Ni me he ido ni me han echado.

No me he ido. No me han echado. Es ciertamente posible que me vaya. Sin el menor enfado por mi parte y sí con agradecimiento y nostalgia.

Cuando llegue el momento no voy a marcharme a la francesa. Debo mucho a esta casa. Y a todos mis lectores. Por ahora aquí estoy. Y mañana también.
Volver arriba