El proceso postsinodal continúa dando sus pasos, en una tentativa de llevar de vuelta al territorio, a los pueblos que en él habitan, todo lo discutido a lo largo del proceso sinodal. Si este jueves, 2 de abril, se daba a conocer la Versión Popular de Querida Amazonía, donde se recoge lo expuesto en la Exhortación Postsinodal del Papa Francisco y en el Documento Final, este viernes, día 3, la Red Eclesial Pan Amazónica – REPAM, en nombre de su Presidente, el Cardenal Claudio Hummes, ha enviado una carta, con fecha de 1 de abril, en la que se dan a conocer los pasos que deben ser seguidos en las próximas semanas en la creación del nuevo Organismo Episcopal Panamazónico.

El cardenal Hummes es consciente de la situación que estamos viviendo, como ha reconocido en entrevista telefónica, señalando que “todo indica que pasarán meses antes de que podamos reunirnos nuevamente en reuniones y asambleas cara a cara. Por ahora solo nos comunicamos a través de internet y otras redes sociales”. A pesar de eso, según el purpurado, “el proceso de aplicación de las pautas de la Exhortación Apostólica Querida Amazonía y el Documento Final del Sínodo en el territorio no debe detenerse, de lo contrario existe el riesgo de debilitar el proceso y reducir las esperanzas de las poblaciones del territorio”. Por ello, no duda en afirmar que “en este contexto, la constitución del Organismo Episcopal Panamazónico, prevista por el Sínodo, es urgente, porque este organismo promoverá y coordinará la aplicación del Sínodo en el territorio. Ahora estamos comenzando este proceso de constituir este organismo episcopal”.

La carta tiene como fundamento el número 115 del Documento Final del Sínodo para la Amazonía, fruto de la Asamblea Sinodal, celebrada en Roma de 6 a 27 de octubre de 2019. Allí se proponía, “crear un organismo episcopal que promueva la sinodalidad entre las iglesias de la región, que ayude a delinear el rostro amazónico de esta Iglesia y que continúe la tarea de encontrar nuevos caminos para la misión evangelizadora, en especial incorporando la propuesta de la ecología integral, afianzando así la fisonomía de la Iglesia amazónica”.

El hecho de que esta propuesta tenga un carácter “permanente y representativo que promueva la sinodalidad en la región amazónica, articulado con el CELAM, con su estructura propia, en una organización simple y también articulado con la REPAM”, necesita de la constitución formal de este nuevo organismo, un pedido que aparece en la carta del cardenal Hummes. El propósito, de esta nueva institución eclesial, como recoge el número 115 del Documento Final “puede ser el cauce eficaz para asumir, desde el territorio de la Iglesia latinoamericana y caribeña, muchas de las propuestas surgidas en este Sínodo. Sería el nexo que articule redes e iniciativas eclesiales y socio ambientales a nivel continental e internacional”.

La carta del Presidente de la REPAM llega en un momento de “dolor e incertidumbre de esta pandemia que trae consigo profundos signos de cruz para todo el planeta, pero sobre todo para los más vulnerables”, lo que demanda “tomar parte como Iglesia con mayor fuerza en este momento de crisis”. Se trata de “avanzar en caminos concretos que permitan transformar la realidad de la Amazonia, y liberarla de los males que la aquejan”, según el cardenal Hummes, al referirse al nuevo organismo, cuyo nacimiento sitúa dentro de una “fase esencial para dar cauce y continuidad a tanta vida recibida en las etapas anteriores”.

El nuevo organismo se ha ido gestando a través de un diálogo entre el CELAM, la CLAR y Cáritas Latinoamericana y Caribe, así como con instancias vaticanas, principalmente la Secretaria del Sínodo, y cuenta con el apoyo explícito del Papa Francisco. En la carta, enviada los presidentes de las conferencias episcopales de las que forma parte la región amazónica y a los responsables de los organismos e instituciones que formarán parte del organismo, se detallan los pasos a ser dados en los próximos meses, condicionados por la crisis de la pandemia del COVID-19.

Formarán parte de la asamblea constitutiva, con voz y voto, un obispo representante de cada una de las siete conferencias episcopales de la región, siendo dos en caso de Brasil, dada su extensión, así como la Presidencia de la REPAM (cardenales Hummes y Barreto) y del CELAM (Monseñor Cabrejos). En este organismo tendrán voz el Presidente de Caritas América Latinay Caribe, la Presidenta de la CLAR, el Secretario Ejecutivo de la REPAM, los representantes de Instancias Vaticanas (los cardenales Baldisseri, Ouellet, Tagle y Czerny), los/as tres representantes de los pueblos originarios delegados al Consejo Post-Sinodal y dos expertos (un teólogo de la sinodalidad y un jurista canónico).

Eso es algo que reconoce el Presidente de la REPAM en la entrevista telefónica. Según él, “estamos comenzando este proceso de constitución de este organismo con el apoyo tanto del Vaticano como de los organismos eclesiales regionales. Por ejemplo, las conferencias episcopales nacionales de los países involucrados, CLAR, la Secretaría Latinoamericana de Caritas y otros interesados”. En sus palabras relata lo recogido en la carta, diciendo que “comenzamos pidiendo que estas conferencias episcopales nacionales citadas, después de consultar a sus obispos amazónicos, designen a un miembro de su episcopado amazónico para componer el núcleo episcopal de ese organismo. Brasil, debido a la magnitud de su región amazónica, indicará dos. La propuesta es que este cuerpo también incluya a otros miembros que no sean obispos, para que también tenga una característica más eclesial-sinodal”.

Lo más importante, según Hummes, algo que él espera, es “que este organismo no sea solo una formalidad, un organismo abstracto, sino que esté muy involucrado con las personas y las comunidades del territorio, ya sean comunidades eclesiales o comunidades de la población local, como las comunidades indígenas”. Para que eso suceda, el camino a seguir, insiste el Presidente de la REPAM, es que “debe ser un organismo dinámico, cercano a la gente, que camina con la gente, que escucha a la gente, y con la gente decida las prácticas para construir estos nuevos caminos para la Iglesia en la Amazonía y para una ecología integral”. Si eso sucede, este proceso, “sin duda contribuirá a los sueños del Papa Francisco, los sueños de una Iglesia más sinodal, misionera, misericordiosa y pobre con los pobres, en salida hacia las periferias”, recalcando que “el Sínodo para la Amazonía fue histórico, ningún sínodo anterior fue tan sinodal y reformador como este”.