Yanua Vargas denuncia la situación de la mujer en la Amazonía Joven indígena del pueblo shuar ve el Sínodo como “momento para que la relación con la Iglesia pueda mejorar”

¿Qué se hace, cómo buscas estrategias para trabajar con los pueblos que no quieren escuchar a la Iglesia? ¿Cómo les dices que Iglesia somos todos, cómo les explicas todo esto a estos pueblos a quienes todavía no han llegado todas estas asambleas que se están construyendo para llegar al Sínodo?”

“Las niñas que tienen oportunidad están yendo a las escuelas, estudiando, pero gran parte de las niñas, a los catorce años ya son madres"

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Dar a conocer la realidad de los pueblos amazónicos a partir de sus propias voces es un desafío, en el que se van dando pequeños pasos, pero donde todavía falta mucho camino por recorrer. Esta problemática se acentúa cuando hablamos de las mujeres, algo que se está queriendo corregir a partir de ellas mismas, que en una tentativa de cambiar esta situación han ido creando redes de comunicadoras, de cineastas, de radialistas, de editoras.

Una de ellas es Yanua Vargas, de la nacionalidad Shuar, que vive en la provincia de Pastaza, Ecuador. La joven indígena es comunicadora comunitaria, ella misma afirma que “hago cine comunitario, formo parte de una red de comunicadores de la Pan Amazonía, a la que estamos vinculadas mujeres, con el apoyo de algunos compañeros, hermanos que quieren apoyar este trabajo, que está enfocado a compartir cada una de las realidades y las formas que tenemos en nuestros territorios, el trabajo con las mujeres, el trabajo con los jóvenes y con las niñas”.

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Esta red de comunicadoras se creó en el marco del Foro Social Panamazónico – FOSPA, celebrado en 2017, en Tarapoto, Perú. Como señala Yanua, “estábamos reunidas alrededor de doce mujeres de Ecuador, Brasil, Colombia y Perú. Entonces se creó esta red y desde ahí se viene trabajando, no de una manera fuerte, pero sí que es una iniciativa que tenemos y estamos apoyándonos”. Su objetivo, según la joven indígena es ”ir tejiendo redes para llegar a más mujeres para poder compartir y seguir el trabajo que nosotras estamos realizando”.

Al ser preguntada sobre la realidad de las mujeres, sobre todo las jóvenes y las niñas, en la Amazonía ecuatoriana, Yanua Vargas reconoce que “el proceso de lucha se está haciendo visible, pero muy despacio”. A pesar de las dificultades que enfrentan, tanto desde fuera como desde dentro, “se está construyendo, y esos procesos que ya hay tenemos que ir haciéndolos más visibles, en la constante lucha de que sea visto el trabajo que se está haciendo”, afirma la cineasta comunitaria.

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En realidad se trata de un grupo muy pequeño, algo que refleja una realidad más amplia, pues muy pocas jóvenes están accediendo a la universidad y otras, que ya son madres, se quedan en sus casas. Ante esta situación, Yanua Vargas dice que desde el grupo, compuesto sobre todo por mujeres jóvenes, para avanzar en esta lucha, hay que ir dando pasos, “invitándolas, llegando a ellas, porque no hay otra forma más que accionando, haciendo las cosas”.

Los problemas de las mujeres en la Amazonía ecuatoriana, según Yanua Vargas, comienzan desde la adolescencia, pues “las niñas que tienen oportunidad están yendo a las escuelas, estudiando, pero gran parte de las niñas, a los catorce años ya son madres, es una realidad que está pasando muy fuerte en Ecuador, y eso no hay que esconderlo, hay que hablar con toda franqueza, es una cosa que afecta, porque las niñas deberían estar estudiando, deberían estar con sus madres, pero sin embargo están siendo madres a su corta edad y se da un caso tan difícil, que las niñas tengan que ser madres a muy temprana edad”. Lo más grave de esta situación es que en ocasiones esos embarazos son como consecuencia de violaciones, como ella misma afirma, lo que se produce “por las leyes mismas que tenemos en Ecuador”.

