La Iglesia de Manaos celebró este 29 de agosto la Misa Crismal Mons. Leonardo Steiner: "Ser la presencia del silencio de Dios, que habla a los más necesitados”

Mons. Leonardo Steiner bendice los Santos Óleos
Mons. Leonardo Steiner bendice los Santos Óleos

"El silencio da a las palabras una nueva fuerza, un nuevo vigor, una nueva hermenéutica, porque el silencio que recoge las palabras hace posible una nueva creación"

"La unción no es para perfumarse a sí mismo, e incluso para guardarla en el frasco, porque el aceite se volvería rancio y el corazón amargo"

El arzobispo agradeció "la disponibilidad de cada uno, la dedicación al pueblo de Dios, a nuestras comunidades, la presencia reconfortante y consoladora, agradecer por lo que cada uno realizó durante estos días de pandemia"

"Gratitud por ungir a la gente en la escucha, gratitud por abrir sus ojos para percibir la presencia de Dios en este tiempo en el que pensábamos que nos había olvidado”

Mons. Leonardo Steiner en la misa crismal
La pandemia del COVID-19 ha cambiado la vida de la Iglesia, causando situaciones desconocidas, pero siempre queriendo responder a los retos pastorales de una nueva realidad. El aislamiento social ha hecho que se pospongan importantes celebraciones. Una de ellas fue la Misa de los Santos Óleos, que en las últimas semanas se está celebrando en diferentes diócesis de Brasil. Este sábado 29 de agosto ha sido el turno de la Arquidiócesis de Manaos, que ha reunido a su clero y a representantes de la vida religiosa y de las diferentes pastorales para participar del momento en que el clero renueve sus promesas sacerdotales.

Desde hace dos meses, en Manaos se celebran misas con el pueblo, con un límite del 30% y una restricción de la presencia de ancianos y niños. El viernes tuvo lugar la primera reunión presencial del clero desde el comienzo de la pandemia, en la que se se hizo un homenaje al Padre Cairo Gama, que murió el 4 de mayo, a la edad de 41 años, víctima del COVID-19. Monseñor Leonardo Steiner definió este momento como el más difícil desde su llegada a Manaos el 31 de enero.

El arzobispo de Manaos recordó que "de lejos, tuve que despedirme de alguien que era mío, pero que aún no se había convertido en mío". Monseñor Leonardo Ulrich Steiner reconoció que ha sido un momento difícil, porque quería conocer la arquidiócesis y no podía. En la celebración de la misa de los Santos Oleos, el prelado reflexionó sobre el silencio de Dios, un silencio que deja resonar la Palabra, que en el caso de Jesús, le reveló su vocación y misión: proclamar el Reino de Dios.

Homenaje al Padre Cairo Gama, víctima del COVID-19

"El silencio da a las palabras una nueva fuerza, un nuevo vigor, una nueva hermenéutica, porque el silencio que recoge las palabras hace posible una nueva creación", según el Arzobispo de Manaos. Sus palabras tienen una especial relevancia en un momento en que el silencio se ha establecido como una actitud presente en la vida de la humanidad. Por esta razón, Monseñor Leonardo Steiner afirmó que "somos Palabra nacida del silencio, porque nacimos en el encuentro, donde todo sigue siendo silencio, en el encuentro no hay palabras".

Hablando de la unción, elemento presente en la liturgia de la Misa de los Santos Oleos, el Arzobispo afirmó que "es para los pobres, los presos, los enfermos y los que están tristes y abandonados". De las palabras del Papa Francisco, recordó al clero que "la unción no es para perfumarse a sí mismo, e incluso para guardarla en el frasco, porque el aceite se volvería rancio y el corazón amargo". Monseñor Leoanrdo Steiner, advirtió del peligro de dejar de ser un mediador y convertirse en un intermediario, un gerente, algo propio del sacerdote que no sale de sí mismo. El peligro es ser coleccionistas de antigüedades o novedades, en lugar de ser pastores con olor a oveja.

Monseñor Leonardo Steiner invitó a los sacerdotes de la arquidiócesis de Manaos "a ser la presencia del silencio de Dios, que habla a los más necesitados". También agradeció "la disponibilidad de cada uno, la dedicación al pueblo de Dios, a nuestras comunidades, la presencia reconfortante y consoladora, agradecer por lo que cada uno realizó durante estos días de pandemia. Cuánta dedicación, cuánta disposición". En sus palabras, añadía su "gratitud por ungir a la gente en la escucha, gratitud por abrir sus ojos para percibir la presencia de Dios en este tiempo en el que pensábamos que nos había olvidado”.

El Arzobispo de Manaos también agradeció "a los que están en las regiones más pobres, que viven en la pobreza, agradecimiento por haber salido de sí mismos, siendo consuelo y conforto", a quienes "fueron una presencia reconfortante durante los días más difíciles en nuestros cementerios", pidiendo al clero "que no se olviden de los pobres", y también "que sean una presencia restauradora con los que sufren y no encuentran un lugar de libertad y paz".

Clero de Manaos en la Misa Crismal

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