Jordi Savall: "Uno envejece cuando pierde la ilusión" "¿Es que la vida sin el amor es posible?"

El amor es infinito
El amor es infinito

"Podrían ser las palabras del papa Francisco o de cualquier otro obispo, o también de un sacerdote o de una religiosa. Pero en realidad son las sabias y acertadas palabras que el igualadino Jordi Savall dijo en una entrevista"

"El director de la Capella Reial, Hespèrion XXI y Le Concert des Nations, venía a decir que la vida solo tiene sentido desde el amor"

"Y es que, como dijo hace unos años (también en una entrevista) el actor andorrano Marc Cartes, 'el amor mueve el mundo y lo puede salvar'"

"Cada día tenemos una oportunidad para redescubrir, compartir y vivir el amor, que, con el Resucitado, siempre vence al pecado y a la muerte. . Por eso somos hombres y mujeres de Pascua"

Estas podrían ser las palabras del papa Francisco o de cualquier otro obispo, o también de un sacerdote o de una religiosa. O incluso podrían ser las palabras de una pareja que vive la fe y lleva muchos años casada. Pero en realidad son las sabias y acertadas palabras que el igualadino Jordi Savall dijo en una entrevista (Vilaweb, 5 de febrero de 2023).

El director de la Capella Reial, Hespèrion XXI y Le Concert des Nations, venía a decir que la vida solo tiene sentido desde el amor. Y es que, como dijo hace unos años (también en una entrevista) el actor andorrano Marc Cartes, “el amor mueve el mundo y lo puede salvar”.

Jordi Savall

Solo desde el amor se explica la actitud de un hombre ya anciano que se encontraba en el centre de salud, porque a las 12 lo había de visitar el médico. A las doce y media, después de media hora esperando entrar en el despacho del cardiólogo, aquel hombre le dijo a la enfermera que se había de ir porque a la una, como cada día, le daba el almuerzo a su esposa que tenía alzhéimer y que vivía con él en una residencia. La enfermera le dijo que el médico no tardaría a visitarlo y que, además, si llegaba tarde, como su esposa ya no lo conocía, debido al Alzhéimer, no se habría de preocupar, porque alguien de la residencia ya le daría el almuerzo a su mujer. El hombre le contestó que era verdad que su esposa ya no lo conocía, pero que él sí que la conocía a ella y era la misma mujer con la cual se había casado hacía sesenta años y no quería dejar de hacer lo que hacía cada día: darle el almuerzo a su esposa. Y el hombre se fue a la residencia. Y es que como decía Ramon Llull, “no puede amarse una cosa, si no se conoce”.

Como dice San Pablo, el amor “no pasa nunca”, no caduca nunca. Evidentemente si lo cuidamos, como un fuego de chimenea, que si constantemente estamos añadiendo leña, no se apagará nunca. El hombre que cada día daba el almuerzo a su esposa, podía haber hecho suyas las palabras de Jordi Savall en aquella entrevista: “¿Es que la vida sin el amor es posible?”. Con su gesto lleno de afecto por su mujer, daba también la razón a aquello de que “morir no es dejar de vivir sino dejar de amar”.

Jordi Savall, que en aquella entrevista afirmaba que “uno envejece cuando pierde la ilusión, y yo la ilusión la tengo al ciento por ciento”, decía también que es “una persona que necesita amar”. Y lo explicaba así: “El amor viene de una dimensión interior muy profunda. Pero a veces pasa que al cabo de muchos años esta conexión se deteriora, y continuas, porque tienes un compromiso, porque existe amor”. Y añadía todavía: “El equilibrio que encuentras en la vida depende del hecho que amas a las personas que tienes a tu lado y que amas lo que haces”.

"Jordi Savall: El equilibrio que encuentras en la vida depende del hecho que amas a las personas que tienes a tu lado y que amas lo que haces"

También la escritora chilena Isabel Allende, que tuvo a su hija Paula un año en coma, decía que durante aquel año había aprendido de ella lo mejor que le podía haber enseñado y es que “es más importante amar que ser amado” y también, que “sólo tienes lo que das”. El mismo San Pablo ponía en boca de Jesús estas palabras: “Hay más felicidad en dar que en recibir” (He 20:35). Por eso cuando más amamos más felices somos, ya que siempre recibimos (o reencontramos) aquello que damos, aquello que ofrecemos, que regalamos. Como un bumerang. Por eso, como decía, con mucho sentido común Jordi Savall, “¿es que la vida sin el amor es posible?”.

Estas palabras de Jordi Savall me recuerdan la respuesta de un amigo, casado con una mujer que sufre una enfermedad degenerativa. Pasando unos días en mi pueblo, me encontré con este amigo, Juan, y le pregunté por su esposa. Me dijo que la enfermedad iba avanzando, que estaba débil y que no estaba bien, añadiendo: “Pero continuamos queriéndonos, que es lo que importa, continuamos amándonos que es lo que cuenta”. Después de muchos años compartiendo la vida, la fe y la enfermedad de la esposa, Juan me decía algo que da sentido a la vida de esta pareja y a toda vida: el amor es la base de la convivencia, como se nos recuerda en el ritual del sacramento del matrimonio: “Amaos en la salud y en la enfermedad, en la prosperidad y en la adversidad”. Este matrimonio, a pesar de la enfermedad de la esposa continúa queriéndose como el primer día, como cuando hace muchos años, se casaron.

Cada día tenemos una oportunidad para redescubrir, compartir y vivir el amor, que, con el Resucitado, siempre vence al pecado y a la muerte. Por eso somos hombres y mujeres de Pascua, por el hecho que vemos que el Amor crucificado rompe las cadenas del pecado y resucitado, Jesús nos da nueva vida, una vida de plenitud en el amor de Dios. Un amor para compartir-lo, para ofrecer-lo, para regalar-los a todos aquellos con los que convivimos.

El principito

Volver arriba