La menguante infinidad de Dios

Hay modos de ser vulnerable y de estar desarmado capaces de vencer al mal con más eficacia que toda la fuerza bruta del mundo

El jesuita y poeta británico Gerald Manley Hopkins, reflexionando sobre la escena de la natividad en Belén, habló de “la menguante infinidad de Dios… menguante hasta adquirir forma de bebé”. Menguante es el signo que se nos da para reconocer al Salvador. No encontramos a un Dios infinito, sino a un bebé recostado en un pesebre. Tenemos un Dios que mengua, se abaja, decrece, se contrae para poder habitar entre nosotros. Y dentro de nosotros, pues Dios toma carne y vida humana en cada ser humano.

Eso no significa que Dios sea débil o impotente. En la pasión de Cristo, anticipada en el pesebre de Belén, Dios se presenta vulnerable e indefenso. Pero hay modos de ser vulnerable y de estar desarmado capaces de vencer al mal con más eficacia que toda la fuerza bruta del mundo. Al mal solo se le puede vencer con el bien, y a la violencia con la no violencia, pues si se intenta vencer con el mal o la violencia, sólo logramos multiplicar el mal y la violencia. No tiene poder el que usa la fuerza, sino el que tiene capacidad de producir el efecto deseado. Tiene poder el que logra sus objetivos. El objetivo de Dios es reconciliar, en la paz y en el amor, a todos los seres humanos entre sí, y reconciliar a los hombres con Dios. Y eso solo puede lograrse desde lo que, a los ojos humanos, puede parecer debilidad. En la humildad del pesebre y de la cruz, Dios manifiesta un poder capaz de unificar todas las cosas y atraerlas hacia él (cf. Jn 12,32). Manifiesta también un amor que se entrega sin pedir nada a cambio.

El misterio divino del Mesías, según la carta de san Pablo a los filipenses, no es el de un Dios que quiere ser Dios a toda costa, sino el de un Dios que deja lo suyo para hacerse como el más pequeño de los humanos, como el último, como el esclavo. Esta imagen de un Dios menguante y vulnerable choca con la concepción de poder que se tiene en este mundo. Este mundo no está preparado para escuchar la noticia de que un amor vulnerable puede ser efectivo, el más efectivo.

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