Seminario Internacional reúne más de 50 participantes en Caballo Cocha (Perú) “Honrar la Inocencia”: Triple Frontera Perú – Colombia – Brasil avanza en la Prevención y Acompañamiento del Abuso Sexual

Seminario Honrar la Inocencia
Seminario Honrar la Inocencia

Diversas instituciones, entre ellas algunas vinculadas a la Iglesia católica, consideran esta realidad como una urgencia impostergable que debe ser atendida desde todas las instancias posibles, de forma articulada y decidida

Cultivar una mirada empática, lúcida y realista de este drama que azota a la humanidad y a la región de esta Triple Frontera, para que los agentes educativos y pastorales estén atentos, con ciertas herramientas preventivas y de acompañamiento, y sobre todo motivados para afrontar esta realidad con amor y responsabilidad

Se favorece la construcción de redes de cuidado y acompañamiento tan necesarias en este tiempo y en este espacio geográfico

Honrar la Inocencia. Ese fue el nombre del Seminario Internacional de Prevención y Acompañamiento del Abuso Sexual realizado en el Centro Papa Francisco de la Parroquia Nuestra Señora de la Merced, en Caballo Cocha (Perú), del 5 al 7 de septiembre de 2025. Organizado por la Red de Enfrentamiento a la Trata de Personas de la Triple Frontera (Perú – Colombia – Brasil), esta es una actividad más en el marco del Proyecto Magüta.

Honrar la Inocencia

Enfrentar la trata de personas

Este seminario, que en 2025 contó con más de 50 participantes de los tres países, la mitad de ellos, indígenas del Pueblo Tikuna, se lleva a cabo cada año, buscando reflexionar directa o indirectamente sobre temáticas relacionadas con la trata de personas. Participan líderes y lideresas eclesiales, sociales y comunitarios, abordando una cuestión muy presente en las comunidades de esa región transfronteriza, dentro de la selva amazónica, donde la facilidad para pasar de un lado a otro de las fronteras facilita este crimen y aumenta el riesgo para la población local.

De hecho, diversas instituciones, entre ellas algunas vinculadas a la Iglesia católica, consideran esta realidad como una urgencia impostergable que debe ser atendida desde todas las instancias posibles, de forma articulada y decidida.

El Seminario contó con la asesoría de Juan Ignacio Fuentes (Juancho), misionero laico en Caballo Cocha, docente y consultor psicológico, con especialización en este tema. Teniendo como base una metodología experiencial, a través de diversos talleres, se buscó una amplia participación y protagonismo de todos los implicados.

Un espacio de cuidado, reflexión y planificación

Se buscaba “generar comunitariamente un espacio de cuidado, reflexión y planificación, en el que trabajar sobre la problemática del abuso sexual, en vistas a fortalecer a los agentes pastorales y   generar ambientes de prevención, protección y sanación en nuestras comunidades”, según especificaba el programa.

En esa perspectiva, dada la profundidad y delicadeza de la temática, se propuso un camino progresivo de aproximación, que permitiera ver la experiencia del abuso de modo sereno y cuidado, buscando comprender su complejidad. El camino propuesto tuvo cuatro pasos: observar, comprende, empoderarnos y cuidar, buscando atender a la diversidad de situaciones. Para ello, se intentó que cada participante pudiera escuchar, leer y hablar lo más posible en propia lengua: español, portugués y tikuna.

Todo eso en un proceso que buscó cultivar una mirada empática, lúcida y realista de este drama que azota a la humanidad y a la región de esta Triple Frontera, para que los agentes educativos y pastorales estén atentos, con ciertas herramientas preventivas y de acompañamiento, y sobre todo motivados para afrontar esta realidad con amor y responsabilidad, conscientes de que la contribución que pueden hacer, aun siendo mínima, puede marcar una diferencia.

Misa Caballo Cocha

Interés y generosidad de los participantes

Al final del encuentro, los participantes evaluaron positivamente la experiencia. Fue destacado el clima de fraternidad y participación, el interés y generosidad de los participantes, la claridad en los aportes y metodología utilizada, así como la acogida en el Centro Papa Francisco que, aun siendo un lugar que, por ser nuevo, necesita ajustes y mejora, se valoró su belleza y funcionalidad.  Algunas sugerencias de mejora van en línea de algunas cuestiones logísticas y de la articulación con instancias formales de la sociedad civil.

Una experiencia en la que se vivieron momentos intensos y profundos, como la escucha directa de experiencias reales, tomadas de este contexto. Para ello, fue de gran importancia la posibilidad de que cada participante pudiese encontrarse con su propio niño – adolescente interior, con sus heridas y su luz, y los espacios de celebración compartidos.

Un momento que contribuye de manera decisiva para el caminar de la Iglesia católica en la región, pero también para la propia sociedad civil, dado que se favorece la construcción de redes de cuidado y acompañamiento tan necesarias en este tiempo y en este espacio geográfico de la Triple Frontera entre Colombia, Brasil y Perú.

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