Benavent da un pequeño paso, pero significativo L’Evangeli per a cada dia en valencià: Si estuviésemos en un país normal, no habría de ser noticia

L’Evangeli per a cada dia en valencià
L’Evangeli per a cada dia en valencià

"Los cristianos de la diócesis de València, por primera vez en la historia podremos tener en nuestra lengua las lecturas de las misas del año y de las fiestas propias del País Valenciano, así como los comentarios de estas lecturas"

"Por eso cabe felicitar al arzobispo Enrique y al equipo que ha hecho posible la edición de este librito y en particular al sacerdote Jesús Corbí"

"Sí, es una buena noticia que tengamos el Evangelio de cada día en valenciano. Pero eso solo es un pequeño paso … Lo que pasa es que los valencianos hemos sido tan maltratados por los obispos del País Valenciano (con excepción de los obispos Pont i Gol y Cases Deordal), que cualquier migaja que se nos da, nos parece un milagro"

Si estuviésemos en un país normal, que el arzobispado de València publicara el Evangelio de cada día en valenciano (o catalán), no habría de ser noticia. De hecho, todas las diócesis editan los Evangelios en la propia lengua. Y eso no es noticia. Entra dentro de la normalidad.

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Pero desgraciadamente, la jerarquía católica del País Valenciano, desde tiempo inmemorial, ha sido una jerarquía castellanista y castellanizadora, a excepción de los últimos obispos de Tortosa y de los añorados obispos de Sogorb-Castelló, Josep Pont i Gol y Josep Mª Cases. 

El Evangelio de cada día en valenciano
El Evangelio de cada día en valenciano

Y es que cuando acabó el Concilio VaticanoII, en la diócesis de València y también en la de Oriola-Alacant, la liturgia pasó de hacerse en latín, a hacerse en castellano, ignorando y despreciando la lengua propia del País Valenciano. Y a pesar que en 1965, más de 20000 valencianos firmaron un manifiesto pidiendo a los obispos que introdujesen el valenciano en la Iglesia, los obispos de València y de Oriola-Alacant ignoraron a aquellos valencianos que pedían celebrar la fe en la lengua de Sant Vicent Ferrer.

Ahora, un año largo después que el arzobispo Enrique Benavent iniciara su ministerio episcopal en València, se ha editado el Evangelio de cada día en valenciano, en formato de bolsillo, publicando 5000 ejemplares que contienen las lecturas de la misa de cada día.

La edición del Evangelio de cada día en valenciano es un pequeño paso a favor de la normalización de nuestra lengua en la Iglesia, una asignatura pendiente (aún) en las diócesis del País Valenciano. Un pequeño paso, aunque significativo, ya que los arzobispos que hemos tenido en la diócesis de València (Marcelino Olaechea, Rafael González Moralejo, José Mª García Lahiguera, Miguel Roca, Agustín García Gasco, Carlos Osoro y Antonio Cañizares) no movieron ni un dedo para favorecer el valenciano en la liturgia. Roca, García Gasco, Osoro y Cañizares prometieron aprender y utilizar la lengua del país, pero nunca hablaron ni celebraron la Eucaristía en valenciano.

Sí que es verdad que con el cardenal Cañizares (y el sacerdote Jesús Corbí tuvo un papel muy importante en eso), comenzó a retransmitirse por la televisión valenciana (debido al confinamiento de la Covid 19), la misa en valenciano

Aunque la edición del Evangelio de cada día es un paso positivo, me ha sorprendido que el cura de la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, de Patraix y director de la Delegación Diocesana de Liturgia de València, Edgar Esteve, haya dicho que “si hay demanda, la Iglesia siempre responderá a las necesidades del Pueblo de Dios” (Religión Digital, 12 de febrero de 2024). 

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"¿Si hay demanda? Cuando en 1965 se pasó, irracionalmente, de celebrar la misa en latín a celebrarla castellano, ¿había demanda para hacer este cambio?"

¿Si hay demanda? Cuando en 1965 se pasó, irracionalmente, de celebrar la misa en latín a celebrarla castellano, ¿había demanda para hacer este cambio? No, de ninguna manera. Fueron los obispos de València y de Oriola-Alacant, Marcelino Olaechea y Pablo Barrachina, los que decidieron dar el paso del latín al castellano, excluyendo de la liturgia el valenciano. No había ninguna demanda por parte de los cristianos valencianos que se sabían (más o menos), las respuestas de la misa en latín. Aún más, la demanda (con más de 20000 firmas), era para que se hiciese la liturgia en valenciano o catalán. Y los obispos ignoraron esta petición de más de 20000 valencianos. 

