El Padre Ángel presenta su libro 'Un mundo mejor es posible', arropado por Cándido Méndez, Sandra Ibarra y Cipri Quintas El cura que cumplió sus dos sueños...y medio

Mesa de presentacióin del libro del Padre Ángel
Mesa de presentacióin del libro del Padre Ángel

Cándido Méndez: “El libro denuncia la mandíbula de cristal de la desigualdad en los países desarrollados”

Sandra Ibarra: “Necesitamos muchos Padre Ángel, que nos recuerden, como haces tu, que 'muchos pocos unidos cambian el mundo y lo hacen mejor'”

Cipri Quintas: “Este libro es magia y se resume en tres letras: d-a-r. Porque somos lo que damos”

Desde la creación de Mensajeros de la Paz, el Padre Ángel lleva 56 años haciendo realidad el sueño de la acogida, del pan y de la dignidad para millones de personas en todo el mundo, especialmente niños y ancianos. Pero los ángeles de la solidaridad también sueñan y, a veces, cumplen sus sueños. Emocionado, ayer, en la presentación de su libro 'Un mundo mejor es posible' (Alienta Editorial), el fundador de Mensajeros confesó que, a lo largo de su vida, pudo cumplir “dos sueños y...medio”.

El primero, en el año 2000, cuando lanzó, con un éxito total, la campaña 'Le querrás más que a un hijo', para pedir la adopción de niños salvadoreños con discapacidades en estado de orfandad y abandono. El segundo se materializó “hace cuatro años y dos meses”, al conseguir, con la ayuda del cardenal Osoro, la apertura de San Antón, su iglesia 24 horas, famosa ya en todo el mundo.

Y su tercer sueño es un sueño por cumplir, un proyecto solidario más que quiere lanzar en breve. Se trata de una campaña en la que va a invitar a la gente a “saludarse por la calle, a hablarse y a quererse”, especialmente en las ciudades, donde la gente se roza, pero no se relaciona. Para evitar o, al menos paliar, una de las grandes pestes del mundo moderno: la soledad, que genera tristeza, desilusión y hasta ganas de morir o de quitarse la vida.

Iglesia de San Antón, en la presentación del libro del Padre Ángel
Iglesia de San Antón, en la presentación del libro del Padre Ángel

San Antón presentaba ayer un lleno como el de las grandes ocasiones. En la mesa presidencial, Roger, el editor de Alienta, el ex secretario general de UGT, Cándido Méndez, el empresario Cipri Quintas, Sandra Ibarra, la ex modelo y presidenta de la Fundación que lleva su nombre, y el padre Ángel.

Tras la presentación del editor, tomó la palabra Cándido Méndez, uno de los prologuistas, que aseguró que se trata de un “libro sencillo, escrito por un cura de pueblo, pero un libro valiente”. Entre otras cosas, porque la obra aporta muchas estadísticas sobre los avances sociales de las últimas décadas. “La diferencia es que, en contra de lo que suele ser habitual, este libro extrae de las estadísticas mensajes optimistas y, de esta forma, reconcilia las estadísticas con la solidaridad”, explicó el sindicalista.

A su juicio, se trata de una obra optimista, pero también realista, que “pone el dedo en la llaga” y “denuncia la mandíbula de cristal de la desigualdad en los países desarrollados, al tiempo que nos invita a luchar contra ella, confiando en el futuro”.

Libro del Padre Ángel
Libro del Padre Ángel

A continuación intervino la ex modelo, dedicada ahora a su Fundación Sandra Ibarra, que lleva ya más de diez años luchando “para afrontar el cáncer con positividad y rigor, no sólo desde el punto de vista clínico o científico, sino también social”.

Sandra, que está profundamente vinculada al Padre Ángel desde hace años, se deshizo en elogios hacia él y hacia su obra. “Es un regalo poder ver la vida a través de tus ojos, porque nos recuerdas constantemente que lo que hacemos desde las ONG no es beneficencia, sino solidaridad”, comenzó diciendo. Para añadir: “Eres la inspiración de los que trabajamos en este sector y, por eso, necesitamos muchos Padre Ángel, que nos recuerden, como haces tu, que 'muchos pocos unidos cambian el mundo y lo hacen mejor'”.

En el terreno del agradecimiento al Padre Ángel se movió también el otro prologuista del libro, Cipri Quintas, el mesonero del 'Silk and Soya', el famoso restaurante de Alcobendas, que resumió así la obra: “Este libro es magia y se resume en tres letras: d-a-r. Porque somos lo que damos y porque la felicidad está en dar y en que te quieran”.

Y, en plan gurú de la new age, primero dio consejos a los presentes: “Si queréis ser felices, dedicaros a amar”. Y, después, quiso poner en práctica lo dicho y pidió a la gente que llenaba la iglesia que se levantase y que se abrazase. Es tal su poder de convicción que lo consiguió con suma facilidad. “Gracias por quereros. Gracias por querenos, padre Ángel”, concluyó.

El cura de los sueños cumplidos, el que despierta cariño y admiración por donde va, quizás porque encarna la solidaridad y lo mejor del corazón humano, comenzó recordando que lleva ya casi una vida demostrando que “un mundo mejor es posible”.

Para el Padre Ángel, “en contra de los agoreros y catastróficas, el mundo de hoy es mejor que el de ayer y, por eso, merece la pena vivir y trabajar por los demás”. Como hizo Madre Teresa o monseñor Romero, o todos 'sus' santos, colgados en sus retratos y sembrados por toda la iglesia. La mayoría, santos sin canonizar, como Gloria Fuertes o Vicente Ferrer.

O como el último en llegar a su retablo de santos de la puerta de al lado: Juanillo, el sintecho jefe de los monaguillos de San Antón, cuyo funeral acababa de celebrar el Padre Ángel. “Murió a los 61 años, pero pudo conocer al Papa o al cardenal Osoro y nos dejó el legado imperecedero de su lucha por salir adelante, de su profunda bondad, de su capacidad de servicio (no en vano solía decir que era diácono) y, sobre todo, de la sonrisa, que iluminaba su cara”. Y la gente, puesta en pie, 'canonizó' con un aplauso al nuevo santo de la iglesia de San Antón: Juanillo, el monaguillo sintecho.

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