"Gracias por vuestra atención y colaboración. En épocas de crisis, cuesta pedir dinero" "Una Iglesia de servicio necesita una estructura"
"Más de una vez habréis escuchado la siguiente expresión despectiva: 'Eso de la Iglesia es un montaje'. La Iglesia no es un montaje, pero necesita una estructura"
"Se pueden enumerar numerosos ejemplos, hoy son muchos los retos pastorales que marcan el camino, requieren medios y ni siquiera reduciendo al máximo los presupuestos se evita que los gastos aumenten día a día"
"Muchas personas y familias lo han comprendido y colaboran económicamente, y tienen claro que lo que comunica y hace nuestra Iglesia no se puede reducir simplemente a una contribución económica. Tienen claro que lo que comunica y hace nuestra Iglesia no se puede reducir simplemente a una contribución económica"
"Gracias por vuestra atención y colaboración. En épocas de crisis y de profundos cambios, cuesta pedir dinero; uno casi no se atreve"
"Muchas personas y familias lo han comprendido y colaboran económicamente, y tienen claro que lo que comunica y hace nuestra Iglesia no se puede reducir simplemente a una contribución económica. Tienen claro que lo que comunica y hace nuestra Iglesia no se puede reducir simplemente a una contribución económica"
"Gracias por vuestra atención y colaboración. En épocas de crisis y de profundos cambios, cuesta pedir dinero; uno casi no se atreve"
Estimadas y estimados. Más de una vez habréis escuchado la siguiente expresión despectiva: «Eso de la Iglesia es un montaje». La Iglesia no es un montaje, pero necesita una estructura. Si la Iglesia ha de servir a nuestra condición de hombres y mujeres bautizados y debe anunciar el Evangelio al mundo, necesita una infraestructura. Si ha de continuar con su labor formativa, requiere medios materiales. No son pocos los que hoy están al frente de nuestras estructuras sociales y que aprendieron el espíritu y la práctica del servicio en instituciones eclesiales. La sociedad civil también se ha beneficiado de la acción de la Iglesia.
La Iglesia tiene vocación de servicio. Hoy son muchos los retos pastorales que marcan el camino. Podemos enumerar algunos: presentar la vida cristiana como respuesta a una vocación de servicio; reforzar la enseñanza religiosa y el primer anuncio, acompañado de una buena catequesis; promover la importancia de la familia cristiana y de la vida; fortalecer el papel de los laicos; dar una respuesta adecuada al grave escándalo de los abusos; realizar una acción social adecuada ante los tiempos que vivimos, siendo un faro de caridad; promover la unidad en las comunidades, siendo artesanos de fraternidad.
Estos retos pastorales requieren una infraestructura o medios adecuados. También aquí podemos enumerar algunos: el personal dedicado en exclusiva a tareas eclesiales; los medios de comunicación y transporte; el trabajo organizado en parroquias y unidades pastorales; el mantenimiento de edificios de gran valor histórico y patrimonial, la mayoría destinados al culto o a otras actividades eclesiales; los organismos centrales del Arzobispado, de la Conferencia Episcopal Tarraconense o de la Conferencia Episcopal Española... todo tiene un coste.
Ni siquiera reduciendo al máximo los presupuestos —a menudo ya muy ajustados— se evita que los gastos aumenten día a día. Afortunadamente, se cuenta con un voluntariado numeroso y desinteresado económicamente, que trabaja en la catequesis, en la atención al culto, en las delegaciones diocesanas o en organizaciones destinadas a la pastoral social. Hay que reconocer su generosa disponibilidad. Es un buen signo. Pero para trabajar se necesitan medios.
Cabe decir que muchas personas y familias lo han comprendido y colaboran económicamente, ya sea durante todo el año, con motivo de la Jornada de ayuda a la Iglesia o “día de la Hermandad”, de fiestas religiosas o encuentros. Y tienen claro que lo que comunica y hace nuestra Iglesia no se puede reducir simplemente a una contribución económica.
En épocas de crisis y de profundos cambios, cuesta pedir dinero; uno casi no se atreve. Pero, aun así, lo que pedimos es una colaboración libre y según las posibilidades de cada uno. Llamar a la puerta de la sinceridad no requiere esgrimir ningún artículo legal. Gracias por vuestra atención y colaboración.