Hay ovejas que ven lobos por todas partes.

En días pasados nos explayábamos con frases lapidarias que han sido durante siglos norma de conducta de muchos escogidos por Dios. Insistimos todavía más.

Ninguna religión es tolerante con la disidencia y menos con quienes perciben que, razonadamente, socavan la doctrina, sustento de millones de personas. Son demasiadas "ovejas" como para consentir la existencia de lobos.
La duda interna de una oveja es tolerable y hasta loable, porque podría conducir al rebaño a otros pastos, pero no el que alguien, lobo al descubierto o lobo revestido de oveja, que es peor, pueda introducir el más mínimo destello de duda entre los fieles.

Éste será acreedor de la muerte más cruel y horrenda.

Los herejes pueden no sólo ser excomulgados, sino también condenados a muerte...[opinión de un cristiano] Oh, vosotros los que creéis, asesinad a los que no son creyentes...[de un musulmán] Ya en 382 la Iglesia declaró que cualquier oposición a su credo en favor de otros debía ser castigada con pena de muerte... Jesucristo nunca dio un mandamiento de tolerancia a sus discípulos y la tolerancia es la antítesis del mensaje cristiano [de un católico]

Hay sentencias que si fueran de metal serían rejones de muerte. Cuando uno lee las palabras que traemos a continuación,  sólo hay dos posibilidades en la adscripción, que las pronunciara un criminal imbuido del odio más feroz o un psicópata pervertido. ¿Se podría pensar en otra persona? Por sus palabras seguro que adivinarán quién es, aunqueluego lo diremos:

Que sean aplastadas, asfixiadas y apuñaladas... así como se mata a golpes a un perro rabioso. Disparen, apuñalen, aplasten y estrangulen a todos los que puedan. Si os matan a vosotros, estará bien, porque no se puede obtener muerte más bendita.

Sí, son palabras de un creyente piadoso, palabras de un verdadero creyente, teólogo, traductor y comentarista de la Biblia; que tuvo visiones místicas, en un tiempo vicario general de los agustinos, reformador, guía de pueblos... en fin, una verdadera "persona espiritual", una joya cristiana: Martín Lutero.

¿Qué méritos redimen a una persona? ¿O qué maldades la condenan? El resultado de tales "alientos" proferidos en lo más crudo de las Guerras Campesinas: cien mil muertos en diez semanas de luchas en la Alemania de principios del siglo XVI.

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