Me gustaría recordar una carta del 10 de enero de 1965, que Vicent Miquel i Diego escribió al P. Gregori Estrada, monje de Montserrat. Quedaba solo por celebrar la cuarta sesión del Concilio y ya se había aprobado la Constitución Dogmática sobre la liturgia, que aconsejaba que se utilizara la lengua del pueblo. Vicent Miquel destacaba en su carta, “las maniobras desde la Colegiata de Xàtiva, el Seminario” de Montcada “y la Curia” del palacio episcopal de València, “contra la lengua valenciana”.

El arzobispo Marcelino Olaechea, en una reunión con los arciprestes, les decía: “Gracias a Dios aquí no tenemos el problema de Cataluña, por lo que no hará falta introducir el valenciano. Yo voy a decir en Roma que mi clero me ha pedido que no introduzca el valenciano en la liturgia”. Pero el arcipreste de Montcada le dijo al arzobispo: “¿Qué clero, el clero no hemos pedido nada?”.

El arzobispo Olaechea, totalmente contrario al valenciano, tenía claro que “en caso de reformas, se introducirá muy poco el castellano. Mi diócesis será la más lenta”. 

En otra reunión de arciprestes, el arzobispo, según recoge en esta carta Vicent Miquel i Diego, decía que “eso del valenciano es una maniobra política. ¿En sus parroquias entienden el castellano? ¿Sí? Pues no hay más que hablar. Eso del valenciano son cosas de D. Vicente Sorribes y D. Luis Alcón”. 

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"Para el arzobispo Olaechea, el valenciano había de quedar fuera de la Iglesia"

Para el arzobispo Olaechea, el valenciano había de quedar fuera de la Iglesia, como, desgraciadamente, aún pasa en la mayoría de las parroquias del País Valenciano. 

Bienvenida sea ahora la edición del Evangelio de cada día en valenciano. Pero que no se detenga aquí la apuesta del arzobispo Benavent por nuestra lengua. Porque ¿cuándo se presentará a la Conferencia Episcopal Española el Misal Romano en valenciano, traducido (hace años) por la Acadèmia Valenciana de la Llengua y que aún hoy continua “secuestrado” en algún cajón del palacio episcopal de València?

"¿Cuándo se presentará a la Conferencia Episcopal Española el Misal Romano en valenciano, traducido (hace años) por la Acadèmia Valenciana de la Llengua y que aún hoy continua “secuestrado” en algún cajón del palacio episcopal de València?"

Esta edición del Evangelio de cada día en valenciano tiene como objetivo, transmitir la fe y la Palabra de Dios en valenciano y seguro que su formato de bolsillo hará que tenga una mayor difusión en las localidades de Pedreguer, Alberic, El Puig de Santa Maria, Xàtiva, l’Alcúdia, Piles, Alcoi, Carlet, Beniarrés, Sagunt, Alfarrasí, Favara, Cocentaina, Xeresa, Agres, Paiporta, Xàbia o Alzira. De esta manera, los cristianos de la diócesis de València, por primera vez en la historia podremos tener en nuestra lengua las lecturas de las misas del año y de las fiestas propias del País Valenciano, así como los comentarios de estas lecturas, que han sido elaborados por un grupo de presbíteros y de laicos de la diócesis de València.

"Los cristianos de la diócesis de València, por primera vez en la historia podremos tener en nuestra lengua las lecturas de las misas del año y de las fiestas propias del País Valenciano, así como los comentarios de estas lecturas"

La misa en valenciano que À Punt ha suprimido

Hemos de agradecer a Jesús Corbí, que cada domingo preside, desde la parroquia de la Asunció de Torrent, la misa en valenciano que retransmite À Punt (con una audiencia notable), que se haya encargado de la difusión de los textos evangélicos, que han sido elaborados con los criterios de la AVL, el Llibre del Poble de Déu, los textos de la misa d’À Punt y la Bíblia Valenciana Interconfessional.

Seguro que el arzobispo Enrique soportará presiones e incluso ataques (como también los recibe el papa Francisco), debido a su valiente apuesta para introducir el valenciano en la Iglesia. Pero ha de ser fuerte, audaz y valiente para no ceder ante los que quieren acabar con el valenciano. Ha de saber mantener la apuesta por el valenciano en la Iglesia, a pesar de los que intentarán parar este mínimo reconocimiento del valenciano en la liturgia.

