supuesto, la E para convertirse en otra cosa, PS,  Pedro Sánchez, comienza casi a reinar en España, o quizá en “este país”. O lo pretende. Hasta el rey puede pasar a ser su súbdito a poco que se esfuercen. Un poco prisionero ya lo han tenido.

Menos mal que la situación no es la misma, que hay una bien formada clase media, que las leyes y las instituciones del Estado no son tan frágiles y que Europa ya es, también, otra cosa. Si no, sería como revivir las elecciones de febrero de 1936, fraudulentas como todo lo que pasa por el tamiz de determinadas izquierdas. Recordemos un estudio al efecto donde se demuestra el fraude electoral de febrero de 1936, con el añadido de más de 40 muertos: más votos que votantes censados, lacres rotos, papeletas que aparecen y desaparecen, tachaduras, borrones y raspaduras en los sobres. Recomiendo el libro: 1936.Fraude y Violencia en las elecciones del Frente Popular, de Manuel Álvarez y Roberto Villa.

Subrayo lo de “determinadas izquierdas” y añadiría las más impresentables, porque también un cierto PSOE del pasado fue, para muchos como yo, punto de referencia política y digno de gobernar España. Hoy no. Nadie sabe el proyecto que tiene la banda que nos va ¿gobernar? más allá de “que no gobiernen los fascistas” o quiero ser objeto continuo de alabanzas y viajar gratis en avión privado.

Aparte de las ideas que arrastran, ideas delicuescentes e incluso delincuentes, todos se hacen cruces respecto a la preparación que algunos tienen a la hora de manejar miles de millones ¡nuestros! Individuos, ahora gobernantes, que si enviaran su Currículum Vitae no habría empresa que contestara a su demanda ni, menos, confiara en ellos. Gentes que se vestirían de manera elegante si fueran a la boda de su hermana pero que se presentan ante el Rey o en el palacio de la nación en mangas de camisa. 

Bueno, que ya está. Los lamentos han de hacerse proyectos y escarmiento. Valga lo dicho como desahogo. Otro Quevedo tendría que venir a decir cosas más sustanciosas de lo visto y oído.

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