Elisabetta Piqué y Gerard O'Connell: "No creemos que vaya a haber ninguna marcha atrás en el papado de León XIV"

Son dos de las más reconocidos vaticanistas de Roma. Pareja sentimental desde hace décadas, ahora también lo son profesional, con la publicación de 'El último cónclave' (Arpa), un libro de investigación que desentraña las claves del proceso de elección que acabó por Robert Francis Prevost como Papa. Elisabetta Piqué y Gerard O'Connell desvelan detalles inéditos de aquellos frenéticos días que comenzaron con la muerte del papa Francisco el 21 de abril hasta la rápida elección del estadounidense el 8 de mayo. Hablamos con ellos.

Pregunta. -Fuisteis amigos de Francisco durante décadas. ¿Qué sentisteis al conocer su muerte? ¿Cómo se cuenta la muerte de un amigo?

Respuesta. Lo hacemos en el libro… Aunque presentíamos que se había despedido en forma impactante cuando recorrió en papamóvil la plaza de san Pedro y la via de la Conciliazione el domingo de Pascuas, fue un shock enterarnos de la muerte a la mañana siguiente. Fue muy triste y justamente teniendo en cuenta ese enorme privilegio que tuvimos de tener a un Papa, Francisco, que era amigo: algo que intentamos siempre manejar con máxima reserva y discreción, aunque él jamás lo ocultó en público, sino al contrario…

P. -¿Qué supuso el pontificado de Bergoglio?

R. Fueron 12 años y 39 días más que intensos, no sólo a nivel personal, sino también, por supuesto, periodístico, fue un papado totalmente revolucionario, profético, disruptivo, cercano a la gente, a los últimos, a los descartados, que le dio voz a los sin voz y que para la Iglesia supuso volver a ser protagonista, como autoridad moral mundial, denunciando las guerras de modo muy fuerte, el tráfico de armas y de personas, la pena de muerte, la falta de cuidado de la casa común, las crecientes desigualdades en el mundo, la pobreza y defendiendo a los invisibles.

El de Bergoglio fue un papado totalmente revolucionario, profético, disruptivo, cercano a la gente, a los últimos, a los descartados, que le dio voz a los sin voz

P. -¿Os sorprendió el resultado del Cónclave? ¿Qué pistas nos podían hacer pensar que Prevost tenía posibilidades?

R. Para nosotros él siempre fue un candidato. La única pregunta era si los cardenales iban a votar por un norteamericano. Como contamos en el libro, ya en marzo de 2024 un cardenal nos mencionó que él era un papable y, como también vamos relatando, eran varios los cardenales electores que lo identificaron como alguien con las cualidades justas como para ser Papa: un pastor, un misionero, alguien con experiencia global también por haber sido durante dos mandatos prior de los agustinos y con un carácter sereno.

P. -¿Francisco señaló a Prevost? ¿Le dijo a algún cardenal directa o indirectamente que Prevost era su delfín?

R. Un Papa normalmente no señala a su delfín y Francisco no fue una excepción. Como también contamos en el libro, Francisco directamente no le dijo a nadie que Prevost era su candidato, pero con diversos gestos es claro que, tácitamente, sí lo fue señalando. Y lo más increíble es que incluso le “echó el ojo” a ese joven agustino cuando no era Papa, siendo arzobispo de Buenos Aires… Lo envió a Perú, lo hizo obispo, luego lo llamó a Roma, lo creó cardenal y, antes de ser ingresado al hospital por última vez, en febrero, cardenal-obispo, lo máximo dentro del colegio cardenalicio…

P. -En el libro contáis algunos datos desconocidos, pero que casan con lo que algunos habíamos relatado sin tanta profusión de detalles. Me llama la atención especialmente el resultado de la primera votación, que ganó Ërdo, previsiblemente formada por el sector más conservador. ¿Tuvo realmente posibilidades de ser elegido Papa? ¿Qué hubiera sucedido?

R. Nuestras fuentes coinciden en que, por pocos votos, en la primera votación el cardenal Ërdo fue el más votado, seguido por Prevost y Parolin. Nunca pensamos que Ërdo tuviera realmente posibilidades de ser electo papa, pero sabíamos que podía obtener varios votos en la primera votación, efectivamente, como usted dice, de un grupo muy conservador.

P. -Parolin, ¿tuvo realmente alguna probabilidad o todo fue un invento (sobredimensionado) de los italianos?

R. Seguramente Parolin tuvo una posibilidad porque era el cardenal más conocido entre los 133 electores de 70 países. Tenía una experiencia global a nivel diplomático, hablaba varios idiomas. Pero la de Parolin fue una campaña mediática italiana que quería que el papado volviera a ser italiano después de 47 años, que comenzó incluso años antes de la muerte de Francisco. Pero resultó un bumerán -como la que hubo en 2013 en favor del cardenal Scola, que “entró al cónclave Papa y salió cardenal”, como dice el dicho romano-, porque incluso los italianos estaban divididos, pero, sobre todo, porque no tenía el perfil de pastor, la experiencia pastoral que pedían los cardenales, habiendo sido toda su vida un diplomático.

P. -¿Cómo se armó la mayoría que aupó a Prevost?

R. Como sucedió en los cónclaves de 2005 y 2013, hubo un grupo de cardenales que antes de entrar a la Capilla Sixtina lo había identificado como el candidato justo. Como explicamos en el libro, lo mantuvieron debajo de los radares, como sucedió con Jorge Bergoglio en 2013, algo que facilitó las cosas y determinó ese factor sorpresa que hubo.

P. -¿Cómo es la Iglesia que sueña León XIV?

R. Por lo que hemos visto en estos primeros meses, las prioridades de León XIV son unidad y paz, en una Iglesia no exenta de la polarización de un mundo en llamas y sin brújula.

P. -¿Podemos hablar de continuidad con el pontificado de Francisco? ¿En qué sentido? ¿Habrá marcha atrás a la revolución Bergoglio? ¿Cuáles serán los temas clave de este Papado?

R. Aunque cada Papa tiene su carisma y estilo y León XIV en las formas es muy distinto a su predecesor -es un matemático y canonista, es anglosajón, reservado, cauto, sobrio-, en la sustancia sigue los procesos puestos en marcha por Francisco en cuanto a la reforma de la curia, a una Iglesia sinodal que recibe a todos e insertada en el mundo. Está en línea en la preocupación por los pobres, el cambio climático y principalmente en la proclamación de Cristo al mundo de hoy. No creemos que vaya a haber ninguna marcha atrás.