Por eso cabe felicitar al arzobispo Enrique y al equipo que ha hecho posible la edición de este librito y en particular al sacerdote Jesús Corbí. Sí, es una buena noticia que tengamos el Evangelio de cada día en valenciano. Pero eso solo es un pequeño paso, ya que como he dicho antes, si viviésemos en un país normal, eso no sería ninguna noticia, ya que la cosa más natural del mundo es editar el Evangelio de cada día en la lengua propia de cada diócesis. Como se hace en Madrid con el castellano, en Vic con el catalán, en Ourense con el gallego o en Donostia con el vasco. 

Lo que pasa es que los valencianos hemos sido tan maltratados por los obispos del País Valenciano (con excepción de los obispos Pont i Gol y Cases Deordal), que cualquier migaja que se nos da, nos parece un milagro. Por eso el arzobispo Enrique habría de animar a los sacerdotes de la zona valenciano-parlante del País Valenciano, a celebrar la liturgia en la lengua de Sant Vicent Ferrer. La escuela, la Universidad, la Administración, las asociaciones cívicas, culturales y deportivas, están utilizando el valenciano y por el contrario, la Iglesia valenciana siempre va con retraso a encarnarse en el pueblo que ha de servir.  

Si la publicación de este Evangelio de cada día en valenciano ha sido posible en la diócesis de València, ¿por qué no lo es en la de Sogorb-Castelló y en la de Oriola-Aacant? El obispo de Sogorb-Castelló nunca utiliza el valenciano en la liturgia. Y el de Oriola-Alacant, a pesar de que cuando fue obispo de San Sebastián utilizaba el eusquera en la liturgia sin ningún problema, ahora, en las comarcas valencianas del Baix Vinalopó, en la Marina Baixa, en l’Alacantí o en el Vinalopó Mitjà, desprecia el valenciano y utiliza solo el castellano. 

El Papa, con «Mundo Negro»: misiones, migraciones y las «efervescencias  imprudentes» del Concilio - ReL

Quiero terminar este texto con las palabras del papa Francisco, de la entrevista de Javier Marías y Jaume Calveras en Mundo Negro (4 de enero de 2023). El papa como si estuviese pensando en la situación marginal de nuestra lengua en la Iglesia del País Valenciano, remarcaba la importancia de la inculturación de la Iglesia en cada pueblo y en cada cultura. El papa decía que se sorprendía de la capacidad de los misioneros “de meterse en la tierra y respetar las culturas” y además, “ayudarlas a desenrollarse”.

El papa, en esta entrevista, destacaba un hecho que habría de ser del todo natural en la Iglesia valenciana, pero que, desgraciadamente no lo es. Y es que los misioneros y por lo tanto los sacerdotes de Burjassot, Benicolet, Sagunt, El Verger, Puçol, Benimarfull, Sueca, Gandia, Muro d’Alcoi, Picassent, Xeraco, Quatretonda, Alfarb, Bocairent, Cullera...(todos ellos, pueblos valenciano-parlantes), “no desarraigan a la gente”, ya que “anuncian el Evangelio según la cultura de cada lugar”, a excepción del País Valenciano. El papa afirmaba también que “lo que es católico es eso: respetar las culturas”. Por eso, “un misionero respeta lo que encuentra en cada lugar”, ya que “la fe se incultura y el Evangelio toma la cultura del pueblo”. Y es que la Iglesia “no hace proselitismo ni mucho menos colonialismo”, a excepción de la jerarquía valenciana, que despreciando la lengua de Sant Vicent Ferrer, está tratando a los cristianos valencianos como si fuésemos una colonia de Castilla.

"Y es que la Iglesia 'no hace proselitismo ni mucho menos colonialismo', a excepción de la jerarquía valenciana"

Es importante que el arzobispo Enrique Benavent haya dicho en una entrevista a la revista Saó: “Que en las parroquias se pueda celebrar la Eucaristía en valenciano, habría de ser lo más normal”. La pregunta que me hago es: ¿por qué aún no es normal que los cristianos del País Valenciano podamos celebrar nuestra fe en nuestra lengua? Los cuatro obispos valencianos tienen la respuesta a esta cuestión y también la solución para acabar, de una vez por todas, con la discriminación que sufrimos los cristianos del País Valenciano.

La última discriminación

La última discriminación que hemos sufrido los cristianos valenciano-parlantes por parte la web del Arzobispado de Valencia (una web totalmente en castellano, a excepción de la carta semanal del arzobispo), ha sido, cuando escribo este artículo, la publicación, únicamente en castellano, de la primera Carta Pastoral del arzobispo Enrique Benavent, marginando por completo la lengua de Sant Vicent Ferrer. El arzobispo ha escrito la pastoral en las dos lenguas, pero la web del Arzobispado solo ha publicado la versión en castellano. Como muestra de la discriminación, un botón. ¿Y eso hasta cuándo?

Benavent, estrella emergente

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