"El 'fuego culinario' es lo que diferencia al ser humano de otros mamíferos complejos" La comensalidad mínima negada en Gaza

La comensalidad mínima negada en Gaza
La comensalidad mínima negada en Gaza

"Todos estamos presenciando el crimen contra la humanidad que comete el Israel de Netanyahu, negando agua y comida a los millones de palestinos de la Franja de Gaza"

"Aún así queremos hablar de la comensalidad, fieles a las tradiciones utópicas de la humanidad, comensalidad que está siendo negada totalmente a la población de Gaza"

"Fue la comensalidad, que supone la solidaridad y la cooperación de unos con otros, lo que permitió el primer salto de la animalidad hacia la humanidad"

"Nutrirse nunca es una mecánica biológica individual. Consumir comensalmente es comulgar con los otros que comen conmigo… Todo esto les está siendo negado a los habitantes de Gaza y a millones de personas hambrientas en todo el mundo. Nuestro desafío es el del Gobierno de Lula: hambre cero"

Todos estamos presenciando el crimen contra la humanidad que comete el Israel de Netanyahu, negando agua y comida a los millones de palestinos de la Franja de Gaza: niños muriendo, mujeres desmayándose de hambre en las calles. Peor aún, 1200 personas han sido asesinadas mientras intentaban con sus cuencos recibir algún alimento. Entre estas, cientos fueron abatidas al azar, como si se tratase de un tiro al blanco, cuando se aglomeraban para recibir un poco de comida.

Aún así queremos hablar de la comensalidad, fieles a las tradiciones utópicas de la humanidad, comensalidad que está siendo negada totalmente a la población de Gaza. Comensalidad es comer y beber juntos, pues es en este acto cuando los seres humanos celebramos más la alegría de vivir y convivir.

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Sin embargo vivimos en una humanidad flagelada, con más de 700 millones de hambrientos y más de mil millones con insuficiencia alimentaria, con mil quinientos millones de personas sin agua potable suficiente y dos mil millones sin aguas tratadas.

Gaza, cuestión de vida o muerte
Gaza, cuestión de vida o muerte

La comensalidad es tan central que está ligada a la esencia misma del ser humano en cuanto humano. Hace siete millones de años comenzó la separación lenta y progresiva entre los simios superiores y los humanos a partir de un ancestro común. La especificidad del ser humano surgió de forma misteriosa y de difícil reconstrucción histórica. Pero los etnobiólogos y arqueólogos nos señalan un hecho singular. Cuando nuestros antepasados antropoides salían a recoger frutos, semillas, caza y peces, no comían individualmente lo que conseguían reunir. Tomaban los alimentos y los llevaban al grupo. Y ahí practicaban la comensalidad: los distribuían entre ellos y comían grupal y comunitariamente (E.Morin, L’identité humaine, Paris 2001).

"Fue la comensalidad, que supone la solidaridad y la cooperación de unos con otros, lo que permitió el primer salto de la animalidad hacia la humanidad"

Por tanto fue la comensalidad, que supone la solidaridad y la cooperación de unos con otros, lo que permitió el primer salto de la animalidad hacia la humanidad. Fue solo un primerísimo paso, pero decisivo porque a él le cupo inaugurar la característica básica de la especie humana, diferente de otras especies complejas (entre los chimpancés y nosotros hay solo 1,6% de diferencia genética): la comensalidad, y con ella la solidaridad y la cooperación. Pero esta pequeña diferencia hace toda la diferencia.

Lo que fue verdadero ayer sigue siendo verdadero hoy. Urge rescatar esta comensalidad que antaño nos hizo humanos y que debe hoy hacernos humanos de nuevo. Si no está presente, nos hacemos inhumanos, crueles y sin piedad. ¿No es esta, lamentablemente, la situación de la humanidad actual?

Qué alimento nos hizo más humanos?

