Dichosos

Ayuda
En el Evangelio de San Mateo 5,1ss leemos: Dichosos los pobres. Dichosos vosotros que lloráis. Dichosos cuando os insulten. Sí, dichosos nosotros de tener un Padre que es tan misericordioso que nos ofrece la felicidad justamente cuando nos acaecen un sinfín de contratiempos. Cristo el hijo de Dios se hizo pobre, hambriento, despreciado, extranjero. Tomó todas las miserias humanas sobre sus espaldas.

Jesús nos dice también: Tuve hambre y me disteis de comer, era extranjero y me acogisteis, tuve sed y me disteis de beber, estaba enfermo y me visitasteis (Cfr. Ma 25, 35 ss.). Es decir, Jesús nos ofrece la ocasión de practicar la caridad; nos permite imitarlo socorriendo al prójimo en dificultad: a una familia que no llega a poder mantener a sus hijos, a un enfermo que no tiene familia, a un anciano que vive sólo sin que nadie se acuerde de él, a un preso que no tiene quien le tienda una mano para salir a flote. Quizás a simple vista son gestos que no tienen gran relevancia pero ante el Señor que es Padre sí tiene mucha importancia, porque ve que nos sentimos hermanos de los que están en apuros. Estos pequeños gestos les llevan un rayo de luz, sienten que sí hay quien piensa en ellos y esto es un gran gesto para ellos y para el Señor. Texto: Hna. María Nuria Gaza.
Volver arriba