Frente a los intentos de restar su fuerza transformadora, el Sínodo es un proceso y lo importante son los diagnósticos El Sínodo es una construcción comunitaria y los ataques vienen de quien quiere una Iglesia desde su propia perspectiva

Sínodo
Sínodo

Frente a las tentativas de desestabilizar esa nueva forma de ser Iglesia, es necesario quedarse con lo importante, con los diagnósticos, no con las cositas

Este nueva dinámica sinodal quiere contar con la colaboración de todos, no es algo que brota de la mente de alguien, y sí fruto de un proceso en común, de una construcción colectiva, en comunidad

A nadie se le escapa que esta Exhortación va a tener diferentes respuestas, pero no podemos olvidar que la Iglesia está con el Papa Francisco

Esa es la mejor forma de acogerla con fe, esperanza, inteligencia y eficacia, actitudes cada vez más necesarias para vivir el Evangelio y transmitirlo a todos

Asamblea Sinodal
La sinodalidad es una dinámica eclesial en la que es necesario que todos se impliquen para poder llegar a buen puerto. El Papa Francisco siempre ha insistido en que los cambios nacen de abajo, en la Iglesia, del Pueblo de Dios, a quien es imprescindible escuchar,un ejercicio en el que el actual Obispo de Roma es maestro, pudiendo ser definido, entre otros calificativos, como el Papa de la escucha.

Frente a las tentativas de desestabilizar esa nueva forma de ser Iglesia, cada vez más evidentes por parte de ciertos doctores de la ley, que no están dispuestos a bajarse del burro, a ensuciarse los pies, es necesario quedarse con lo importante, con los diagnósticos, que es en lo que ha insistido el Papa Francisco, no con las cositas, algo en lo que él mismo también abundaba.

Este nueva dinámica sinodal quiere contar con la colaboración de todos, no es algo que brota de la mente de alguien, y sí fruto de un proceso en común, de una construcción colectiva, en comunidad, de un genuino discernimiento. El Sínodo para la Amazonía es un claro ejemplo de eso. Desde su inicio se ha partido de la escucha, especialmente a los pueblos y a la Iglesia que camina en la región, ellos han sido los verdaderos protagonistas de todo el proceso, inclusive de la asamblea sinodal, donde se puso de manifiesto la tensión entre la periferia y el centro. Esto demuestra el riesgo que supone querer opinar, inclusive imponer, ideas sobre situaciones especiales que se viven en la región, pasando por encima de una reflexión conjunta, que nace del amor a la voluntad de Dios, a la vida de la Iglesia y a los pueblos, víctimas de realidades que no son fácilmente comprensibles desde la distancia.

El Papa Francisco en medio de la gente

Esa misma forma de caminar quiere ser la dinámica a seguir en la etapa post asamblea sinodal, que va a tener su puntapié inicial con la promulgación de la Exhortación Apostólica, que está en fase de revisión y corrección. A nadie se le escapa que esta Exhortación va a tener diferentes respuestas, pero no podemos olvidar que la Iglesia está con el Papa Francisco, que la mayoría de los obispos, de los agentes de pastoral y del Pueblo de Dios, apoya y acoge con alegría y esperanza sus palabras y orientaciones. Él quiere contar con todos y todos, al menos la gran mayoría, le tienen en cuenta.

Lo fundamental es que la Exhortación llegue a la gente, y que lo haga de forma accesible, que todo mundo, también aquellos que no profesan o no practican la fe cristiana, o no forman parte de la Iglesia católica, puedan tener conocimiento de lo que la Iglesia quiere, expresado en las palabras del Santo Padre, que sin duda van a recoger de manera decisiva todo lo vivido durante el proceso sinodal, expresado en los diferentes documentos, especialmente en el Documento Final, que no es vinculante, pero que en aras de la sinodalidad, debe ser muy tenido en cuenta en el escrito que debe ser publicado a finales de este mes o principios de febrero.

No olvidemos que la palabra clave en este documento, dado a conocer al final de los trabajos de la asamblea sinodal, es la conversión, una actitud fundamental para hacer realidad los nuevos caminos que el Papa Francisco quiere promover. Una conversión que se expresa desde diferentes perspectivas, fruto de todo lo escuchado y vivido. Sólo a partir de ahí se puede construir lo que es necesario para responder a los desafíos que deben ser enfrentados por la Iglesia en este momento histórico.

El Papa Francisco con los indígenas del Sínodo

La mejor forma de expresar este camino sinodal es haciendo parte de él a representantes de todos los estamentos eclesiales, no sólo aquellos que forman parte de la jerarquía. No olvidemos que en la convocatoria sinodal, el 15 de octubre de 2017, el Papa Francisco decía que el objetivo era “encontrar nuevos caminos para la evangelización de aquella porción del Pueblo de Dios, sobre todo de los indígenas, muchas veces olvidados y sin una perspectiva de un futuro sereno, también por causa de la crisis de la foresta amazónica, pulmón de fundamental importancia para nuestro planeta”.

Es importante prepararse para recibir este nuevo elemento dentro del proceso sinodal, la Exhortación Apostólica, especialmente quien se dice católico, quien forma parte de un Pueblo de Dios, del que también deben sentirse parte el alto clero, pero también todas las personas de buena voluntad preocupadas por este territorio y sus pueblos y comunidades, y por el futuro del planeta. Esa es la mejor forma de acogerla con fe, esperanza, inteligencia y eficacia, actitudes cada vez más necesarias para vivir el Evangelio y transmitirlo a todos. Sólo así el mundo descubrirá en él una fuente de vida plena para todos.

Sínodo 1



Volver arriba