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Esta situación se ha convertido en algo demasiado frecuente en Ecuador, según la joven indígena. Teniendo en cuenta un estudio de Ana Costa, al que hace referencia, catorce mil niñas han sido madres en los últimos años en Ecuador, lo que según Yanua Vargas “es una gran preocupación, es un problema de la sociedad, que no solamente corresponde a los pueblos y nacionalidades, sino a toda la sociedad. Ahí involucra a la nacionalidad shuar u otros pueblos que también no quieren aceptar esa realidad en los territorios. Pero esa es la dura realidad que se está viviendo de las niñas y de las mujeres jóvenes. Es una lucha que se está construyendo de diferentes espacios”. Ante esa realidad, Yanua Vargas acusa al gobierno ecuatoriano de no hacer casi nada para combatir esa situación, llegando a afirmar que “las mismas leyes son en contra de las niñas, de las mujeres”.

De cara al Sínodo para la Amazonía, destaca el hecho de que el Papa Francisco se haya preocupado por la Amazonía y sus pueblos. Al mismo tiempo, reflexionando sobre el proceso sinodal que se está llevando a cabo, la joven indígena reconoce que “está bien el hecho de llegar a los territorios y preguntar qué tipo de Iglesia queremos”. Sin embargo, ella reconoce que “hay una preocupación por parte de nosotros, de nosotras, desde los territorios, desde los pueblos que habitamos en la Amazonía”. Esta afirmación nace de algunas cicatrices que todavía están presentes en algunos pueblos de la Amazonía en relación al trabajo llevado a cabo por la Iglesia católica en el pasado, pues según Yanua, debemos asumir "que del dolor hay que construir algo bueno, porque cuando tú tienes una herida, esa herida queda eterna, sana, pero te queda cicatriz”.

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La joven indígena afirma que “debemos construir también desde ese dolor, hay pueblos en los que está como muy metido que me causó esto la Iglesia como institución, los misioneros y todos son malos. Están con un dolor tan vivo como si hubiese pasado ayer, y entonces, yo qué hago, se cierran y dicen no”. Desde esta realidad, la comunicadora indígena se hace algunas preguntas, “¿Qué se hace, cómo buscas estrategias para trabajar con los pueblos que no quieren escuchar a la Iglesia? ¿Cómo les dices que Iglesia somos todos, cómo les explicas todo esto a estos pueblos a quienes todavía no han llegado todas estas asambleas que se están construyendo para llegar al Sínodo?”.

Ante esta realidad, que debe ser enfrentada desde la Iglesia, Yanua Vargas afirma que “es una tarea de cada uno, que nos toca vivir, pero es importante también que del dolor, de toda esa situación, sacar buena cosa”, algo que ella ha ido descubriendo desde la realidad, pues es alguien que tiene contacto permanente con diferentes nacionalidades indígenas de la Amazonía ecuatoriana, lo que le permite tener una opinión al respecto.

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En ese sentido, ante la pregunta sobre si el Sínodo puede cambiar esa relación entre la Iglesia y los pueblos de la Amazonía, Yanua Vargas afirma con rotundidad que “claro que es posible”, aunque matiza que “es un trabajo grande, que hay que hacer, hay que ponerse a trabajar, pero es una cosa muy fuerte”. Esto es algo que “con el tiempo, puede ir mejorando y cambiando esa relación”, según la joven de la nacionalidad shuar, quien dice que “he visitado territorios de mi mismo sector de donde yo vengo, es una cosa muy complicada”. En realidad se trata de ir “combinado como tiene que encajar, tenemos que ser coherentes con lo que hacemos, con lo que decimos, para que eso funcione y para que la relación pueda mejorar, pero que es una tarea grande, es grande”, afirma la comunicadora indígena.

Desde esa reflexión, ella llega a la conclusión de que “estamos dispuestos a seguir este camino en la lucha, en la resistencia, pero llevando un margen de respeto, tanto desde la Iglesia como institución, de sus representantes con los pueblos, como también nosotros, y eso es lo que puede fluir mejor”.

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