Hace pocos días se rememoró un acontecimiento trágico que conmovió a “casi” toda España, pero que, dado el sigilo con que los detalles  exactos llegaron al pueblo, quedó tal tragedia nacional bastante diluida.  

Fue el jueves 20 de diciembre de 1973. Digo la fecha exacta, porque, en lo que hace a la anécdota personal, estábamos ese día ensayando el Mesías de Händel, con Rafael Frühbeck de Burgos para interpretarlo el viernes, sábado y domingo en el Teatro Real.  Se suspendió el ensayo y esas navidades quedaron sin el Mesías de rigor.

Por otra parte, también remembranza personal, dado que el lunes siguiente, 24, tuve que hacer gestiones en la oficina que representaba a la Vetreria Muranese en Madrid (Murano, isla colindante con Venecia),  sita precisamente en la C/ Claudio Coello, pude ver “in situ” el enorme socavón lleno de agua que dejó la formidable explosión.  

Parece ser, como hemos podido saber por los documentales de días pasados, que había bastantes personajes y grupos extranjeros interesados en que “esa” persona desapareciera. El mismo anciano y lagrimoso Franco llegó a decir que “no hay mal que por bien no venga”.  El sabría por qué, pero no hacía falta que el "delfín" muriera, el “Régimen” ya venía tocado del ala y el “espíritu nacional”  del Movimiento hacía tiempo que se había licuado.  Hacía años que Franco contaba poco para la inmensa mayoría de la sociedad.  

A decir verdad, y pasado un tiempo, quien más sacó provecho del atentado en que murió Carrero Blanco fue el grupo terrorista ETA, autor del atentado.  Ganó prestigio internacional, eso sí, entre los grupos dedicados en ese tiempo a lo mismo.  Incluso dentro de nuestras fronteras, había quienes veían con cierta complacencia que un grupo armado se enfrentara a la dictadura y consiguiera “éxitos” tan notables como matar al Presidente del Gobierno (1).

Dicho todo esto, que  podríamos haber obviado, vengo a la cuestión  que quería exponer a la consideración de quien esto lea: ETA como grupo asesino armado desapareció en 2011, digamos más bien que dejó de matar. Pero… ¿ha desaparecido su “legado”? ¿Es Bildu hoy día el heredero político de ETA como lo fue el ilegalizado Herri Batasuna?

Muchos pensamos, allá por 1976 y siguientes, que desaparecido Franco, no tendría sentido que la banda ETA siguiera “funcionando”. Y aquí está el quid del asunto y el error de apreciación de muchos. En uno de los documentales, alguien aportó un dato  que me ha hecho reflexionar mucho sobre las preguntas anteriores: todavía Franco con vida, ETA asesinó a 43 personas; después de morir Franco, siguieron los atentados que causaron 669 víctimas mortales. ¿Por qué esa diferencia tan clamorosa? En total, ETA "sólo" cometió 853 asesinatos, 2.632 heridos, más de 7.000 víctimas, 86 secuestrados, cientos de amenazados, miles de extorsionados y muchos que abandonaron el País Vasco. ¿Y se ha olvidado todo esto después de 12 años sin asesinar? Parece que sí.

Una diferencia explicada por el fin que pretendían tanto la banda terrorista como quienes revoloteaban a su alrededor. Habíamos pensado de ETA, grupo armado todavía no considerado por todos como terrorista, que buscaba la liberación del pueblo de una dictadura. Pronto nos dimos cuenta de que ETA perseguía otra cosa, al unísono con partidos nacionalistas y separatistas. ETA perseguía un Estado Vasco, Euskal Herría, supuestamente de manera idealista  pero estremeciendo a la sociedad con asesinatos.

De forma metafórica ya lo dijo el “excelso” sacerdote jesuita Javier Arzallus (1932-2019):

“No conozco ningún pueblo que haya alcanzado su liberación sin que unos arreen y otros discutan. Unos sacuden el árbol, pero sin romperlo, para que caigan las nueces, y otros las recogen para repartirlas” (1991).  

Y en otro lugar afirma: “No creemos que sea bueno para Euskal Herria que ETA sea derrotada" (1992).

"Los presos de ETA no son delincuentes porque no matan para enriquecerse, ni para beneficiarse personalmente, sino por un ideal político" (1994).

La conclusión que uno extrae es bien clara: ETA ha conseguido que aquellos que han recogido las nueces gobiernen en muchos municipios, estén representados en el Congreso y, sobre todo, que sigan esparciendo entre las masas de votantes aquel espíritu que animaba a los nuevos “gudaris” asesinos. ¿Y dicen que Bildu no es continuación de ETA? ¿Y afirman que ETA ha desaparecido? 

Nada que tenga que ver con "esos" puede tener lugar en nuestra sociedad. 

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(1) El pensamiento izquierdista radical no tolera que el país llamado España sea regido por dirigentes de ideología conservadora. Sintomático es saber quiénes fueron los que asesinaron a los presidentes de gobierno Juan Prim, Antonio Cánovas, José Canalejas, Eduardo Dato y Luis Carrero Blanco. Y casi lo consiguen con Antonio Maura.