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La trayectoria de Matteo Bordignon, un signo de resurrección
Así podríamos resumir la trayectoria de Matteo Bordignon, nacido hace 43 en la ciudad italiana de Treviso. La vida de este sacerdote ha pasado de las tinieblas a la luz. Por eso, en una entrevista en el canal “Ayuda solidaria” de You Tube, este cura, que ahora vive en Morella, dice: “Los cambios en la vida son posibles”. Sus palabras son un claro testimonio de la gracia de Dios en este hombre que, de traficante de drogas y de diamantes, ahora vive sirviendo el Evangelio y a los cristianos de seis parroquias de la diócesis de Tortosa, en la comarca valenciana de los Ports: Cinctorres, Forcall, la Mata de Morella, la Todolella, Olocau del Rei i Portell.
Matteo Bordignon, que experimentó todo tipo de drogas, desde porros a éxtasis, pasando por tripis, a sus diez años soñaba “vivir como un traficante”. Además de las drogas en Europa, Asia y África, también traficó con diamantes.
El cambio se produjo en Sierra Leona, cuando Bordignon traficaba con diamantes. En una pequeña aldea, el chamán, durante un ritual, le dijo a Matteo que no tenía alma. “Aquella frase me marcó”, ha dicho este joven sacerdote. Y fue así como Matteo buscó ayuda para salir de aquella espiral, a su familia y también a la comunidad del Cenáculo, donde se obró el milagro. Así pudo romper definitivamente con su pasado de drogas y de traficar con diamantes.
El trabajo y la oración de la comunidad del Cenáculo, a parir del 2006, ayudó a Matteo Bordignon a encontrar el sentido de su vida y a abandonar sus tinieblas. Más tarde descubrió su vocación al ministerio sacerdotal y fue ordenado diácono el 21 de marzo de 2021 y presbítero, el 25 de septiembre de ese mismo año.
Recuerdo que el que fue abad de Montserrat, Cassià Mª Just, decía a menudo: “No podemos dar definitivamente por perdido a nadie”. Y así es. Siempre, como dice Matteo Bordignon, es posible el cambio de las tinieblas a la luz. Y el Misterio Pascual que nos disponemos a celebrar, nos muestra que Dios puede cambiar (si nos abrimos a él), nuestra vida de tibieza y de mediocridad, cuando no de maldad y de odio, en una nueva vida, marcada por el amor a los demás y el servicio a los que sufren. El amor y el servicio es lo que nos enseña Jesús lavando los pies de sus discípulos y dando su vida en la cruz por todos nosotros.
Como su santo patrono, San Mateo el publicano, este sacerdote, antes traficante de drogas y de diamantes, ha cambiado su negocio, por el servicio al Reino. Si Mateo dejó la mesa donde se aprovechaba del dinero recaudado, Matteo Bordignon ha dejado las dorgas y los diamantes para darse del todo y completamente al Señor y a los hermanos.
El testimonio, valiente y audaz, de Matteo Bordignon es un signo de resurrección, de vida nueva, de Pascua. Ojalá fuésemos como este sacerdote y supiésemos dejar nuestra vida turbia y oscura y abrirnos a la luz del Resucitado, que llena nuestro corazón de paz y de confianza.
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