Las primeras preguntas que ponen en cuestión a Dios.

Son setenta y seis las preguntas que voy a desgranar a partir de hoy en sucesivos artículos. Preguntas que según parece se ha hecho la humanidad a lo largo de los siglos.

 Para todas ellas ha tenido respuesta la Patronal del Credo, porque han sido 2.000 años los que ha dispuesto. Y, sin embargo, las aclaraciones parecen haber servido de poco.

1. Es principio admitido como inquebrantable, desde Aristóteles a Santo Tomás, que todo exige una causa (principio de causalidad) ... Entonces, ¿quién hizo a Dios? A Dios no le hizo nadie, existe desde siempre, dicen. Pues algo falla en el principio de causalidad porque, con igual razonamiento ¿por qué no existe el Universo desde siempre?

2. Dios es eterno, dicen. ¿Cómo puede entonces situar "en el tiempo” una creación salida de la nada si ni siquiera el tiempo existía y no se puede entender temporalidad en el eterno Dios?

3. Hay otro principio: de la nada, nada se hace. ¿Y siguen diciendo que Dios creó todo de la nada? ¿Cómo se entiende esa creación de la nada?

4. La inteligencia no logra entenderlo: ¿Dónde está Dios? ¿Ocupa todo el universo? ¿Está entre el Sol y la Tierra? ¿Por ser espíritu no está en ninguna parte? ¿Ocupa todo? ¿Y quién entiende que no esté en ninguna parte?

5. Es su libro sagrado; ha sido inspirado por Dios. Pero hasta el más romo lector de la Biblia se pregunta: ¿por qué todo lo referido a la naturaleza, a la física, a la biología e incluso a la historia que se encuentra en ella es un error continuo, una deformación, un agravio hacia lo que el hombre ha ido conociendo?

6. Si la Biblia es la palabra de Dios debería estar libre de errores de excesivo grueso calibre, sobre todo errores teológicos. ¿Por qué de hecho contiene tantos, incluso con contradicciones internas? Por poner alguno, los dos relatos contradictorios de la Creación en el Génesis.


7. De nuevo insistimos en “palabra de Dios”: aparte de errores, ¿por qué tal cantidad de incongruencias, excentricidades, afirmaciones fantasiosas y hechos increíbles que la inteligencia no puede asimilar?


8. Dice “su palabra” que hizo todas las cosas para el hombre: ¿por qué creó, por poner un ejemplo, un universo tan "infinitamente" grande, que supera lo que el hombre puede abarcar? ¿Por qué tal excentricidad o algo tan inextricable?

9. Desde el punto de vista de Dios: ¿qué propósito le animaba al crear el mundo si él es perfecto y no necesita nada? Parece ridículo pensar que Dios imaginara unos seres materiales, imperfectos, muchas veces enfermos, con frecuencia degenerados, incluso malvados...

10. O lo que es lo mismo, ¿qué le movió a Dios a crear y crearnos? ¿El amor, como dicen? ¿Y alguien puede admitir esto? ¿Pues no hay un círculo cerrado de amor infinito entre las Tres Personas? ¿Por qué y para qué tenía que expandir su amor hacia "estas" criaturas?

Preclaras y esclarecidas mentes se han aplicado a enseñar a la humanidad. Mas, por más que todo esté contestado, con el muro del creer topa el individuo "hic et nunc", esa pequeña "nada" que nada en el piélago proceloso de los miles de años de credulidad. Hace muy poco, como mucho 90, 100, 200 años que unos pocos se han atrevido a sugerir otras posibles respuestas. O a rechazar afirmaciones gratuitas.

Lo quiera o no, al ahondar un palmo en el ahora barbecho de la credulidad, el hombre normal no puede por menos de preguntar y preguntar y volver a hacer preguntas. Del doctrinario creyente sólo obtiene la nada por respuesta. Le dicen: “Es la fe”, con la conseja subsiguiente de que "la fe es una gracia de Dios: pídela y se te dará". Otras veces, como precaución de indoctos y como el catecismo sugería, remitían a doctores tiene la Santa Madre Iglesia que te sabrán responder. A la par o previamente, quien se preguntaba más de la cuenta solía ser tildado de sandio por no querer entender o admitir la clara doctrina de la Iglesia.

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