“Somos jóvenes, somos obreros y somos cristianos”: la Juventud Obrera celebra cien años levantando la voz desde Montserrat
Más de 400 personas ya han confirmado su asistencia, el próximo 28 de junio, a la celebración del centenario de la Juventud Obrera Cristiana (JOC) en el Monasterio de Montserrat
El movimiento, caracterizado por su acción social católica, fue fundado en Bruselas por el religioso belga Joseph Cardijn (1882-1967), y aterrizó en Cataluña en 1932
Jordi Carrasco, Sofia Osorio y Aina Argueta son tres de los cerca de setenta militantes que conforman la JOC Nacional de Cataluña y las Islas Baleares
(Agencia FLAMA).- Más de 400 personas ya han confirmado su asistencia, el próximo 28 de junio, a la celebración del centenario de la Juventud Obrera Cristiana (JOC) en el Monasterio de Montserrat. El movimiento, caracterizado por su acción social católica, fue fundado en Bruselas por el religioso belga Joseph Cardijn (1882-1967), y aterrizó en Cataluña en 1932. Desde entonces, han sido centenares las personas que han tenido varias funciones, como por ejemplo su actual presidente, el barcelonés Jordi Carrasco, de 28 años; Sofia Osorio, de la misma edad y residente en Santa Coloma de Gramenet, y Aina Argueta, de Badia del Vallès y dos años más pequeña. Son tres de los cerca de setenta militantes que conforman la JOC Nacional de Cataluña y las Islas Baleares.
-¿Qué vinculación han tenido con la JOC y qué significa para ustedes?
Jordi Carrasco: Estoy vinculado a la JOC porque mis padres [Joan Francesc Carrasco y María Teresa Esperabé] ya se conocieron en ella y, cuando yo era un niño, recuerdo cómo muchas de las reuniones de sus miembros se hacían en el comedor de casa. Antes de dar el salto a la JOC, accedí al Movimiento Infantil y Juvenil de Acción Católica (MIJAC), donde encontré unos referentes que, a la vez, tenían como referentes tanto a mis padres como a las personas de su generación. Para mí, la JOC es un estilo de vida; representa mis valores y mi manera de ser.
Sofia Osorio: Yo accedí a través de una compañera de clase. La JOC ha sabido modelar mi personalidad, dando coherencia a mis valores. Es un movimiento que enamora; en mi caso, lo ha hecho desde que tenía quince años.
Aina Argueta: Yo también estoy vinculada a la JOC desde la adolescencia. Lo estoy después de que mi madre [Anna Luque] formara parte del movimiento de Jóvenes Obreros de Barrios y de Ambientes Populares (JOBAC), que tuvo un fuerte arraigo en Barcelona desde 1974 hasta 1992, cuando se fusionó con la JOC. En un mundo con tanta rapidez, es un espacio de encuentro en que podemos pararnos, respirar y hablar entre nosotros de todo lo que nos afecta, con comprensión y con voluntad de llegar a más jóvenes que tengan interés para unir la Doctrina Social de la Iglesia con las preocupaciones que podamos llegar a manifestar.
-Esta escuela de militancia para jóvenes cristianos ha articulado históricamente su fe con el compromiso social y político y, en el tiempo del franquismo, destacó por promover la dignidad, la justicia social y la solidaridad. ¿Creen que este comportamiento les continúa acompañando?
A. A.: Aquello precisamente definió bien el movimiento; el de entonces y el de ahora. La juventud de aquellos años y la de ahora, como en todas las épocas históricas, ha querido ser revolucionaria y tener un movimiento especializado dentro de la Iglesia no hace más que mostrar cómo los jóvenes continúan dando el paso, buscando un cambio de paradigma.
J. C.: En la actualidad, es posible que se haya perdido cierta contundencia en las acciones de la JOC, pero continúa presente en la mayoría de las luchas y reivindicaciones, como por ejemplo en las históricas manifestaciones del 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer, donde, desde los inicios, siempre ha habido alguien de la JOC. Y, como esta, en otras como la que se convoca por el derecho a una vivienda digna o para apoyar a Palestina.
S. O.: Es un movimiento que va haciendo trabajo de hormiga y no espera ver resultados instantáneos, puesto que todo dependerá de la inspiración que recibimos del Espíritu Santo. Esto puede generar, incluso, cierta frustración en alguien, si bien la mirada al pasado que se ha hecho este año coincidiendo con el centenario de la JOC ha permitido reconocer un cúmulo de esfuerzos y los frutos que se han conseguido durante todo este tiempo.
-Como movimiento de acción católica especializada y vinculado al Arzobispado de Barcelona, ¿consideran que la sensibilidad por la Doctrina Social que han tenido pontífices como Juan Pablo II, Benedicto XVI o Francisco les ha beneficiado históricamente?
S. O.: Sí. También es cierto que, como JOC, no se nos acostumbra a identificar tan rápidamente con la Iglesia como puede pasar si se habla otras entidades y movimientos. A pesar de esto, reivindicamos que también somos Iglesia y, como era de esperar, celebraremos el centenario en un lugar tan emblemático como es el Monasterio de Montserrat; allá reivindicaremos que somos jóvenes, somos obreros y, sobre todo, somos cristianos.
J. C.: Es un movimiento que se ha nutrido de estas sensibilidades por la Doctrina Social, que se han extendido por toda la Iglesia católica como una mancha de aceite durante las últimas décadas. Por eso, muchas de las personas que se acercan o se han acercado a la JOC, motivadas por estos aires eclesiales y buscando encontrar un espacio donde poder expresar sus ideas sobre esta cuestión, ven cómo, incluso, les acaba cambiando la vida.
A. A.: Años atrás se había notado cierto recelo desde la JOC hacia la Iglesia más institucional, pero estos últimos años ha vuelto a conectar con las delegaciones juveniles de obispados como los de Barcelona, Terrassa y Sant Feliu de Llobregat, reconociéndonos mutuamente. El punto de reunión más importante de la JOC continúan siendo las parroquias y, en este sentido, la relación que se mantiene con la Iglesia catalana es sana.
-¿Les gustaría que León XIV continuara navegando en esta dirección, pues?
J. C.: En el cónclave teníamos cierto miedo al ver perfiles muy diferentes para gobernar la Iglesia. Veníamos de un pontificado, el de Francisco, que había sido pionero en aspectos progresistas que son defendidos por la JOC y, por eso, buscábamos la esperanza que nos está depositando, de momento, el nuevo sucesor de Pedro.
-¿Qué esperan del acto que celebrarán en Montserrat el próximo 28 de junio?
J. C.: Uno de los deseos es que algunas de las personas que habían estado vinculadas a la JOC y que, en la actualidad, ya no lo están tanto, lo puedan volver a hacer. Nos gustaría acercarnos a sus testimonios, de los cuales podemos continuar aprendiendo. El centenario está sirviendo para dar un impulso motivacional a personas que tengan dudas o que no acaben de animarse del todo con la JOC.
S. O.: Cargaremos las pilas de la JOC, con espíritu luchador y reivindicativo.