"El Espíritu de Dios toca ante todo a las personas, de ahí la novedad de Jesús" La vida está ahí donde está el Espíritu de Dios y lo hace fecundo todo

El Espíritu del Señor
El Espíritu del Señor

"Nuestra vida es una vida en relación que nos conecta. Hoy lo entendemos desde la realidad digital en la que se mueve nuestra modernidad"

"La vida se comunica de una forma dinámica. Y es el espíritu de Dios el que fecunda todo lo que toca, lo renueva, vitaliza y restaura"

"La iglesia como peregrina en la historia, siempre la conduce la presencia viva de Cristo y tiene que moverse ahí donde se va haciendo presente el Espíritu de Dios"

"El espíritu le da vida a todo, todo lo une, todo lo sostiene y en él nos relacionamos en unidad, con el respeto a cada uno de los miembros y en relación con cada uno de ellos"

En este tercer domingo del tiempo ordinario la liturgia de la palabra nos conduce a considerar la unidad desde la misma vida que poseemos y compartimos con los demás.

Nuestra vida es una vida en relación que nos conecta. Hoy lo entendemos desde la realidad digital en la que se mueve nuestra modernidad. Es reconocer en esta relación y conexión con los otros, la posibilidad de ser más plenos en lo personal pero también más plenos en el conjunto al que pertenecemos, sea familia, iglesia y sociedad.

Nuestra vida está en relación con nuestros padres, hermanos, sociedad, universo. Es fundamental nuestra relación con el aire, el sol, el agua, la tierra, sus frutos, etc.

La vida se comunica de una forma dinámica. Y es el espíritu de Dios el que fecunda todo lo que toca, lo renueva, vitaliza y restaura.

Espíritu

La vida está ahí donde está el Espíritu de Dios y lo hace fecundo todo. Se va haciendo una historia, se construye, se participa. Cada quién en su tiempo, con su presencia, le ha dado significado al lugar y al tiempo en que le ha tocado vivir. Así recorremos lugares, se nos narran historias a las que nos dejamos de estar conectados desde nuestra propia historia.

En este caminar, san Pablo nos recuerda esa unidad que formamos entre todos los miembros del cuerpo, cuya cabeza es Cristo. Como en el cuerpo, a donde no llega la vida de Cristo, ese miembro va muriendo. Hay lugares donde se dejó de alimentar de Cristo y han quedados en la esterilidad sin la vitalidad de Cristo.

La iglesia como peregrina en la historia, siempre la conduce la presencia viva de Cristo y tiene que moverse ahí donde se va haciendo presente el Espíritu de Dios.  Esa es la importancia de la renovación de la estructura de la misma iglesia. Hay lugares que se mantienen, pero donde ya no está el Espíritu de Dios. Ciertamente cuesta moverse de lugar donde ya no se manifiesta el Espíritu de Dios pero hay que moverse, porque, si no se mueve, se seguirá consumiendo todo lo que ahí pueda llegar porque no se hace presente el Espíritu de Dios. La fe conduce a hacer camino unidad en el Espíritu.

En el relato del evangelio de este domingo vemos la manifestación clara de Jesús. En Nazareth proclama el texto de Isaías, recordando que Él está ungido por el Espíritu de Dios y que ha sido enviado a personas pobres, abandonadas, ciegos que no pueden caminar igual porque no ven, encadenados u oprimidos, faltándoles libertad.

Jesús

El Espíritu de Dios toca ante todo a las personas, de ahí la novedad de Jesús, destruyan este templo y en tres días lo reconstruiré, estaba hablando del Templo del Espíritu para los nacidos por el bautismo. Se salva o se pierde la persona. Lo material es un instrumento de servicio a la persona, la persona es el centro, de ahí la encarnación de Jesús y, Jesucristo es el centro de la humanidad y de la iglesia.

El espíritu le da vida a todo, todo lo une, todo lo sostiene y en él nos relacionamos en unidad, con el respeto a cada uno de los miembros y en relación con cada uno de ellos. No podemos descartar a nadie con desprecios. Tenemos que hacer participar a cada uno en lo que corresponde para que lleguemos a mayor plenitud.

Espíritu del Señor
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Primero, Religión Digital
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