"Perplejo y divertido, a la vez, por las sandeces y despropósitos que dice el señor Bendito Saura" “Sa Llengo Baléà” y el obispo Sebastià Taltavull

Sebastiá Taltavull
Sebastiá Taltavull RD

He quedado más que perplejo leyendo la carta abierta que Mariano Bendito Saura ha dirigido al obispo Sebastià Taltavull. Perplejo y divertido a la vez, por las sandeces y despropósitos que este señor dice sobre la lengua catalana

Si el despropósito de negar la unidad del catalán ya es de antología, acusar al obispo Sebastià Taltavull de “haberse vendido por treinta monedas al imperialismo catalán”, este despropósito ya es descomunal

He quedado más que perplejo leyendo la carta abierta que Mariano Bendito Saura ha dirigido al obispo Sebastià Taltavull. Perplejo y divertido a la vez, por las sandeces y despropósitos que este señor dice sobre la lengua catalana y más aún por el hecho de acusar al obispo de Mallorca, de “haberse entregado y vendido por treinta monedas al imperialismo catalán”. 

Negar la unidad del catalán, la lengua que se habla en Cataluña, las Baleares, el País Valenciano, Andorra, la parte oriental de Aragón, una pequeña zona de Murcia (el Carxe), a la Cataluña del Norte y la ciudad de Alguer, es un despropósito. Y la prueba está en que todas las universidades del mundo defienden la unidad lingüística del catalán que se habla en estas tierras, aunque con nombres diferentes, como valenciano, mallorquín o simplemente, catalán. Pero acusar al obispo de Mallorca de “haberse entregado y vendido por treinta monedas al imperialismo catalán”, ya es para mondarse de risa.

Sandeces

Desde finales de los años setenta, los valencianos sufrimos también las sandeces (y la violencia física) de aquellos que negaban que el valenciano fuese catalán. El sacerdote mallorquín Pere Riutort sufrió en propia carne la violencia de los que negaban la unidad de la lengua catalana. Por cierto, estos mismos señores, “negacionistas”, nunca niegan, ni ponen en duda la unidad lingüística del castellano que se habla en Valladolid, La Habana, Bogotá o Santiago de Chile. Es más, defienden a capa y espada que la lengua de los países latinoamericanos, es el castellano o español.

Academi de Sa Llengo Baléà
Academi de Sa Llengo Baléà

Siempre he pensado en aquel refrán castellano que dice: “Zapatero, a tus zapatos”. No creo que el autor de la carta abierta al obispo Sebastià, decida cómo se ha de cambiar un marcapasos o cómo se hará una intervención de corazón. Lo dejará en manos de los médicos. Pero, como en el País Valenciano, todo el mundo puede pontificar sobre la lengua, cuando son los filólogos los que tienen la capacidad y la autoridad para determinar sobre esta materia. Yo mismo, que no soy filólogo, me limito únicamente a reproducir lo que dicen todos los lingüistas y filólogos en relación a nuestra lengua: que el catalán, aunque con distintos nombres, se habla en el País Valenciano, Cataluña, Andorra, el Carxe, la zona oriental de Aragón, la Cataluña Norte, las Islas Baleares y la ciudad de Alguer. Como el castellano se habla también en los países latinoamericanos.

¿El Sr. Bendito Saura piensa que “Sa Llengo Baléà” se habla en las Baleares por generación espontánea? ¿O fueron los conquistadores catalanes que llevaron la lengua catalana a las Islas? El Sr. Bendito seguro que defiende (y con razón), que los hispanohablantes de Colombia, Nicaragua y El Salvador, hablan castellano porque los conquistadores llevaron esa lengua a aquel continente. ¿O el castellano se habla en aquel continente por generación espontánea? 

Teoría descabellada

La teoría descabellada de una “Llengo Baléà” diferente del catalán, es un despropósito. Como lo sería (¿se atrevería a defenderlo el Sr. Bendito?) decir que la lengua que se habla en Colombia, Venezuela o Ecuador no es el castellano o español. Y eso que entre el castellano de Soria y el de Bogotá, existen más palabras diferentes que entre el catalán de Maó, el de Vic o el de Gandia.

Hilari Raguer
Hilari Raguer

El P. Hilari Raguer comentaba que cuando fue a Colombia, le sorprendió que una señora le preguntara si le “provocaba” un café. Es decir: si le apetecía un café. Por esa palabra diferente, ¿el “colombiano” y el castellano son lenguas diferentes?

El Sr. Bendito habría de saber que dos lenguas son diferentes, cuando la mayoría de sus palabras son también diferentes. Yo apostaría al Sr. Bendito a que dijese palabras en “Sa Llengo Baléà”, diferentes a las que se dicen en catalán. Por cierto: el nombre del obispo, Sebastià, que es una palabra catalana, ¿como se dice en “Sa Llengo Baléà”?. Le aseguro al Sr. Bendito que si él hiciese una lista de palabras distintas en catalán y en “Sa Llengo”, y yo otra lista de palabras iguales en catalán y en “Sa Llengo Baléà”, le iba a ganar por goleada, con lo cual quedaría demostrada la unidad lingüística del catalán.

No hacer el ridículo

¿Por qué los que se oponen a la unidad del catalán no se oponen a la unidad del castellano o del inglés?

El presidente Josep Tarradellas decía que en la vida lo único que no se debería de hacer, es el ridículo. Y negar la unidad de la lengua catalana es hacer el ridículo. Por cierto: ¿por que el mallorquín no es también una lengua diferente del menorquín y del ibicenco?

Sebastià Taltavull, obispo de Mallorca
Sebastià Taltavull, obispo de Mallorca

Si el despropósito de negar la unidad del catalán ya es de antología, acusar al obispo Sebastià Taltavull de “haberse vendido por treinta monedas al imperialismo catalán”, este despropósito ya es descomunal

Terraplanismo

El Sr. Bendito habría de ir a la Universidad o a cualquier centro educativo, para que le explicaran una cosa tan elemental como la unidad de una lengua que compartimos los catalanes (también los de Perpiñán), los mallorquines, menorquines, ibicencos, valencianos, andorranos, los habitantes del Carxe, de la zona oriental de Aragón y de la ciudad de Alguer. Negar esa unidad es como apostar porque la tierra es plana.

En el monasterio de Montserrat convivimos monjes valencianos, catalanes, aragoneses y mallorquines y siempre nos hemos entendido, sin necesidad de un diccionario, ni tampoco por un milagro como el de Pentecostés.

Negar la unidad del catalán (o la del castellano o la del alemán) es para repetir primaria.

Semana RD: Diez años del pontificado
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