Ángeles: algunas consideraciones

Los ángeles representan una antropología escatológica: ni hombre ni mujer, eternamente joven, eternamente bello, dice un artísta dominico.

La existencia de los ángeles es doctrina eclesial. Esta verdad podría iluminar una cuestión que, a veces, se plantea cuando en ambientes cristianos se habla de la posibilidad de vida inteligente extraterrestre, a saber: ¿estos posibles seres inteligentes de otras galaxias necesitan redención o habría que aceptar otras economías de salvación para ellos? La existencia de los ángeles nos indica que la humana no es la única posibilidad de vida inteligente. Y nos indica que es posible que haya vidas inteligentes que no se hayan rebelado contra Dios, aunque en el caso improbable de que hubiera indicios serios de la existencia de tales seres, desde el punto de vista de la teología sería necesario determinar cuál es su relación con el Logos encarnado en Jesús de Nazaret. Los ángeles nos abren perspectivas de vida inteligente limitada e imperfecta (porque sólo Dios es perfecto) más allá de la humana. Y nos invitan a ser humildes, no creyéndonos los únicos seres inteligentes del universo.

Por otra parte, el ángel es signo de la presencia de Dios en la vida de una persona, desde una de estas dos perspectivas: Dios tiene un mensaje para esta persona, o Dios manifiesta que cuida de esa persona. Cuando se afirma que “el ángel del Señor anunció a María”, se está diciendo: Dios tenía algo que comunicar a María y se hizo presente en su vida. ¿De qué modo? Eso ya no lo dice la Escritura, aunque, en demasiadas ocasiones, sea lo que interesa a nuestra curiosidad. Pero este interés denota la preferencia por cuestiones secundarias, que desgraciadamente olvidan la principal. El ángel, además, es signo del cuidado que Dios tiene por cada uno de nosotros. Hablar de “ángel de la guarda” es un modo de decir que Dios cuida de cada persona de forma permanente, con un cariño inmenso.

El artista dominico Miguel Iribertegui sugiere que "los ángeles representan una antropología escatológica: ni hombre ni mujer, eternamente joven, eternamente bello”. Jesús hablando del matrimonio utilizó parecidas ideas: los que sean hallado dignos de la resurrección no se casarán, serán como ángeles. El encuentro con Dios potenciará todas las dimensiones de nuestra existencia, pero las relaciones entre los seres humanos no serán como en este mundo. Nuestros encuentros se realizarán en un nivel que irá más allá de lo biológico, nos relacionaremos en el nivel más profundo y auténtico de nuestra personalidad.

Finalmente, hablando de los ángeles, recuerdo haber leído en Kierkegaard esta idea: “¡ángeles, ángeles! ¡Algunos dicen que no existen! Bien, pues compórtate tú como un ángel y así habrá ya un ángel en este mundo”. Los ángeles nos invitan a vivir angélicamente, o sea, divinamente. O sea: haciendo que nuestra vida está en consonancia con el Evangelio de Jesús.

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