Además de la comensalidad, nuestra humanidad se completa a través del lenguaje gramaticalizado. El ser humano es el único ser de lenguaje “con doble articulación” de las palabras y de los sentidos, ambos regidos por reglas gramaticales. No damos gruñidos. Hablamos. El lenguaje nos posibilita organizar el mundo y nuestro propio universo interior, el imaginario y el pensamiento. El lenguaje es uno de los elementos más sociales que existe, pues por su naturaleza es social y para surgir presupone la sociabilidad humana (cf. H. Maturana y F. Varela, A árvore do conhecimento, Campinas1995).

Otro dato ligado a la comensalidad esel arte culinario, es decir, la preparación de los alimentos. Bien escribió Claude Lévi-Strauss, eminente antropólogo que trabajó muchos años en Brasil: «el dominio de la cocina es una forma de actividad humana verdaderamente universal. Así como no existe sociedad sin lenguaje, tampoco existe ninguna sociedad que no cocine algunos de sus alimentos» (Cf.D. Pingaud y otros, La Scène primitive, Paris 1960: 40).

"Claude Lévi-Strauss: 'Así como no existe sociedad sin lenguaje, tampoco existe ninguna sociedad que no cocine algunos de sus alimentos'"

Hace 500 mil años el ser humano aprendió a hacer fuego. Y con su creatividad aprendió a domesticarlo y con ello a cocinar los alimentos. El “fuego culinario” es lo que diferencia al ser humano de otros mamíferos complejos. El paso de lo crudo a lo cocido equivale pasar de lo animal al ser humano civilizado. Con el fuego surgió la cocina propia de cada cultura y de cada región.

Página 12 | Imágenes de Fuego De Cocina - Descarga gratuita en Freepik

Cada pueblo posee algunos alimentos característicos que forman parte de su identidad histórica, como la feijoada de Brasil, los tacos de Méjico, la hamburguesa de los norteamericanos, la pizza de los italianos y muchos otros. No se trata solo de cocinar los alimentos sino de darles sabor. En los condimentos utilizados y en los sabores diferenciados se distinguen una culinaria y una cultura de otras. Las distintas culinarias crean hábitos culturales, que suelen estar vinculados a ciertas fiestas como la Navidad, la Pascua, el Año Nuevo, las fiestas patronales, San Juan u otras semejantes.

La comensalidad está ligada a todos estos fenómenos tan complejos. La comensalidad incluye también una dimensión simbólica. Comer nunca es solo un gesto de nutrición grupal para saciar el hambre y sobrevivir. Es un rito comunitario, rodeado de símbolos y de significados que refuerzan la pertenencia del grupo y consolida el salto hacia lo específicamente humano.

En otras palabras, nutrirse nunca es una mecánica biológica individual. Consumir comensalmente es comulgar con los otros que comen conmigo. Es entrar en comunión con las energías escondidas en los alimentos, con su sabor, su olor, su belleza y su densidad. Es comulgar con las energías cósmicas que subyacen en los alimentos, la fertilidad de la tierra, la irradiación solar, los bosques, las aguas, la lluvia, los vientos. Y especialmente con las personas que hacen posible que los alimentos lleguen a nuestras mesas.

Gracias a este carácter numinoso de comer/consumir/comulgar, toda comensalidad es en cierta forma sacramental. Viene cargada de buenas energías, simbolizadas por ritos y representaciones plásticas. Se come también con los ojos. El momento de comer es el más esperado del día y de la noche. Tenemos la conciencia instintiva y refleja de que sin comer no hay vida ni supervivencia ni alegría.

Todo esto les está siendo negado a los habitantes de Gaza y a millones de personas hambrientas en todo el mundo. Nuestro desafío es el del Gobierno de Lula: hambre cero.

*Leonardo Boff ha escrito Comer y beber juntos y vivir en paz, Sal Terrae 2007.

Traducción de MªJosé Gavito Milano

Comensalidad
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