Fe... Barro

Barro
Barro

Encontrar al Señor que llena de amor el alma es abrazarlo y no querer soltarse.

“Como el barro en manos del alfarero, así sois vosotros en mi mano” (Jr 18, 6). En muchas ocasiones hemos escuchado que alguien dice “está en buenas manos”. Ello nos da cierta tranquilidad, es una invitación a confiar porque hay alguien que va a velar por ti, va a buscar el bien del otro. ¡Cuánto más si es Dios quien vela por nosotros!

Por otro lado, palpo que encontrar al Señor que llena de amor el alma es abrazarlo y no querer soltarse. Es querer dejarse conducir por Él, es el deseo insaciable de buscarle, encontrarle, amarle, ponerse en sus manos y ser capaz de caminar fiándose del amor que te va cambiando la vida. Es ofrecerle lo que somos, también desde nuestra propia fragilidad, el barro que en sus manos será moldeado ¿Estamos dispuestos verdaderamente a dejarnos moldear por el Señor? Ojalá que el encuentro con Cristo haga arder nuestro corazón y compartamos la alegría del Dios que es Amor y habita en nosotros y conduce nuestra vida.

“Si no tengo amor, nada soy.

El amor es comprensivo,

el amor es servicial,

el amor no tiene envidia

ni se alegra del mal.

El amor, el amor no pasa nunca.

Dios es amor

El amor no es egoísta, no tiene vanidad,

No se alegra de la injusticia,

goza con la verdad.

El amor, el amor no pasa nunca.

Dios es amor

Si no tengo amor, nada soy.

Si no tengo a Dios, nada soy.

El amor, el amor, el amor,

el amor, no pasa nunca

Dios es amor.

 (CD “En ti Vivimos”: Canciones inspiradas en textos de San Pablo).

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