Ad calendas graecas

Esta locución romana que esperaba la ocasión para realizar alguna actuación al tiempo de las calendas graecas, era engañosa pues en Grecia no se celebraban calendas. Más o menos esta es la respuesta que le ha dado el Papa Francisco a las superioras de las congregaciones religiosas femeninas, 800 mujeres reunidas en Roma pues el pontífice sabe que tiene un problema y que con la curia como está, más vale no tocarlo.

            Se ha llenado de gestos afables con las monjas, ha sentado a su superiora, la hermana Sammut, en un sillón a su lado reconociendo su importancia, ha entregado el informe de la Comisión sobre el diaconado femenino al Comité ejecutivo diciéndoles que no han sido capaces de ponerse de acuerdo salvo en temas sin importancia y ha permitido una rueda de preguntas de 40 minutos sin censura.

Una hermana hizo la cuestión más pertinente, la que se hubiera llevado a cabo en cualquier empresa actual en los países democráticos ¿Por qué las monjas no pueden servir a la Iglesia con el mismo estatus que los varones? A mismo trabajo misma tarjeta de visita ¿Por qué la respuesta se basa sólo en un argumento histórico? La contestación papal hizo referencia al desarrollo de la revelación, hoy no se ven las cosas como antes del Vaticano II y no hablamos de cambios sino de crecimiento ya que no se pueden hacer actos en contra de la revelación. Si en el diaconado femenino hubo un principio de revelación, dejemos que se desarrolle “yo no puedo tomar decisiones sin un fundamento teológico e histórico”. Somos católicos, dijo también, y si alguno quiere hacer cambios y otra Iglesia, es libre de marcharse

Sobre el abuso de los sacerdotes a las religiosas comentó que era un problema serio y grave pues no sólo era sexual sino también de poder y abuso de conciencia

Para cambiar los ánimos decaídos también afirmó que volvería a llamar a los miembros de la Comisión, dentro de un tiempo prudencial, pues les había recomendado que siguieran estudiando para poder expresar sus nuevas ideas. Para terminar les prometió su presencia, si permanecía con vida, en la siguiente asamblea plenaria que se celebraría en el 2022 En suma su contestación  fue ¿Ad calendas graecas o una patada para adelante?

Volver arriba