"El que tenga oídos, que oiga" "El mal que acecha a la puerta"

Caín. Detalle "La Terreur - Caïn fratricide entend la voix de Dieu"
Caín. Detalle "La Terreur - Caïn fratricide entend la voix de Dieu" Xavier-Alphonse Monchablon, 1860

"El libro del Génesis, después de haber descrito el pecado y sus consecuencias (Gn 3), se adentra en su exposición concreta por medio del drama de Caín y Abel (Gn 4). El problema perenne de la vida humana"

"El pasaje nos sitúa ante una percepción de nuestro mundo fracturado … Nos presenta que el asesinato del hermano es un hecho atroz"

"Sin duda, el texto clave es cuando se expresa que Caín estaba 'enfurecido y andaba abatido' y el Señor le advierte: 'Si no obras bien, el pecado acecha a la puerta y te codicia, aunque tú podrás dominarlo' (Gn 4,5-7)"

"Hay un peligro en la vida de Caín que radica en la manera en que resuelva su rabia y depresión… Y nos hace saber una certeza realmente maravillosa: ese poder bestial que conduce a la muerte puede ser dominado"

El libro del Génesis, después de haber descrito el pecado y sus consecuencias (Gn 3), se adentra en su exposición concreta por medio del drama de Caín y Abel (Gn 4). Se trata del problema perenne de la vida humana, de las relaciones humanas, donde actúan la voluntad escondida de Dios, pero, al mismo tiempo, el extraño poder del rencor, de la maldad y de la misma muerte.

El pasaje de Caín y Abel nos sitúa ante una percepción de nuestro mundo fracturado. Nos muestra que el hecho de ser hermano del otro puede convertirse en un problema crucial en el orden del día humano. El pasaje nos presenta que el asesinato del hermano es un hecho atroz. En realidad, no haría falta la Biblia para anunciar esta realidad. Lo que al autor del pasaje le interesa mostrar es el destino del asesino: un destino angustiado por una relación dramática con Dios. Y esta relación es dramática porque un hermano ha sido asesinado.

Creemos. Crecemos. Contigo

Sin duda, el texto clave es cuando se expresa que Caín estaba “enfurecido y andaba abatido”. Entonces, el Señor le dijo: “¿Por qué te enfureces y andas abatido?  ¿No estarías animado si obraras bien?; pero, si no obras bien, el pecado acecha a la puerta y te codicia, aunque tú podrás dominarlo” (Gn 4,5-7).

Caín se enoja tanto que mata a su hermano Abel | Lecciones de la Biblia  para niños

Caín tiene una crisis y debe resolverla. La primera alternativa —«hacer el bien»— es muy instructiva. Sugiere que un hombre, después del primer pecado (Gn 3), puede hacer el bien. La segunda alternativa nos presenta el pecado no meramente como la violación de una norma, sino más bien como una fuerza agresiva que acecha emboscada. El pecado es letal. Nos dice que las criaturas humanas de Dios deben velar por ellas mismas. Hay un peligro en la vida de Caín que radica en la manera en que resuelva su rabia y depresión.

La figura del pecado «en la puerta» sugiere que nos jugamos mucho en la manera de resolver los conflictos entre los hermanos. Mientras nosotros nos sentimos inclinados a justificar la rabia a partir de categorías psicológicas subjetivas, el autor del pasaje las presenta en un plano objetivo. Es el pecado el que tiene «deseo» de Caín. Aquí «deseo» no es un ansia humana normal. Es el lado oscuro de la vida bajo la perversión. Aquí nos encontramos ante un deseo vehemente de destrucción que destruirá tanto a la víctima como al perpetrador. La narración colosal del pasaje conoce el poder del pecado que es capaz de conducir incluso a la muerte. Y la persona humana sabe que puede ser destrozada por este poder que actúa en nuestras vidas.

El Señor amenaza y atrae, y nos hace saber una certeza realmente maravillosa: ese poder bestial que conduce a la muerte puede ser dominado. La historia nos sitúa ante la siempre misteriosa presencia de Dios que ofrece alternativas a cada persona enfurecida contra su hermano. Demos cuenta de cómo la narración pasa lacónicamente a la resolución final de Caín: Es un hecho y no hay que decir nada más. «El que tenga oídos, que oiga» (Mt 13,9).

Ficheiro:Titian - Cain and Abel.JPG – Wikipédia, a enciclopédia livre

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