“Sin latido. Entender y acompañar el duelo gestacional” Luján Gómez-Albo: “Solo el amor puede atravesar el sufrimiento, para darle sentido y hacerlo fecundo”

Presentación de 'Sin latido'
Presentación de 'Sin latido'

"Si el dolor es el precio del amor, desde mi experiencia, el amor es la cura para el dolor. Solo el amor puede atravesar el sufrimiento para darle sentido y hacerlo fecundo"

"El duelo gestacional va mucho más allá del duelo por el bebé fallecido. Junto a ese hijo, se pierde un sueño, el proyecto de futuro, todas las expectativas que estaban puestas en él. Si además es el primer hijo, aparece el miedo a la infertilidad, a no llegar a ser madre o padre, a no poder ejercer ese rol"

Sacamos a la palestra un duelo silenciado y desautorizado, el que se atraviesa con las vidas que no llegan a nacer. Este libro desea acompañar y dar visibilidad a esas criaturas y a sus madres y padres que pierden no solo un hijo, sino sueños de futuro. Una lectura que quiere llegar a los corazones y servir de ayuda.

LUJÁN GÓMEZ-ALBO TE PRESENTA EL LIBRO EN ESTE VÍDEO

-Luján, ¿qué es el duelo gestacional?

El duelo gestacional hace referencia a la experiencia de dolor y el proceso de adaptación ante la pérdida de un hijo en cualquier etapa de su gestación. En lo relacionado con su significado es similar al generado por otras pérdidas significativas pero en su aspecto social presenta importantes diferencias ya que a pesar de los avances de los últimos años en su abordaje, continúa siendo un duelo desautorizado.

-¿Por qué ha sido, hasta ahora, un tema tan poco abordado?

Hablar de pérdidas gestacionales, así como de todo lo que tiene que ver con la muerte, continúa siendo tabú en las sociedades contemporáneas. La permanencia de algunos tópicos como pensar que un aborto de primer trimestre tiene poca importancia o que se puede reparar con otro hijo, hace que se perciban estos duelos como pérdidas menores y no se le dé la importancia que tienen para la familia.

Se suele compartir el dolor en pareja o con alguna persona íntima, pero al no celebrarse el nacimiento y no haber recuerdos que avalen su existencia, difícilmente se encuentra el apoyo social necesario, haciendo que la pareja no se sienta autorizada para hablar de su pérdida.

-En los testimonios del libro, se habla de anhelos, sentimientos, recuerdos… El vacío y el miedo…

Sí, es que el duelo gestacional va mucho más allá del duelo por el bebé fallecido. Junto a ese hijo, se pierde un sueño, el proyecto de futuro, todas las expectativas que estaban puestas en él. Si además es el primer hijo, aparece el miedo a la infertilidad, a no llegar a ser madre o padre, a no poder ejercer ese rol.

Otra pérdida es la de la inocencia respecto a la gestación. Si hay un nuevo embarazo ya no anunciarán con confianza que van a ser padres y el miedo será un nuevo compañero de camino. Un miedo que en ocasiones llega a extenderse a la seguridad de los otros hijos.

-“Nada es más necesario que amarse en tiempos difíciles”...Desde esta experiencia tuya, ¿cómo podríamos hacerlo?

Si el dolor es el precio del amor, desde mi experiencia, el amor es la cura para el dolor. Solo el amor puede atravesar el sufrimiento para darle sentido y hacerlo fecundo.

Con palabras de José Carlos Bermejo“los seres humanos amamos la vida, la cuidamos la protegemos, y así expresamos precisamente nuestro ser humanos”. De ahí la importancia de  amarse en tiempos difíciles, en el duelo gestacional, porque donde hay amor hay vida.

-¿Cómo adaptarse a la vida sin el bebé…y mantener una conexión perdurable?

Cuando avanzamos en el proceso del duelo una de las tareas a las que nos enfrentamos es precisamente adaptarse a la vida sin el ser querido. En las pérdidas gestacionales, al no haber desempeñado el rol de madre o padre, no se requiere tanto trabajo a nivel externo, sin embargo el reajuste a nivel interno es inmenso; la pérdida sacude los cimientos del mundo de los valores e implica cuestionarse el propio sentido de la vida. La adaptación por tanto será progresiva, sucediéndose los ciclos de tristeza y recuperación.

Para mantener una conexión perdurable con el bebé de forma que podamos seguir viviendo sin él, es necesario reconvertir la relación y buscar una conexión simbólica con él, encontrarle sentido a su existencia. Los rituales cobran aquí gran importancia, no sólo como despedida sino especialmente como afirmación de su existencia.

-Interesante y necesario poner sobre la mesa también el duelo de la pareja de la madre gestante…

Por supuesto. Si bien es cierto que una pérdida gestacional afecta a la mujer en todas sus dimensiones por su condición de sustentadora de la vida del nuevo ser, el duelo gestacional sacude a los dos miembros de la pareja. Cuando abordamos la figura del padre o de la pareja de la mujer, vemos que es un duelo especialmente silenciado ya que en muchas ocasiones no solo se le priva del espacio para su dolor sino que además se le pide que sea sustento del de la madre.

-¿Qué te ha enseñado, Luján, escribir este libro?

He aprendido tantas cosas… si tuviera que destacar alguna diría que he podido constatar la cantidad de personas que viven una pérdida gestacional y reafirmar la necesidad de visibilizar su duelo para que pueda ser compartido y acompañado. Nadie debería normalizar el silencio social y vivirlo en soledad.

Me ha dado la posibilidad de trascender el dolor para que sea fecundo y poderlo poner así al servicio de los demás.

-¿Deseas contarnos algo más?

Sí. Quiero resaltar la generosidad y valentía de todas las personas que han compartido su vivencia para que este libro haya sido posible. Porque un duelo gestacional no es un número en una estadística. Cada pérdida tiene un nombre propio y este libro, además de facilitar las claves para entender y acompañar el duelo,  pretende ser un reconocimiento a cada uno de ellos.

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