¿Hay algo razonable en la fe?

Contraste con algunos criterios de verdad.

Algún teólogo, entre los menos por cierto, asegura que las verdades de la fe son “razonables”.

Si por “razonable” se entiende “sumiso al juicio de la razón”, sí, desde luego; si “razonable” quiere decir que “se ajusta a criterios racionales”, no, por supuesto.

Los teólogos crédulos debería someterse alguna que otra vez a ejercicios de racionalidad. ¿Cómo? Aunque pueda haber otros criterios de racionalidad, asumamos los que siguen, listado de siete items, como los más elementales:

  1. algo es “razonable” si es natural, si pertenece a “este mundo”,
  2. si es posible de considerar por los métodos inductivo-deductivos de la razón,
  3. si es  cognoscible,
  4. si puede llegar a ser comprendido,
  5. si es posible,
  6. si es lógico y
  7. si puede ser considerado normal.

Tómese ahora una verdad cualquiera, más propiamente un “misterio” y sométase a esos criterios.  ¿Quedará algo de ese “misterio”? No.

¡Claro, dirán, por algo es “misterio”!

Asuman tal irracionalidad y no sufran cuando sean rebajados de la categoría de los humanos a esa otra intermedia entre los racionales y los menos evolucionados, por no descender a la de animales superiores.

Quizá exista una tercera categoría racional que se nos escapa, por encima de ambas, la de los  “entes evolutivos teologales”.

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