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Carta abierta a monseñor Argüello

Hoy va de broma

Hoy va de broma. Las bromas de un hombre con algún sentido del humor al que le toca ir de serio por la vida. Quienes hablamos a menudo de Redención tenemos también en el humor una redención, con minúscula, pero nada desdeñable. “Dios es Amor”, escribió Juan. Y un amigo mío, con algún ramalazo de sabio, escribió un libro que tituló “Dios es Humor”.

Ahí van estos versos inocentes de un creyente circunspecto a quien, como humano, le tira con frecuencia reír y sonreír ante los variados guiños de la vida.

En los dos sonetos que siguen el poeta se ríe un poquito de sí mismo y de las asechanzas del tópico.

CON ESTA SERIEDAD QUE DIOS TE HA DADO

Con esta seriedad que Dios te ha dado

y la que tú a tu cuenta has añadido

igual puedes valer para un barrido

que para los primores de un fregado.

Quien carezca de humor está acabado

en este tiempo de deshueve y ruido.

Que no se tenga ya por bien comido

quien no le ponga sal a lo guisado.

Con tanta vaina de circunspecciones

llevas la guasa ardiendo y soterrada

como un volcán donde la lava es risa.

El día que te dé por erupciones

ha de estallar a limpia carcajada

más de un botón de cuello de camisa.

MAYO

Toda esta luz te dice que ya es mayo

y este vaho caliente que aletarga

te invita a alzar la ropa gruesa y larga

y hacer, si quieres, de tu capa un sayo.

¡Viva el verano! ¡Que le parta un rayo

al invierno meón que preñó el Arga!

Todo el paisaje en pie vuelve a una carga

donde el pelaje verde rae al bayo.

¿Qué más puedes pedir, pijo poeta?

El ansiado festín está servido.

Enfunda al punto tu melancolía.

Ábrete al mundo. Pégate a la teta

de la naturaleza. Haz de ella un nido…

y ponga huevos tu cursilería.

(Obra poética, Pamplona, 2005, pp.230-231).

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