La Iglesia en salida misionera Padre Galli: “Llevar con los demás el desborde del Espíritu Santo a los pueblos latinoamericanos”

Carlos Galli
Carlos Galli

La misión no se orienta a ser un seguidor individual de Jesús

Para ser misioneros necesitamos de una conversión o reforma permanente

“Todos somos discípulos misioneros en salida” es una síntesis magistral, existencial, que nos da una mística de salida hacia los demás

El Papa Francisco habla de desborde de misericordia ante el sufrimiento de nuestros pueblos

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La Asamblea Eclesial va caminando, y en este miércoles, tras hacer presente la vida de la Amazonía y de quienes dieron la vida por ella en la oración inicial, el vicepresidente segundo del Celam, Cardenal Leopoldo Brenes, llamaba a los asambleistas a dejarse despertar por el Espíritu Santo, lo que implica actuar con apertura mental y del corazón para escuchar su llamada.

La Iglesia en salida misionera por el Espíritu de Dios que desborda a la Iglesia en misión. Esa ha sido la reflexión de Carlos Galli en la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, quien comenzaba recordando las ponencias de los dos primeros días con las que relacionaba su exposición. El teólogo argentino relacionaba su ponencia con la cita bíblica del día que envía a ser discípulos misioneros, en salida, para convocar a otros a ser discípulos de Jesús y también ponerse en salida misionera hacia los demás.

Esto es algo recogido en la segunda parte del Documento para el discernimiento, según el Galli, donde aparece que somos discípulos misioneros de Jesucristo y un Pueblo de Dios en salida hacia las periferias. También ha pretendido orientar el trabajo en grupos, para identificar las grandes orientaciones pastorales para el continente.

Una reflexión en cinco pasos, que ha partido del envío misionero en el Evangelio de Mateo, que después ha actualizado para la Iglesia, siempre en proceso permanente de reforma. En un tercer momento ha mostrado la importancia de la Iglesia en salida misionera en el Magisterio del Papa Francisco, y posteriormente su influjo en la Asamblea, para encerrar considerando algunas grandes líneas de lo que llama el desborde creativo del Espíritu Santo que desborda la praxis de nuestra sinodalidad misionera, de nuestra misión sinodal.

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El texto bíblico inspirador de la jornada hace una llamada a cumplir la misión de evangelizar dada por Jesús a sus discípulos. Son enviados, les manda salir e ir a los demás, imagen de una Iglesia en salida misionera a todos los pueblos, lo que significa la universalidad de la misión. “La misión no se orienta a ser un seguidor individual de Jesús”, según el padre Galli, sino a la comunidad, a la Iglesia, al Pueblo de Dios. Es un llamado a la Iglesia de Jesús, que comienza muy pequeña, “a salir de sus límites e ir a todos, hasta los confines de la Tierra”. Un llamado que Jesús hace a los miembros de la Asamblea, a quienes vuelve a decir: “vayan a todos los pueblos de América Latina y del Caribe para comunicar el Evangelio que nos hace discípulos de Cristo”.

Para ser misioneros necesitamos de una conversión o reforma permanente”, insistió el teólogo argentino, para lo que hay ser discípulo y evangelizado. Es necesaria una Iglesia en estado de conversión para ser una Iglesia que comunique el Evangelio. El Vaticano II habla de reforma de la Iglesia, algo asumido por el Papa Francisco en “La Alegría del Evangelio”. Conversión y reforma es un cambio hacia un estado mejor, estar en comunión con Jesús y su misión. Una reforma permanente que “nos ayuda a crecer en la fidelidad a Jesús y nos mueve a salir de nuestra zona de confort para llegar a los demás”, ha insistido el padre Galli.

La salida misionera de la Iglesia, que consideró el punto central de su reflexión, algo recogido por el Papa Francisco en su exhortación programática, donde nos ayuda a entender que la Iglesia existe para evangelizar, insistiendo en la salida misionera, en la misión como algo programático en la Iglesia, en avanzar en la conversión pastoral y misionera, en no dejar las cosas como están, algo que debe ser abordado en esta asamblea, en palabras de Galli, y junto con eso el sueño del Papa Francisco de una opción misionera capaz de transformarlo todo.

Conversión pastoral y salida misionera son vista por el teólogo argentino como una invitación a todo el Pueblo de Dios y toda la Iglesia, entren un proceso pleno de salida misionera para comunicar la vida plena de Jesucristo. La inspiración está en Aparecida, afirma Galli, que ve discipulado y misión como las dos caras de una misma medalla. Una Iglesia peregrina que camina entre los pueblos, sinodalmente, que sea esencialmente misionera, insiste. El Papa Francisco, en el Madison Square Garden de New York, invitó a ir al encuentro de los otros donde están y como son, asumir la vida como viene, tenemos que desplazarnos nosotros, lo que Galli considera la lógica de esta Asamblea Eclesial.

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“Todos somos discípulos misioneros en salida” es una síntesis magistral, existencial, que nos da una mística de salida hacia los demás, según el teólogo. “Guardar la dulce y confortadora alegría de evangelizar”, es una de las frases que marcan el pontificado del Papa Francisco, según el teólogo argentino. Algo que hace referencia a la alegría misionera que brota del corazón y por desborde nos lleva a compartir la Buena Noticia de Jesús con todos.

En las últimas décadas la Iglesia latinoamericana y caribeña ha afianzado su comunión pastoral, afirmó Galli, algo que se inicia en Rio de Janeiro en 1955 y con la creación del Celam, dio pasos para afianzar una identidad eclesial común y trazar líneas pastorales de conjunto, algo que se fue afianzando en las conferencias generales del episcopado, en la CEAMA y que se quiere hacer en esta Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe. En un nuevo paso, en circunstancias nuevas, se trata de llevar con los demás el desborde del Espíritu Santo a los pueblos latinoamericanos.

Algunos ejes fundamentales fue señalados por el teólogo, pensando en el trabajo en grupos: cristocentrismo trinitario del kerigma, que debe llevar a ayudarnos a llegar a las generaciones más jóvenes; en Cristo recibimos la misericordia entrañable de Dios, que viene a tocar las heridas más profundas; fraternidad entre todos los pueblos, un desafío en un continente herido por la desigualdad; vivirlo con la lógica del Buen Samaritano, que salgamos de nosotros mismos, nos volvamos cercanos, nos conmovamos ante toda miseria humana, nos pongamos del lado de las víctimas, una parábola que nos da la clave de fondo para reconstruir este mundo que nos duele; caminar hacia una nueva pastoral urbana, una prioridad según el Documento para el discernimiento, con el desafío de reconocer que Dios vive en la ciudad y entre los ciudadanos; el Espíritu se manifiesta en un desborde de creatividad.

Es algo que se comunica, no porque cada uno se lo proponga, sino porque surge de lo más profundo y se comparte gratuitamente. El Papa Francisco habla de desborde de misericordia ante el sufrimiento de nuestros pueblos, un desborde de diálogo sinodal en una Iglesia en camino, en esta Asamblea Eclesial, desborde en la misión, con grandes desafíos, confiando en el Espíritu Santo para que Dios nos ayude a anunciar la Alegría del Evangelio y el Evangelio de la Alegría a través de la misión.

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