"El espíritu va renovando en la verdad que hace libre" Obedecer y dirigir nuestras acciones por donde la manifestación de Dios hace florecer

Mitra del Espíritu Santo
Mitra del Espíritu Santo

"Tenemos que descubrir y reconocer a este espíritu de Dios que nos guiará siempre en una verdad que nos hará plenos y libres"

"Seguir a Jesús nos significa verlo, sentirlo, escucharlo y contemplarlo"

"El ungido por Jesús posee el mismo espíritu de Jesús, que lo hace capaz de cumplir la misión que se le confía: apacienta mis ovejas"

La presencia de Dios nos debe iluminar para guiarnos en nuestra vida personal y comunitaria.

Nuestros conceptos e ideas en la fe se vitalizan y trascienden sólo en la comunicación del espíritu de Dios que es un espíritu de vida.

Los apóstoles, en el tiempo inmediato a la resurrección, experimentan las dificultades de las autoridades que se creen poseedoras de Dios, sin darse cuenta estas autoridades que el Espíritu de Dios se está manifestando en los apóstoles que confiesan a Jesús con la palabra y las acciones.

Tenemos que descubrir y reconocer a este espíritu de Dios que nos guiará siempre en una verdad que nos hará plenos y libres.

Especial Papa Francisco y Cónclave

Abrirnos a la acción del Espíritu para ser reconocidos también como predilectos del Padre
Abrirnos a la acción del Espíritu para ser reconocidos también como predilectos del Padre

El espíritu va renovando en la verdad que hace libre, por eso es importante ver por dónde nos va renovando para tener vida. En esto juega un papel fundamental la fe abierta, de aquellos que Jesús dirá: te doy gracias, Señor, porque has revelado estas cosas a la gente sencilla y las has ocultado a los sabios y entendidos.

La garantía siempre en la colaboración de la obra de Dios, como discípulos, es el amor.

Pedro ha experimentado la vida de Jesús de Nazareth, lo ha seguido, ha visto sus muchos milagros, ha sido testigo al escuchar, en diversas ocasiones, la voz del Padre, pero esta etapa lo probó al final en la pasión cuando por miedo y queriendo salvaguardar su seguridad, lo negó tres veces.

Tres veces será lo que Jesús le pida de confesar su amor para confirmar su llamado de estar al frente de la iglesia, pidiéndole que lo siga.

Seguir a Jesús nos significa verlo, sentirlo, escucharlo y contemplarlo.

Verlo en las diferentes maneras que nos habla de forma significativa y, especialmente, a través de la caridad, en los hermanos que sufren y pasan necesidad.

Sentirlo en la presencia viva del espíritu que nos hace sentir la belleza interior de que es el huésped amable del alma, con una paz única que nos descubre que Dios está vivo en nosotros y que nos hace tomar conciencia de que somos templos vivos de Dios.

Escucharlo para que nuestros pasos se conduzcan en su voluntad, con la confianza plena de lo novedoso que nos irá descubriendo en el camino y que todo en Él será lleno de frutos, con una bendición viva.

Esta experiencia de verlo, sentirlo y escucharlo nos lleva de una forma viva y dinámica de interiorización a contemplarlo en sus diferentes formas de revelación para que el alma se eleve y, con esa mirada de fe, con los pies en la tierra, no deje de ver esa luz de esperanza hacia la que Él nos encamina.

Hay que confiar, obedeciéndolo, aunque aquellos que creen ser los dueños de Dios, porque Dios no tiene dueño, Dios es la libertad absoluta, se resistan y opongan a la acción de Dios, en una esterilidad de vacío en sus vidas que no son capaces de comunicar el espíritu de Dios que crea siempre comunión y nos acerca unos a otros con una gran riqueza y variedad compartida.

Pedro tiene que obedecer en el amor autentico que siente por Jesús y que lo hace capaz de vencer miedos, renunciando a sí mismo en el amor  y confiando en aquel que lo ha llamado y que obra en Él de una forma maravillosa, porque ha recibido en primer persona el espíritu del mismo Jesús.

El ungido por Jesús posee el mismo espíritu de Jesús, que lo hace capaz de cumplir la misión que se le confía: apacienta mis ovejas.

Como iglesia estamos llamados a ver dónde está la unción de Dios en los escogidos, y por ahí debemos caminar, entendiendo que seguimos al mismo Jesús, por su espíritu que nos ilumina, nos da vida y nos une.

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