El Arzobispo de Manaos, Monseñor Leonardo Ulrich Steiner, ante la situación que se vive en el estado de Amazonas, especialmente en su capital, decretó este 5 de enero, tras consultar al Consejo de Presbíteros, la suspensión de las celebraciones y reuniones hasta el 22 de enero.

Las medidas tomadas por la arquidiócesis son consecuencia del avance de la pandemia que, según datos de la Fundación de Vigilancia Sanitaria del Estado de Amazonas, provocó la hospitalización de 177 personas el 4 de enero, la cifra más alta desde el inicio de la pandemia, superando las 168 del 4 de mayo, que fue el día con más hospitalizaciones. En esa época, el gran número de entierros en Manaos fue portada en muchos medios de comunicación. De hecho, los hospitales de la capital del Amazonas, también las UCI, están abarrotados.

Según el decreto de la Arquidiócesis de Manaos, "ya hay muchos agentes pastorales y ministros contaminados por el virus que pone en alerta a nuestros espacios eclesiales". En sus palabras, el arzobispo de Manaos insiste en que "no podemos dejar de cuidar la vida de las personas, especialmente las más vulnerables", lo que ha llevado a esta decisión.

La justicia del estado de Amazonas, a petición del Ministerio Público, decretó el 2 de enero el cierre de las actividades no esenciales por un período de 15 días. Este cierre no incluyó las iglesias, que pueden permanecer abiertas con el 30% de su capacidad. Aun así, consciente de que "el medio más eficaz para contener la propagación de la contaminación ha sido el aislamiento de las personas, evitando la presencia en lugares muy frecuentados, eventos que reúnen un número razonable de participantes", la Arquidiócesis de Manaos propone "una serie de iniciativas que contribuyen al bien de la gente y al mismo tiempo cuidan la fe de las comunidades eclesiales".

En una entrevista en Radio Río Mar, la radio de la arquidiócesis, Monseñor Leonardo Steiner afirmó que "venimos de unos momentos de mucho encuentro, en la época de las elecciones, ahora también en la época de Navidad, mucha gente buscando regalos para ofrecer a la familia, a los amigos, todo esto, hubo un descuido en relación con el distanciamiento social, incluyendo el uso de la máscara también". Ante esta situación, "lo importante ahora es que busquemos maneras de ayudar a nuestros hermanos y hermanas, y de ayudarnos a nosotros mismos en relación a la salud".

El arzobispo de Manaos, lanzando un mensaje en vista del momento presente, dijo que "cuidemos nuestra vida, cuidemos la vida de la gente, de los familiares, de los hermanos y hermanas". En sus palabras recordó el esfuerzo realizado en la Iglesia Católica en los últimos meses, donde se ha respetado el 30% de la capacidad, se ha utilizado la distancia, la máscara y el gel de alcohol”. Incluso con este esfuerzo, Monseñor Leonardo Steiner dice que "debemos continuar dando nuestra colaboración".

El gesto de la arquidiócesis pretende ayudar, en palabras del Arzobispo de Manaos, "a que la gente mire más atentamente a la gente, no piense sólo en el comercio, no piense sólo en el dinero, no piense sólo en las necesidades personales, piense en las necesidades de todos". Esas palabras contrastan con la actitud del presidente del país, que iniciaba el año nadando desde una lancha para encontrarse con una multitud que se encontraba en la playa, una prueba más de la falta de responsabilidad y sentido común de alguien al que nunca le ha importado el número de muertos.

El arzobispo de Manaos insistía en que "la necesidad de todos significa cuidar la vida de todos". Así mismo, afirmó que "esperamos una mayor atención de las autoridades, no deberíamos estar en esta situación, estoy seguro, si hubiera una mayor preocupación por parte de los gobiernos, una mayor exigencia". En las últimas horas, algo que se ha convertido una nueva polémica, lo que se repite prácticamente a diario, Bolsonaro decía ante un grupo de apoyadores que “Brasil está destruido y yo no puedo hacer nada”.

Alguien que asumió el gobierno hace dos años debería ser consciente de su parte de culpa en esa situación, especialmente en referencia a la pandemia, pues la falta de previsión ha hecho que hoy Brasil solo tenga jeringuillas para vacunar al 3% de sus más de 210 millones de habitantes. El menosprecio de la vacuna es algo que forma parte de su circo mediático, intentando distraer la atención ante una situación cada vez más catastrófica.

En referencia a la vacuna, Monseñor Leonardo dijo que "también hay un descuido en cuanto a eso, mientras que, en los países de América Latina, en el mundo, la vacuna ya se está distribuyendo, aquí todavía estamos esperando". El arzobispo denunció "la necesidad de revisar el sistema de salud que tenemos, cuánto valor se le da al sistema de salud, que es un valor mínimo", insistiendo en que "incluso como sociedad, necesitamos reaccionar frente a eso" y que "tenemos que posicionarnos ante el Estado brasileño para que el tema de la salud se atienda realmente mucho mejor".